Asociación Civil Bolivariana "Defensores del bolívar"

jueves, mayo 27, 2010

Los Tres Chiflados en la Burocracia

Los Tres Chiflados en la Burocracia

(Una administración gerenciada por piratas es una chifladura)

Manuel C. Martínez M.

25 may. 10

La serie fílmica norteamericana “Los tres Chiflados (The Three Stooges), si bien tuvo éxito por la abundante comicidad verbal de sus actores durante una época todavía incipiente para el Cine, se caracterizó más bien por su matiz fuertemente molierano. Se trata de tres auténticos “piratas” en cualquier oficio para los que fueran solicitados. 

 

Esos irresponsables, más que trabajadores fueron destructores del mobiliario y parte de la arquitectura de las casas donde desafortunadamente operaban. Al final de sus 16 minutos de actuación terminaban sacados a patadas por sus defraudados contratistas. Si usted ve de nuevo sus capítulos sufrirá pena ajena por haberse reído con la pérdida de los afectados por esos “chiflados”.

 

En materia de nuestra burocracia de todos los tiempos, parece haber sido y seguir siendo el escenario más expedito para el ejercicio de cuanto pirata consiga un carnet político de cualquier partido, se cuadre con los ganadores, se meta a adulante y ¡zas!, ejercerá como el mejor actor de aquel trío fílmico.

 

Porque lo que hicieron el productor  y el directo de esa serie fue divulgar este irresponsable ejercicio por parte de cuanta persona que, por el solo hecho de estar desempleada, o por no querer someterse al rigor del trabajo asalariado, opte libremente por fungir de técnico cuando no sepa ni el ABC correspondiente. Fue un llamado a los Alcaldes de marras, como hoy se lo hacemos a los nuestros.

 

Pero también lo hacemos al propio pueblo elector para que él decida quién debe dirigir determinado departamento de cualquier instituto u organismo del Estado. Nuestra burocracia no puede seguir en manos de una gerencia partidista que decida quién debe administrar fondos públicos sin saber ni siquiera sacar cuentas aritméticas. El pueblo no puede seguir tolerando el pirataje de burócratas que pretendan gerenciar funciones técnicas de alta especialización con la única credencial de ser fieles a las banderas del partido político ganador, o amigo del Presidente, o amigo del Ministro, o amigo del Diputado, o amigo del Alcalde.

 

El pueblo venezolano debe participar no sólo en la elección directa de los principales mandatarios, si fuere el caso, sino en la escogencia dentro de cada organismo, sin limitarse a tolerar y obedecer al primer, segundo y tercer “chiflados” designados por su Presidente, o por su ministro, o su diputado.  En nuestro criterio, las comunas que se están improvisando en Venezuela terminarán convirtiéndose en mayores fuentes de corrupción, de despilfarro gerencial y en una duplicación paralela burocrática que enriquecería el ejercicio de “Los Tres Chiflados” en la Burocracia nacional. En su lugar recomendamos la elección directa del personal administrativo y directivo de cada dependencia oficial, por lo menos, por debajo del rango ministerial.

 

 

Con los tres chiflados de los piratas que andan ejerciendo libremente en Venezuela sin que las Alcaldías les exijan ninguna credencial que los acredite como tales ya es bastante, y no por eso para seguir tolerando las chifladuras de una administración ejercida por piratas que además de cobrar jugosos sueldos causan más daños empleados que afuera como comisionistas.

 

 

 

 


martes, mayo 25, 2010

Conozcamos el capitalismo

Conozcamos el Capitalismo

(Respetemos la Crítica que Marx nos dejó)

 

Manuel C. Martínez M.

22 may. 10

Cuando conocemos los panegíricos a favor del capitalismo solemos pensar que se trata de personas muy bien tarifadas y subjetivamente interesadas en la perpetuidad de este modo de producción. Nada más falso; descubrir, analizar e interpretar las características de cualquier fenómeno no significa plegarnos sumisamente a ellas, simplemente las describimos, aunque en ellos nos vaya la perdida de subjetividad con que previamente hayamos abordado el caso. Es la dialéctica de toda investigación: Con nuestras observaciones influimos en las variables, y estas lo hacen de vuelta sobre el observador. (Cónfer: Relación de Indeterminación de Heisenberg)

 

Algo parecido fue lo que hizo Marx con ayuda de mejor herramienta científica, el Materialismo Dialéctico e Histórico. Pasemos revista a algunos de sus varios prolegómenos que sirven de apertura a todas sus obras.

 

Por ejemplo, Marx confiesa que no pintó de color de rosa al capitalista y el terrateniente, pero que tampoco le atribuía intenciones subjetivas a la explotación que aquellos practicaban, salvo en la medida en que son la personificación de categorías económicas, los puntales de intereses y de relaciones de clases determinadas. (Cónfer: Karl Marx, El Capital, Prefacio de la Primera Edición Alemana).

