Asociación Civil Bolivariana "Defensores del bolívar"

viernes, abril 30, 2010

El Trabajo Gerencial es Parasitario

Manuel C. Martínez M.
30 abr. 10

En trabajos anteriores revelamos el carácter constante del capital anticipado en la contrata de los trabajadores industriales y mercantiles de confianza: gerencia, vigilancia, contables, Economistas, Relacionistas Públicos, asesores jurídicos y afines: http://www.aporrea.org/ideologia/a88963.html. http://www.aporrea.org/ideologia/a94541.htmlhttp://www.aporrea.org/actualidad/a91481.html.

De perogrullo, esa constancia como capital invertido en toda empresa burguesa indica que, como trabajadores, la gerencia empresarial burguesa no agrega nada al Producto Territorial Neto (PTN), aunque sí encarecen el Producto Territorial Bruto(PTB).

Por eso conviene abundar  en ese parasitismo gerencial ya que si bien esos trabajadores brindan una considerable utilidad, si bien resultan necesarios por causa de las condiciones adversas que imperan en las fábricas, y psicológicamente nada agradables para el asalariado productivo, el traslado al coste total de producción de los salarios involucrados en ese personal como coste primo constante termina encareciendo el costo de vida, aumenta el anticipo por concepto de capital variable, reduce la tasa de plusvalía y finalmente va creando una elite que contradictoriamente merma las ganancias del capitalista, pero defiende apologistamente a este perverso modo de producción. Destaquemos que este personal gerencial, de vigilancia, aseguradores, asesores varios, jamás se suma a ninguna huelga contra su contratista, más bien comanda las represiones contra los asalariados verdaderamente productivos.

Efectivamente, los desembolsos por concepto de aseguradoras, de asesores jurídicos y económicos, de contables y auditores, de policías y demás custodios, son cargados al valor de las mercancías. El mercado se encarga de recobrar tales desembolsos y en esos precios sobrecargados de dichas mercancías la cesta básica recibe el correspondiente recargo. Los reclamos por mejoras salariales aparecen y de esa manera, para una tasa de plusvalía constante, la ganancia merma.

Absurdamente, los capitalistas pagan por esa reducción en sus ganancias so pena de un posible caos administrativo que jamás ha experimentado debido a que, por el contrario, se tiene entendido que los gerentes empresariales son tan productivos como cualquier trabajador operativo en funciones transformativas y creadoras de las mercancías. Muy lejos pues de reconocerse el carácter parasitario de la gerencia burguesa.







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jueves, abril 29, 2010

Sociedad con Clases Sociales es un Absurdo

Sociedad con Clases Sociales es un Absurdo

(El amplio espectro de la explotación)

 

Manuel C. Martínez M.

28 abr. 10

El colonialismo es la influencia o la dominación de un país por otro más poderoso de una forma violenta, a través de una invasión militar, o sutil, sin que intervenga la fuerza. Los motivos pueden ser poder riqueza o dominio. Esta dominación puede ser política, militar, informativa, cultural, económica o étnica. DE Wikipedia, (sic)Internethttp://es.wikipedia.org/wiki/Colonialismo

 

Aunque choquemos contra la Historiografía que “clasistamente se halla elaborada, una sociedad, en el estricto sentido de comunidad, coordinación, cooperación y comunes acuerdos humanos, tal sociedad jamás ha existido.

No podemos seguir hablando de sociedad donde haya clases sociales perfectamente contrarias entre sí por su religión, por su poder económico, por sus particulares intereses, sean estos deportivos, económicos, étnicos, técnicos, profesionales, familiares o políticos. Debemos hablar de colonias sociales.

Las “colonias sociales nos dirán que allí, en esa región, en ese conglomerado demográfico, coexisten dominados y dominantes, unas clases sociales contrarias en intereses y antagónicas por la explotación de una por parte de la otra.

La simple distinción entre varias familias, el respeto a la privacidad de cada una, por ejemplo, ya nos indica que entre ellas no puede haber transparencia ni comunes acuerdos, salvo que renuncien a todo tipo de rasgos distintivos extranaturales.

