Asociación Civil Bolivariana "Defensores del bolívar"

sábado, agosto 25, 2007

Reforma de Jornada de Trabajo

Por Manuel C. Martínez M.
24-ago-07

En principio y de perogrullo, todo trabajador recibe con mucho entusiasmocualquier solicitud presidencial tendente a la reducción de la *jornada detrabajo* cuyas características vigentes se recoge en el Art. 90 de laConstitución de la República Bolivariana de Venezuela. Por su parte, lospatronos la verán con mucho pesar.

Efectivamente, estamos hablando de una propuesta que de ser aprobada en lostérminos originales se traduciría en una reducción de 18% del tamaño de lajornada media. La actual jornada es de 8 horas diarias y 44 h/semanales, ypasaría a 6 h/d y 36/s. y en paralelo, tal rebaja horaria traduciría unamejora nominal salarial de 22,22¯%, para un salario mínimo constanteextensivo a la jornada reducida.

Por eso debemos enfatizar algunas observaciones muy pertinentes, aunqueno compartimos que la discusión sobre esta Reforma se realice postféstumentre ciudadanos de a pie, como yo, y el gobierno, sino entre diputados adhoc. En todo caso, con todo el respeto que nos merece su investidura, elciudadano proponente y Presidente de la República, debió haber discutidoantes su anteproyecto reformatorio con el pueblo, y luego elevar susolicitud ante la Asamblea Nacional.

Yendo a la solicitud de reforma en cuestión: 1.- Esta literalmente suponeque ordinariamente los trabajadores deberán trabajar 6 horas diarias delunes a sábado, y esto significaría un aumento de 50% de las horas laboralesobligatorias para el día sábado, al pasar de 4 horas a 6 h. Por supuesto,para que la jornada sabatina sea mejorada deberá rebajarse la carga semanala 34 h por lo menos, lo que supondría un sobreincremento salarial de33,33¯% para el sábado en particular, y redundaría en una mejora salarialpromedia diaria de 5%, aprox. Tal reducción del empleo de la mano de obrainicialmente beneficiaria mermaría la oferta mercantil con sus consabidassecuelas para una demanda constante

2.- Si pisamos tierra, cuando en una sociedad capitalista decimos aumentosalarial, decimos incremento de costes de producción, y estoineludiblemente traduce elevación de precios finales para las mercancíascuyos productores aspiren mantener constantes sus ganancias absolutas, y, loque sería peor, si aspiraran conservar constante su tasa de gananciarelativa, entonces dichos patronos tenderán a sobreincrementar dichosprecios; y

3.- Como si fuera poco, el empresariado capitalista, y con mayor razón el*empresariado* venezolano, subvencionado en su mayoría, por lo menos a cortoplazo no moverá un dólar para compensar su merma productiva ocasionada conesa reducción de 18% de horas hombres semanales. Una reducción del empleoque, en una primera fase, incrementará los precios de su mermada oferta parauna demanda constante, y en el mejor de los casos sólo provocaría un aumentode la capacidad industrial ya instalada y ociosa, pero no necesariamenteserá garantía de más empleo de mano de obra, ni de más materias primas, nide mayor volumen de maquinaria y afines, ni más energéticos, ni másgalpones, ni más intermediarios. Todo lo contrario: es posible que estareducción laboral de la jornada traiga mayor desempleo de materias primas,de energéticos y de otros insumos que paralela y complementariamentequedarán cesantes con la reducción laboral del caso. Contraproducentemente,sobrevendría mayor carestía, y dejaría incólume la capacidad productivaactual.