 

De ese prefacio deducimos que los ataques viscerales contra un comerciante burgués o industrial o un banquero no tienen nada de anticapitalismo, pero sí mucho de ignorancia sobre las características de este sistema clasista.

 

Otro ejemplo: En la producción de las mercancías se habla de coste medio para referirse a los insumos de medios de producción y de valor agregado por los asalariados en cada unidad de mercancía. Se habla de “precio” como expresión mercantil o de mercado para es misma unidad. Digamos, una mercancía contiene o cuesta X valor, y se puede lograr por ella un determinado “precio” que no necesariamente resulte a la par con aquella. Unos industriales terminan vendiendo por debajo de su coste, y así lo hace el intermediario correspondiente. Otros logran vender necesariamente a un precio superior. Es la única forma de estabilizar la producción y el mercado. La idea responde a lo que se conoce como igualdad de las tasas de ganancia en rango macroeconómico e internacional. (Ob. cit., Libro tercero)

 

Dejemos claro que la ganancia de los mercaderes, deducidos sus costes operacionales, representa una alícuota de plusvalía ya contenida en la mercancía fabricada en modo capitalista. Estos zigzagueos alrededor del valor de cada mercancía sólo buscan equiparar aquellas tasas de ganancia en condiciones normales. Si la producción ofertada no cubre la demanda del caso, son los propios demandantes quienes se abocan a reconocer precios exagerados que se traducen en sobreganancias de mercado, pero esto es irregular, no define el sistema. Imagine usted una transacción de compraventa entre dos artesanos: ellos intercambian mercancías mediante trueque o dinero, pero tanto en el primer caso como en el segundo ambos reciben un valor equivalente al que entregan.

 

Ahora, si la oferta sobrepuja la demanda, entonces los propios vendedores (productores y mercaderes) optan por bajas de precio que reducen sus ganancias al vender a precios inferiores al precio medio de toda la producción. Por eso los industriales se cuidan para mantener una oferta tendenciosamente rezagada.

 

Por eso es necesario que un gobierno que desee ayudar la economía de su país debe estimular la producción privada con libre competencia y a como dé lugar. Los lamentables casos de acaparamiento, de despilfarro de inventarios (leche vaciada al mar) son artilugios tendentes a mantener unos precios que si caen por debajo de cierto límite necesariamente terminan arruinando al empresario o dándoles pérdidas durante el año económico en curso. Si esto ocurriera, dejaría de pagar impuestos, merman los Ingresos fiscales, sobreviene desempleo, etc.

 

Así se mueve la economía burguesa, pero no se trata de impiedad, ni de acciones inicuas contra nadie.Garanticemos un libre mercado, estimulemos al máximo la producción que cubra la demanda potencial solvente, ayudemos al menesteroso e incapacitado o minusválido, y veremos que ese capitalismo funciona sobre rieles. Es lo que ocurre actualmente en sociedades no menos burguesas que la nuestra y donde al parecer reina   armonía entre burgueses y proletarios. Pongamos trabas a al producción, al mercado, y veremos acaparamiento, especulación, desempleo por todas partes.

 

He ahí algunas importantes características del sistema, de los industriales, mercaderes y financistas sin que su voluntad no prive para nada. Obsérvese que los inversionistas no están al frente de ninguna empresa. Son simples dueños económicos de los medios de producción, y propietarios jurídicos de las acciones mayoritarias de todas las empresas del mundo que se hallan en red económica internacional.

 

Los encargados de obtener máximas ganancias con mínimos costes son la Gerencia, los vigilantes, los contables, pero todos estos reciben instrucciones técnicas, no de los accionistas sino de las leyes económicas del Sistema capitalista de producción. Estas leyes y su correspondiente tecnología forman parte integral del pénsum e estudio de las principales universidades y academias del mundo moderno.

 

En el caso venezolano, el gobierno animado por un supuesto interés socialista, estimula la producción pero le exige a los productores sacrificios económicos que en nada benefician el futuro ni la estabilidad de esas empresas ayudadas por el Estado. Este desconocimiento de la Economía capitalista cuyas leyes aconsejan que  deba operarse con mínimos costes y venderse a precios máximos le impide al gobierno actuar correctamente. Por cierto, costes mínimos supone comprar medios de producción a su valor medio de mercado, y pagar salarios estrictamente ajustados al valor de la fuerza de trabajo. Reconocerle al trabajador un salario mayor se traduce en “pérdidas” ya que eso sería como pagar más de la cuenta por las materias primas. Así funciona eso.

 

La pérdida de un empresario “generoso”, o con una contabilidad deficiente, se corresponde con sobreingresos a favor de quienes vendieron a un precio superior al valor entregado, salvedad hecha de los trabajadores que están naturalmente capacitados con una fuerza de trabajo creativo de un valor superior al valor de aquella. Sobre esta cualidad salarial  opera con éxito el régimen burgués.