Preguntémonos: ¿por qué debemos mirar a los maestros como algo superior a sus discípulos, siendo que estos últimos son quienes permiten que aquel exteriorice todos sus aportes como persona madura y ya cargada de herencia cultural?  Mientras subsista esa distinción extratécnica no podremos hablar de sociedad, como personas los unos y los otros.

¿Cómo podemos hablar de sociedad en un conglomerado informe de pobres y ricos que modernamente derivan de esa oprobiosa distinción entre patronos y asalariados, entre burgueses y proletarios, entre amos y desposeídos?

El presente caso que se desarrolla actualmente en la convulsionada  Grecia sirve para nuestra elucubración: porque la explotación de una clase por otra va más allá de la explotación laboral fábrica adentro. La explotación implica una dominación total que abarca plusvalía, plusproducto, bienes de tercera para el explotado y bienes de primera para los explotadores. En caso de crisis, tributos al proletario y subvenciones al explotador.

Grecia, como Estado sumado a la Comunidad Económica Europea ligada al “euro”, hoy nos muestra un cuadro “social” de crisis presupuestaria y económica. Nos   evidencia el caso de un colonialismo económico, el mismo que se da donde quiera que el capital, apátrida por naturaleza propia, se asienta mediante inversiones industriales y mercantiles.

Resulta que el déficit fiscal griego exige más de 100 M MM de dólares, un bocado financiero que deglutirán los financistas internacionales. Vale acotar que la banca mundialista no pertenece a alguien en particular, sino a la clase “colonizadora” capitalista, y dentro de esta los hay con grandes fortunas, pero también se subsume al pequeño ahorrista trabajador y a los pequeños pero frecuentes y numerosos depósitos que la banca alberga por aquello de los pagos por nómina, depósitos en estudio compensatorios, etc. (El cálculo de intereses opera en fracciones de segundos. Los intereses a favor de un pequeño capital por segundo es de hecho cero, pero no así para los grandes capitales.)

Bien, todo hace prever que en Grecia se redoblará la carga tributaria de los trabajadores, se alargará su tiempo laboral de prejubilación, sufrirán desempleo sin alternativa. Todo un paquete de presiones y exacciones contra los “colonos, contra los llamados asalariados, pero que no castigará en absoluto a los capitalistas industriales ni a la banca nacional ni a los comerciantes domésticos.

Un Estado no colonial le exigiría un sacrifico o una colaboración a todos los ricos del país, a quienes se han enriquecido sin límite durante milenios, y a quienes ahora esa “patria” les exige una cuota financiera. En el caso de la crisis “hipotecaria” de EE UU, recuerden que fue peor la medida adoptada por el gobierno: Desempleo y ejecución de hipotecas de los trabajadores, y grandes financiamientos blandos para los banqueros, cosas así.

Definitivamente, no debemos seguir llamado sociedad a esta vulgar colonización monetaria y económica que se practica en el modo de producción más colonizante que hemos conocido con el rimbombante nombre de capitalismo.

 

 

 

 

 

 


sábado, abril 24, 2010

DD HH y Paracaidismo Juvenil

DD HH y Paracaidismo Juvenil

Manuel C. Martínez M.

23 abr. 10

De entrada consideramos que el principal derecho humano actualmente irrespetado es el de recibir la paga completa por el trabajo ejecutado, según las características técnicas, experiencia, calidad, productividad personal, etc. Fuera de allí, los demás DD HH nos lucen más políticos y populistas que sinceros.

 

El maltrato de género a la mujer, por ejemplo, si bien debemos evitarlo, se queda corto cuantitativamente frente al peor maltrato que como asalariada  recibe fábricas adentro, cosas así.

 

No obstante, nos inclinaremos por una nueva forma de defensa de los DD HH: El paracaidismo militar. Viene siendo cuestionado desde hace varias décadas; Alemania lo usó y sacrificó millares de jóvenes en Creta, por ejemplo, durante la II Guerra Mundial.

