Asociación Civil Bolivariana "Defensores del bolívar"

martes, enero 04, 2011

Manuel Martínez comenta artículo publicado en www.aporrea.org

Manuel Martínez comenta respecto al artículo publicado en el enlace de abajo.

http://www.aporrea.org/actualidad/a114895.html

El autor ofrece, aunque muy contradictoriamente, una bien intencionada lectura de la medida mecanicista y monetarista que adoptó el propio encargado de sugerir fórmulas mágicas para enderezar varios de los entuertos que sus propias fórmulas precedentes le han ido causando a la Economía Nacional.

Las devaluaciones monetarias son y han sido la más perversa de las trilladas medidas “capitalistas” que allí dice combatir. Se olvida que, con eficacia, sólo puede devaluar su moneda un país que esté eminentemente ya industrializado como exportador de bienes terminados y semiterminados, pero no de materias primas, y mucho menos si esta opción es la única, como es el caso venezolano. Este país lleva décadas “sacando dólares petroleros para incentivar industrias nacionales que requieren más dólares petroleros para seguir funcionando, y otras lindezas economicistas de este y los anteriores gobiernos. Gobiernos que alimentan a unos pseudoindustriales prestos para presentar pérdidas que el Estado “socialista” presente y los anteriores condonan en lugar de darles simples prórrogas para la cancelación de sus deudas; deudas que, por cierto, no son acreencias de ningún gobernante, sino del Estado, y hasta donde sepamos, el Estado no es de ningún Luis XIV de Francia. Siempre he considerado que tales condonaciones deben ser objeto de Referendos ad hoc.

Según su análisis, el Che se quedó corto frente al Ministro Giordani . Da como acertada la nueva devaluación que se suma a las 3 o más anteriores que ya acumula la presente administración en menos de una década. Pero, además, el autor del artículo que nos ocupa aduce que es mejor este daño que otros. Justifica las posibles bondades de esta medida frente al daño que se causará con el incremento de medicinas y otros bienes básicos para una buena parte de la población de menores recursos, a la cual dice defender esta “revolución en tránsito (?)”.

Rechaza el control cambiario a la que considera una medida trillada burguesa, pero apoya y defiende la presente devaluación (¿?)

Eso es algo parecido a lo sucedido con la persona que, caída en arenas movedizas, opta por agitarse desesperadamente, de tal manera que precipita su caída en lugar de ofrecerse mayor capacidad decisoria y serenidad mientras le lanzan la cuerda salvadora.

Pero no se puede esperar peras del olmo. Mientras el gobierna siga atado a sus cogollos y cogollitos, y siga encerrado dentro de su propio “ataúd de Procusto” en materia económica, y más se hundiría. Esto no luce malo para quienes desean y necesitan el agotamiento de esta república, pero desgraciadamente para ellos y para el resto del país, la riqueza petrolera nacional es suficientemente elástica para soportar nuevos males y desgracias sociales causadas por incompetentes, mal asesorados y sirvientes imperiales con funciones, “dizque” de gobernantes “soberanos”, una elasticidad generosa para varios años, si no décadas, antes de que, supuestamente, el “Chucumbele” logre éxito en su soberano y autónomo cometido.