 

Cuando un asalariado resulta incapaz de generar valor agregado con un plusvalor mínimo no es empleable o irrentable. Y no se trata de malos sentimientos de parte de los patronos: “los negocios son los negocios” reza el prejuicio popular. Si estos males ocasionados a las mayorías en beneficio de pocos no nos complace, no por ello debemos desconocer que así funciona el Sistema Capitalista.

 


viernes, mayo 21, 2010

Derivados Normales de la Paridad Cambiaria en el Mercado Interven

Derivados Normales de la Paridad Cambiaria en el Mercado Intervenido

(La Inviolabilidad de la Ley de la Ofertademanda)

Manuel C. Martínez M.

20 may. 10

 

Las truculencias financieras de índole cambiaria no son tales, son simples expresiones de los diferentes ajustes propios del vaivén correspondiente operado entre una Oferta y una Demanda desbalanceadas entre sí. A la larga el equilibrio debe restablecerse a punta de unos ajustes que lucen o resultan más o menos especulativos, pero ellos están a la orden tanto de los particulares cuando la producción no se adecua a las necesidades del consumo, como del propio Estado que no respete el libre cambio mercantil.

 

Es una impostura tachar de ladrones ni de bandidos a quienes apliquen los usuales mecanismos comerciales y financieros según el libre desenvolvimiento de la ofertademanda. Lo que hace un acaparador o un especulador es adecuarse a la coyuntura que le brinda una Economía desajustada. Por ejemplo, cuando las cosechas agrícolas son excedentarias los productores suelen vender a precios bajos y nadie protesta, pero cuando ocurren bajas en la cosecha son los campesinos o sus intermediarios quienes logran vender a elevados precios, pero entonces son tachados de hambreadores.

 

Bien, una forma expedita de desbalance financiero es escasear las divisas es mediante el Control de Cambio, en caso de un Estado que no logre satisfacer oportuna y cuantitativamente las necesidades cambiarias de cada día. Dólares preferenciales, cuotas máximas, etc. y fijación arbitraria de la paridad cambiaria mediante un Control de Cambio, son un camino desbrozado que conduce a desviaciones donde necesariamente el “acaparamiento” y la especulación se presentarán sin que haya forma posible de evitarlos sin exponerse a desajustes mayores.

 

Resulta lógico que una demanda que sobrepuje la oferta provoca un alza de precio, y viceversa. Resulta lógico que una Oferta que desborde la demanda se traduzca en bajones de precios y viceversa.

 

Los justes financieros alcistas son de vieja data, se remontan a la época tardía del Medioevo, por allá cuando se formaron los bancos, o los banqueros1/, quienes in situ, a boca de puertos, se ocupaban del trueque entre las monedas de entonces que requería el comercio internacional. Esos “banqueros alzaban la paridad cuando sus clientes sobrepasaban pedidos que ellos no podían cubrir oportunamente.

 

Las medidas que acaba de adoptar el gobierno en esa materia, medidas tendentes a evitar la especulación cambiaria que  catapulta “mágica y tramposamente el precio del dólar permuta, y que supuestamente podría formar parte de una estrategia desestabilizadora emprendida por comerciantes y financistas interesados en  retomar  al poder político de Venezuela, esas medidas, decimos, necesaria y coherentemente también deberían servir de ejemplo para que el mismo Estado se vea reflejado en esa “especulación” y considere el daño  que causa a sus acreedores por concepto de Deuda Social.

 

Tomemos el mismo ejemplo usado por el gobierno para ilustrar uno de los procedimientos “técnicos” financieros, lógicamente viables y usados por los corredores y agentes cambiarios, procedimientos que no pueden ser evitados por decretos, salvo males peores para la Economía nacional:

 

Acotemos que la transacción de bonos en dólares atrajo a los comparadores para evitarse perjuicios patrimoniales en caso de de devaluaciones del bolívar. Estos tenedores querían asegurarse a futuro un monto estable de divisas, además de ganarse un interés. Hasta allí, el Estado actuó con todos los mecanismos que ofrece el mercado, y mecanismos respetados por la banca privada:

 

1.- Así, un tenedor de un bono en dólares emitido por el Estado venezolano, en lugar de esperar su vencimiento decide convertirlo en dólares.

 

2.-El tenedor del bono acude a un corredor, y de este recibe los dólares correspondientes afectados de un razonable descuento por pronto cobro.

 

3.-Bien, ese tenedor compró, digamos, a Bs 2.150,00/$, hoy, BsF. 2,15/$. Si el bolívar mantuviera ahora su misma paridad que tenía cuando compró el bono, es de esperarse que reciba tantos dólares como los que nominalmente vale el bono, menos el descuento del caso.