 

Bueno, concretamente, en nuestro país, existe el paracaidismo como una técnica más dentro del Ejército. Para este peligroso y criminal recurso bélico se emplea a la juventud venezolana extraída, como el resto de la soldadesca nacional, de las clases más humildes y con menor poder de reclamación. Para ellos, al parecer, no existen DD HH.

 

El Estado venezolano jamás ha cancelado el precio de esas vidas que nadie reclama, para las cuales no existe la Defensoría del Pueblo, vidas   que los derechistas humanos ignoran por “re o por “fa”, o porque no les da dividendos populistas, y/o por miedo a enfrentarse a la Institución Militar de raigambre poscolonial.

 

Recientemente hubo otro muerto. El Estado cayó, limitó su “pesar” a las condolencias del caso, a “saludos a la bandera”, y a echar tierra mediática de inmediato. Han sido muchos los jóvenes perdidos en semejantes y antihumanas prácticas “obligatorias”. A juicio del Estado el show continuó y no ha pasado nada.

 

Desde esta tribuna abogamos por la eliminación de estas criminales prácticas. Si el Estado necesita paracaidistas, bien puede contratarlos a manera de mercenarios, bien expertos y bien mayorcitos para no seguir sacrificando vidas jóvenes que perecen con igual o mayor probabilidad que cuando alguien juega a la ruleta rusa.

 

Este gobierno, tan bolivariano, tan humanitario, tan filantrópico, tan socialista, tan amoroso, de los niños, de los adolescentes, de niñas, jovencitas y jovencitos, debe ir suprimiendo semejante Escuela de Paracaidistas de Maracay, Edo. Aragua.

 


viernes, abril 23, 2010

El Socialismo

El Socialismo no es una Estructura Económica

(Es un tipo de Estado capitalista)

 

Manuel C. Martínez M.

22 abr. 10

Hay mucha confusión manejada e inducida por la mediática de ahora y de ayer. Más bien pulula mucha definición subjetiva gubernamental. No se maneja una idea clara sobre qué significa ni sobre qué es el Socialismo de los tiempos modernos. A este Socialismo “capitalista” debemos diferenciarlo del Socialismo primitivo; este fue un modo de producción, una estructura económica, y el de nuestros tiempos no lo es.

 

Por definición científica, Socialismo es una fase política o superestructural durante la cual una sociedad capitalista se va transformando en una sociedad comunista. Esta transformación necesita un Estado ad hoc. Se trata de una forma de Estado, como forma de gobierno, en el cual el proletariado asumiría un poder dictatorial meramente político, un Estado de transición que vaya permitiendo la eliminación progresiva y firme de los vestigios burgueses que ideológicamente se mantendrían rezagados luego de que la alta burguesía pierda interés en la contrata de asalariados porque su rentabilidad ya no les dé ganancia alguna. Su transformación es tan compleja como la cantidad de capitalistas involucrados, a diferencia de los grandes capitalistas que por ejemplo, hoy se les marca con el número “8”. Cuando esa transformación y limpieza de vestigios burgueses haya terminado, entonces se hará iniciado una nueva estructura económica, habrá nacido el Comunismo que, de paso, no requiere ningún Estado como forma de gobierno.

 

El caso es que en la libre competencia mercantil capitalista no todos los inversionistas logran crecer y crecer, ni concentrar y concentrar capital como sí lo logran los industriales punteros de todos los tiempos. La clase burguesa no es homogénea ni comparten los beneficios democráticamente. Por el contrario, los países industrializados que acusan mayor composición orgánica de capital terminan usufructuando parte del plusvalor arrancado en las fábricas  mediana y pequeñoburguesa.

 

En medio de ese heterogéneo cuadro burgués, el Estado socialista busca terminar la obra que la tendencia decreciente de la ganancia logra al final de la cual la alta burguesía sale del juego sin necesidad de expropiaciones pseudosocialista. Estas expropiaciones, nacionalizaciones y socializaciones burguesas sólo han servido para alargarle la vida al modo burgués y para que muchos políticos disfrazados se izquierdistas, de socialistas o de etceteristas hagan jugosas carreras por la vía del enriquecimiento corrupto sin resolver ninguno de los problemas que supuestamente entran en todas sus promisiones electorales.

