Asociación Civil Bolivariana "Defensores del bolívar"

miércoles, mayo 07, 2008

La Praxis también es Clasista

Por Manuel C. Martínez M.
06 may. 08

Ha quedado establecido que el objetivo de las ciencias es avanzar, enriquecer el acervo teórico que potencia la sociedad para que sus trabajadores operen mejor con el mundo circundante y así acrecentar tecnológicamente su variada productividad. Comprende disciplinas que van desde la Psicología hasta la Física en un orden de temas que complementariamente se mueven desde los más *inmateriales* y sutiles hasta los toscamente materiales.


Requisito fundamental para todas las ciencias es la praxis. En este sentido, todo el progreso de las extraordinarias elucubraciones de los griegos no pasó nunca de magníficas satisfacciones contemplativas. El saber por el saber mismo. Los g. no practicaron el pragmatismo científico, desconocieron la Tecnología, y su praxis se redujo a labores estrictamente campesinas y artísticas.


La praxis devino después de los griegos y logrará su máxima expresión y desarrollo cuando la sociedad actual brinque al comunismo. Pero durante estas transiciones sociales la praxis gobierna todo el paquete de acciones, prácticas, experimentos y vivencias del trabajador con su medio, con los demás trabajadores, de estos con el Estado y viceversa. La p. es requisito para todas las ciencias en su búsqueda de descubrimientos y en el seguimiento de estos para la conquista de nuevos y perfeccionados hallazgos. Curiosa y paradójicamente, sólo la Matemática escapa a tal requisito apesar de ser ciencia eminentemente aplicada.


Ahora bien, ocurre que clasistamente hay muchas actividades económicas y muchas experiencias. Indudablemente existen prácticas inasequibles o vedadas para la clase asalariada. Por ejemplo, la práctica bursátil, la práctica del inversionismo industrial, todas estas actividades, que no son productivas per se, están limitadas a los dueños del dinero en grande. Los corredores de bolsa son simples voceros de las cotizaciones que a diario se mueven con una celeridad y constancia que a corto plazo impiden seguirle su curso. Sólo el inversionista se imbuye de su praxis.


Karl Marx echó manos del método de la *abstracción* para poder analizar, inferir y descubrir el intríngulis del valor de cambio de las mercancías capitalistas. Verdaderamente, ninguna ciencia social permite experimentación in situ. Con ellas no puede experimentarse salvo con muestras de dudosa representatividad y objetividad. Digamos que la cientificidad de ciencias como la Economía, la Sociología, la Historia, siempre estarán impregnadas de rasgos subjetivistas a los que no puede escapar ni siquiera el más objetivo de los científicos involucrados.


Aquellas actividades cuya práctica exige grandes aportes de capital jamás podrán ser abordadas de conjunto por parte de ningún trabajador, habida cuenta que estos siempre tendrán asignadas ocupaciones individuales y parciales, sin que puedan tener una visión global de la problemática productiva, salvo sus aproximaciones interpretativas que por *abstracción* terminen deduciendo.


Así las cosas, la clase burguesa de alto rango siempre tendrá reservada para sí la praxis de aquellas actividades cuyo ejercicio sólo puede correr a cargo de sus miembros mientras estos sigan siendo dueños del poder económico. En este sentido podríamos dispensar parcialmente a aquellos epígonos y panegíricos del burguesismo cuando niegan la cientificidad del comunismo. Pensamos que basan sus argumentos en la virtual imposibilidad de experimentar en el negocio burgués por parte de quienes no lo sean. Esto nos llevaría a inferir que sería de la propia alta burguesía de donde vendría el necesario apoyo teórico científico de la causa del Comunismo, como reemplaplazante del sistema actual.