GERIATRIA Y ESTADO
Por Marzha Navarro
Vengo cargando en mis preocupaciones un dilema de una amiga alemana que es de la clase media baja, residente en Honduras, su problema se resume en una pregunta: ¿Traigo a mi madre a Tegucigalpa o la dejo solita en Berlín?
En Berlín la Señora Herta, profesora jubilada, de 96 años y semi paralizada, tiene el Estado de Bienestar Social, totalmente a su disposición y pendiente de ella, ya que la Señora fue contribuyente durante toda su vida y ahora matemáticamente merece la compensación. Es su derecho.
La Señora Herta no quiso irse a una clínica, ni a un asilo de ancianos, por ello el Estado adapto toda su casa, y especialmente su habitación personal a su actual circunstancia. Hay aparatos diseñados especialmente para alzar a la Señora para su perfecta higienización lo que facilita enormemente el trabajo de las enfermeras, que se turnan cada 6 horas. La alimentación es perfectamente balanceada. Sus medicinas son administradas infaliblemente. Los masajes son cotidianos y rígidos pues ella no camina pero no debe ser sedentaria, Su diversión también esta programada, el Estado envía Señoras latinoamericanas que hablan alemán, señoras pensionadas por desempleo, exclusivamente para conversar con la profesora Herta. También existen aparatos que facilitan la lectura de libros sin que ella los tenga que sostener, músicas o lecturas grabadas de poemas, novelas y romances. Un ómnibus estructurado para personas como ella, la llevara para asistir conciertos, teatros u operas de estreno. El Estado también se ocupa de las mascotas de la Señora Herta. Extraña a su única hija pero disfruta de la vida, a pesar de todo.
.....Si la Señora Herta viene al tercer mundo... tendrá cariño, pero dentro de las posibilidades de la familia sus cuidados serán bastante precarios, sufrirá mucho mientras espera la muerte llegar... no se. ¿Y Usted que opina?
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