 

Una vez establecido el Estado dictatorial proletario, o Estado socialista anticapitalista, apartada del juego la alta burguesía dominante, entonces entrarían a oponerse al cambio los medianos y pequeños burgueses, más capitalistas teóricos que c. prácticos ya que su nivel de acumulación de capital les limita indefinidamente su radio de acción internacional. Por eso, ese Estado proletario en funciones es el verdadero socialismo como expresión de una superestructura capaz de reacomodar la estructura capitalista que se halla en su base.

 

De tal manera que, por ejemplo, lo que ahorita se  denomina Socialismo del Siglo XXI” no pasa de ser otra definición errónea basada en la falsa concepción, según la cual los políticos involucrados pretenden hacerle ver al pueblo ignaro que el Socialismo es un modo de vida, cuando que ningún socialismo verdadero deja de ser una simple forma de gobierno. Si esta forma no es la representada 100% por el proletariado, por los trabajadores y por lo mejor de las fuerzas productivas materiales y humanas, entonces sólo se está en presencia del mismo Estado burgués, de una modalidad más de gobierno burgués independientemente del mote que se atribuya.

 

 


miércoles, abril 21, 2010

La Privatización General de la Economía

La Privatización General de la Economía, Parte II

(La retrógrada mediática burguesa y los yerros de  Lenin)

Manuel C. Martínez M.

20 abr. 10

El ensayo socialista se ha venido prostituyendo desde que su advenimiento no respetó las advertencias científicas contenidas en Contribución a la Crítica de la Economía Política, de Carlos Marx. Lenin fue pionero de esta grave imprecisión. Tamaño yerro político pudo deberse a la novedad del modo procomunista como alternativa a las desgracias sociales acumulados por el régimen feudal zarista, sumadas a las que desde ese entonces ya caracterizaban al modo burgués. Dos modos concomitantes tenían que ser enfrentados. El feudal apenas cuestionado jurídicamente para 1861, y el capitalista en pleno proceso de desarrollo, un modo que ganaba loas y aceptación el resto del planeta..

 

En Rusia coinciden con una mínima diferencia de ½ siglo la revolución antifeudal y la anticapitalista, los movimientos socialistas precomunistas contra los terratenientes, y los mov. comunistas contra los capitalistas. El fracaso soviético lo conocemos, particularmente su retraso como sociedad capitalista frenada por una política e ideología socialistas desfasadas, demagogas y oportunistas. Un campesinado al lado de un obreraje naciente que fueron homologados por Marx como “proletariado”, a quienes este pedía una “unión”, una concordancia de criterios para poder enfrentar a los nuevos explotadores. Lenin abogó mucho por la alianza obrero-campesina, y de allí el famoso logo de la “hoz y el martillo”. La designación de proletarios como trabajador exclusivamente capitalista jamás ha existido.

 

Pero también la propia clase burguesa ha contribuido con  semejante y extemporánea práctica anticapitalista. Efectivamente, los apologistas burgueses son quienes por razones obvias más han bebido y caletreado el contenido correcto de la contribución de Marx respecto a la vida de este modo de producción.

 

Desde hace muchas décadas los capitalistas medios y pequeñoburgueses se sienten impedidos de seguir avanzando en su carrera de acumulación de capital por razones del empoderamiento creciente de los principales países y capitalistas transnacionalistas, pioneros del desarrollo industrial que arrancó y floreció en la Inglaterra victoriana. Como eso es así, entonces esa subclase ha venido valiéndose de consignas socialistas, y han estimulado mil conatos revolucionarios,”, han alimentado partidos políticos pseudoizquierdistas, y a muchas escaramuzas antiimperialistas.

 

Estos políticos, quienes de comunistas sólo han tenido el mote de socialdemócratas, socialistas, populistas, se han se han movido tan errónea y prematuramente como Lenin lo hiciera   en su oportunidad. Se trata de una izquierda malsana formada por pillos de la política, oportunistas de toda calaña, y en el caso más excusable, de ilusos que han creído que las revoluciones contra el capital es cuestión de nacionalizaciones o expropiaciones estatales con una bandera que va desde NO a las PRIVATIZACIONES de los SERVICIOS PÚBLICOS hasta prosaicas arremetidas verbales contra gobernantes de países altamente desarrollados.

