Aclaratoria importante sobre los ajustes superficiales que realiza la presente Administración Monetaria Nacional.

Por Manuel Martínez

Adelante: Ya el Dr. Eudes Vera apuntó algunas verdades al respecto, mismas que pasamos a su debida amplificación dentro de las limitaciones de estas páginas:

Por una parte, la moneda nuestra ahora es fundamentalmente fiduciaria, tiene el valor nominal que el gobierno de turno decida a su capricho político y electorero, como en los viejos tiempos pregomecistas donde los hacendados y los bancos nacionales acuñaban dinero a la conveniencia de los comerciantes y terratenientes de marras, hasta que por orden imperial se creó el famoso y hoy desprestigiado y poco confiable Banco Central de Venezuela, un organismo que ningunea archivos, evita las auditorías, mantiene en forma crónica y vitalicia sus directivos de *confianza*, emite papel moneda con yerros ortográficos (el vulgarismo LEI era acuñado para marcar el tenor de aquellas monedas), emplea una coloración subrepticiamente semejantes para un público habituado a conocer las denominaciones por colores perfectamente diferenciados; y represa o despresa circulante para regular el movimiento de la oferta-demanda, con lo cual entiesa el aparataje productivo; se dedica a reformar ocasionalmente el Índice de preciso al Consumidos (IPC) a fin de ocultar por minimización la descomunal Inflación acumulada desde que se cortó el respaldo bimetálico.

Tan pronto el imperio decidió cambiar el sistema bimetálico y sustraer el oro y la plata de los bancos centrales de sus colonias (Sirva de ejemplo Venezuela, con la jefatura monetaria del difundo Pedro Tinoco., hijo, burócrata hecho a la medida de los intereses neoliberales calderistas o socialdemócratas copeyanos), el pueblo dejó de saber ni sabrá dónde está el oro físico (las barras y monedas)que debería respaldar nuestros activos y nuestras Reservas Internacionales, mismas que ahora enfatuadamente exhibe el Ejecutivo nacional, pero que se carcomen con el despilfarro y dilapidación practicado per ese mismo Ejecutivo, cuando reparte sin contraprestación material alguna los sobrantes de Ingresos petroleros no declarados en los presupuestos nacionales de los tres últimos años, el presente incluido..

Dólares y Euros son divisas, ambas de dudosa credibilidad comercial que perfectamente maneja a su antojo el mismo imperio.

A resultas, la supresión de ceros en número de uno, dos o tres, de la que tanto alardea el régimen del actual Ministro(ayer presidente de la Comisión de Finanzas, misma que aprobó sin objeción alguna y con crasa violación de la Constitución la Subestima de Ingresos petroleros) se traduce matemáticamente una especie de cambio de billetes de una denominación por otra equivalente.

Efectivamente, con la supresión del cero centenal, del cero decenal y del unitario, el Salario Mínimo venezolana se traducirá en BS. 512 *nuevas* unidades monetarias (llámense como se las llame) en reemplazo de los actuales Bs. 512.000, y un Kg. de carne roja costará, digamos, 12 nuevas unidades en lugar de los actuales Bs. 12.000

Por esa vía no se atenuará la inflación, ni se mermará el circulante real, y cuidado si más bien la Inflación se redisparará porque los redondeos comerciales e industriales suelen ser por exceso, y así una mercancía que valga, por ejemplo, $1 pasaría a costar 2,20 nuevas unidades, en lugar de 2,15, porque la carencia e insostenibilidad de submúltiplos monetarios. pensamos que los actuales Bs. 50 se equipararían a 0,05 del nuevo *bolívar*

Pero lo más absurdo de esta conversión, aunque contablemente practica y razonablemente sugerida por la banca privada, es que el dólar podrá seguir siendo revaluado ad infinítum, habida cuenta que suprimidos los tales tres ceros se partirá de un divisa apreciada en *Bs.*. 2,15, y desde entonces se viabilizaría nuevos y repetidas revaluaciones para ella. O sea, lo que nos espera es más y más devaluación del bolívar. El tema debe desarrollarse más pero por razones obvias el Foro no da para esa extensión.