 

Ahora bien, como la moneda ha sido devaluada por el propio gobierno emisor de esos bonos, si el corredor, por ejemplo, le reconociera el mismo monto neto nominal en dólares, no hay duda de que ese tenedor entonces tendría la opción de revender esos dólares al precio más alto que empiece a regir en el mercado “permuta”, donde posiblemente la paridad cambiaria se torne en alzas para el dólar debido al posible surgimiento de un desbalancee entre la demanda y la oferta de la divisa en el mercado controlado por el Estado.

 

4.- Por supuesto, el corredor le entrega dólares según su equivalente en BsF. actuales, es decir, sólo le reconoce los bolívares que el tenedor desembolsó en su oportunidad cuando compró el bono, razón por la el tenedor termina recibiendo una cantidad menor de dólares que de todas maneras tiene un equivalente aproximado en tantos bolívares como los que el tenedor desembolsó cuando adquirió el bono en cuestión. El vendedor del bono simplemente cedió la estabilidad patrimonial que le había garantizado el Estado, en caso de que esperara el tiempo de su vencimiento, se dispone a revender en laza los dólares que en menor cantidad recibiera del corredor. Se abre así un juego de ofertas y demandas improductivas que terminan inflando el precio de una divisa que por no estar suficientemente disponible en el mercado, entra en escasez y esta viabiliza la operaciones que despectiva e injustamente se conocen como especulativas.

 

Por otra parte, cuando el Estado entra en mora con sus funcionarios públicos (los jubilados) para una fecha determinada, el monto de ese pasivo tiene un valor en dólares según la paridad de marras. Si el Estado en el ínterin antes del finiquito devalúa la moneda y luego honra la deuda acumulada, estará entregando menos dólares que los adeudados según los mismos bolívares que adeudaba cuando estos tenían un mayor poder adquisitivo frente a la divisa. O sea, el Estado también asume una conducta tan “especulativa” como la que practican los financistas privados, y sin embargo mal podríamos suponer que el Estado esté tramando ninguna desestabilidad contra sí mismo..

 

1/ Se historia que estos vendedores de divisas se sentaban en unos bancos, oficinas afuera, cual buhoneros del dinero.

 


Los Callos de la Humildad

Los Callos de la Humildad

Manuel C. Martínez M.

 

20 may. 10

Observe los tendones de Aquiles, particularmente los suyos, o los de las demás personas, damas y señoritas. En la mayoría de los casos muestreados verá una formación callosa cuyos orígenes se remontan a la adolescencia y hasta antes.

Con esas personas ocurre que generalmente pertenecen a gente humilde, y el calzado que pudieron usar fue generalmente baratico o de precios al alcance de sus padres. Esta baratura, como se infiere, está asociada a zapatos de tercera calidad aunque muy boniticos a los ávidos ojos de todo menesteroso.

Su pésima calidad se refiere a que su confección va con cargo a suelas y de bajo coste de fabricación, cueros mal trabajados, tiesos y rústicos, cuyo uso dará inmediata salida a una seguidilla de ampollas que a fuerza de costumbre e insistencia se transforman en tremendos callos. No se diga de aquellos zapatos que le quedaban apretados, pero que se resignó a usar, no fuera cosa que mientras se encontraran los adecuados se le atravesara una necesidad urgente a su comprador. En refuerzo comercial, el vendedor siempre afirma que esas molestias del calzado apretado pasarán cuando se les estire con el uso, y se cuida de omitir que para entonces varios callos se habrán desarrollado a sus anchas.

Tales callos blanquecinos pasan a ser la defensa natural ante cuanto zapato de tercera siga poniéndose la gente humilde, y de talón de Aquiles pasan a ser tendones de Aquiles, por aquello del lado flaco que representan, puesto que no es necesario buscar documentación curricular para reconocer el estatus de una persona: Basta con mirarle sus talones y las coyunturas superiores de sus dedos inferiores.

Esos callos de la humildad suelen estar acompañados de   cicatrices de variados tamaños pertenecientes a las niñas de unas dos generaciones hacia acá. Sus padres pertenecen al grupo de gente sin techo que a raíz de la caída de Marcos Pérez Jiménez optaron por invadir tierras urbanas ociosas para una improvisada fabricación de ranchos. En esa fabricación entraron muchas latas y latones, alambres y púas de hierros diversos capaces de producir rasguños y heridas más profundas a los niñitos semidesnudos y descalzos de entonces que correteaban dentro y fuera de semejantes viviendas.

De vez en cuando usted observará personas con unos taloncillos delicadamente tratados; estos revelan que sus padres fueron gente de buen dinero, mismos que pudieron adquirirle al dueño de esos tendones unos calzados de primera calidad en suavidad, talla y elegancia, y única forma de evitarle al usuario la formación de los mencionados callos de la humildad.