 

Estas arremetidas, esas “socializaciones”, esas expropiaciones, esas nacionalizaciones, paradójicamente han sido financiadas por la alta Banca Internacional, y con más créditos para su mantenimiento cuando esas obras desprivatizadas   pasan a poder del Estado sin que este cuente ni siquiera con las plantillas tecnocientíficas que las pongan en marcha con eficiencia y eficacia. De  partida, todas esas obras se enrumban al fracaso burocrático, se convierten en elefantes blancos que acrecientan las necesidades presupuestarias de cada año y cuyo déficit necesariamente es superado temporalmente por nuevos y crecientes endeudamientos públicos. Hacia allí han apuntado estas aburguesadas y prematuras socializaciones.

 

Tales políticos identificados como socialistas se han prestado al juego de un socialismo” improvisado que finalmente sólo le alarga la vida al sistema capitalista, amén de sembrar un desprestigio creciente sobre todo lo que huela a comunismo, con lo cual han bajado los reclamos reivindicativos salariales frente al gran industrial y verdadero imperialista moderno.

 

Esta mala influencia ejercida por los negadores de la privatización general de la Economía ha prendido principalmente en el segmento de mayor peso tecnocientífico, en la llamada clase media, misma que, en el caso venezolano, es retrógrada por excelencia. Esta subclase  es defensora  a ultranza de un capitalismo que contradictoriamente es contrario a los intereses del trabajador asalariado pero que es a su vez el modo más expedito para desarrollar las fuerzas productivas que eleven finalmente la conciencia proletaria más allá de la inapropiada conciencia burguesa que sigue caracterizando el pensamiento del trabajador burgués. 

 

Bien, los gobernantes corruptos de los países rezagados, los mismos que son debidamente escogidos por la subclase de capitalistas amenazados por los países y empresarios de mayor giro, protegen estos falsos socialismos a fin de poder repartirse arbitrariamente el Presupuesto Nacional al margen de sus cualidades empresariales capitalistas. Estos burgueses, decimos, jamás han entendido el papel del Estado Burgués. Han impedido que las empresas y los empresarios más y mejor capacitados para desarrollar las fuerzas productivas penetren toda la economía.

 

Al Capitalismo se le ha vendido erróneamente manejando como si fuera una enfermedad infecciosa que mientras más antes se la combata, mejor. La mediática política de estos burgueses, incapaces para desarrollarse por sí mismos, ha criminalizado la gerencia privada e irrespetado el mensaje marxiano, según el cual el modo burgués sólo se extinguirá cuando el desarrollo de las Fuerzas Productivas así lo induzcan.

 

Vemos que el Estado latinoamericano es incapaz de partida para satisfacer las necesidades sólo satisfactibles mediante mercancías, y estas por excelencia son un asunto privado. Esos gobernantes, por lo menos, los latinos, han fracasado rotundamente con cada proyecto de Obras Públicas. Ahí está el caso venezolano, de Guri, una descomunal obra eléctrica que hoy luce quebrada, dañada y fracasada por variopintas negligencias e ineptitudes burocráticas. Al final han reprivatizado, lo que habían nacionalizado, y cuando la empresa privada endereza sus entuertos, entonces surge un populista   aupado por falsos socialistas y en colusión deciden renacionalizar o socializar para dar tremendo show de inutilidad, de corruptelas.

 

El consejo marxiano es preciso y palmario: Debemos dejar   que el capitalismo bote todo su potencial. Combatirlo prematuramente   ha sido   contradictorio, casos: URSS, China, Cuba, y ahora Venezuela cuya economía se abre más a los apetitos burgueses por cuanto su economía se halla en franco decaimiento industrial, el Estado explota a sus trabajadores burocráticos, un comercio formal e informal que frena la oferta de asalariados y una banca más parasitaria mercantil que proindustrialista.