Asociación Civil Bolivariana "Defensores del bolívar"

martes, julio 15, 2008

La Antiprogresista Pequeña Empresa Capitalista(Las Pymes contrarrestan el Socialismo)

Por Manuel C. Martínez M.
10 jul. 08

"Aparte de los males de la época actual, tenemos que soportar una larga serie de males hereditarios provenientes de la supervivencia de modos de producción superados con las consecuencias de las relaciones políticas y sociales anacrónicas que engendran".

Y contemporáneamente, dentro del mismo sistema capitalista vigente, vale añadir a ese epígrafe: "Tenemos que soportar los males que engendra el reciclaje de fases burguesas mundial y macroeconómicamente ya superadas"

Esta es la idea: Sin duda, lo que vulgarmente se denomina "pequeña"empresa (PE) ha sido hasta ahora un importante medio de empleo, particularmente en economías paramonopolizadas por el Gran Capital, por sus transnacionales y/o por empresas nacionales de dilatado giro. Cobran semejante importancia como alternativa eficaz para suavizar el permanente desempleo que reina y hasta crece en dichas economías. Así es cómo se las maneja y se justifica su existencia, su protección y su defensa política y electoralmente popularizada.

Efectivamente, el gran capital (GC) carece de estímulos para incrementar elempleo en sentido amplio. Su alto grado de maquinización así lo confirma. Contrariamente, La pequeña empresa asume esa tarea con desbordado entusiasmo. Esto para nada lo negamos. Todo lo contrario.


Pero bien miradas las cosas, no existe tal pequeña empresa, como tampoco existen la mediana ni grande e. Estas denominaciones son reflejos contables y cuantitativos del volumen del giro o monto físico de dinero destinado a la contrata y explotación de asalariados, durante su encadena y repetitiva evolución. "Lo que sí existe es la empresa capitalista, el comercio aburguesado, sin importar su volumen de asalariados en funciones".

Ocurre que para que los asalariados sean productivos el patrono debe dotarlos oportunamente y con estricto rigor complementario de equilibradas y determinadas cantidades de materias primas y otros medios afines conjuntamente capaces de viabilizar y coadyuvar a la transformación de la fuerza de trabajo viva en las diferentes mercancías. Digamos que hay unos explotadores mayores que otros, pero mancomunadamente todos son capitalistas a secas.

Repetimos: no son los medios de producción los que se transforman en mercancías o bienes útiles a la satisfacción de las necesidades convencionales, sanas e insanas. Esa es una hipótesis académicamente muy acabada y divulgada en la literatura de los más connotados centros deenseñanza burguesa.

Lo que sí se transforma, pues, es la fuerza de trabajo cuando se emplea en la producción o fabricación de aquellas materias primas y con el empleo coadyuvante de herramientas y versátil maquinaria.

Por todo eso y más, decimos que la PE ha servido también como tejido básico y celular para garantizarle continuidad sostenida a las Mediana y Grandes Empresas. Este ha sido su rol más importante y consecuencialmentemás antiprogresista y contrarrevolucionario.

Alimentar de alguna manera y formas a las denominadas pequeñas y medianas empresas (Pymes) es alimentar la insaciabilidad del GC. Las Pymes (pequeñasy medianas empresas modernas) son insumidoras y clientes natos de las empresas grandes.

Como hemos dicho en entregas anteriores, las empresas nacionales se hallan subsumidas en las e. mayores y estas en las máximamente transnacionales. Por su parte, las últimas se hallan reguladas por el capital Financiero no menos internacional. Se trata de una red ecuménica de dominio económico donde todos los empresarios del mundo burgués están atrapados como peces en agitados y agónicos movimientos.

Es que en estos tiempos ningún empresario está exento del control y supradominio capitalista universalmente reinante. Los variados medios de producción sintéticos, las materias primas acabadas de segundo y tercer o más órdenes, las patentes ad hoc, franquicias, las cuotas de mercado, comerciantes intermediarios al mayoreo y detalleo, todo eso representa férreas e inevitables ataduras mercantiles mediante las cuales todas las empresas nacionales se hallan inevitablemente vinculadas con el poder y la propiedad económica de los principales industriales del mundo. Los créditos financieros de la banca privada son tal vez la forma más sutil de dependencia impuesta al epresariato por el gran capital transnacional. Y conste que semejante sumisión al GC no es nada subjetivo de parte de ningún empresario.

Como eso es así, la clasificación convencional de las empresas entre grandes, medianas y pequeñas ya nos dice que las últimas representan embrionariamente a las segundas y estas a las primeras en una suerte de cadena cuyos eslabones van engrosándose mediante cambios cuantitativos, cualitativos y viceversa. Cadena al fin, todas las empresas terminan encerradas dentro del conjunto que ellas han configurado.

Es de inferirse que cada pequeño empresario buscará abrirse paso, de meta en meta rumbo a esa prosperidad "teóricamente" ofrecida por el sistema. Irá creciendo y expandiéndose mediante sanas o insanas prácticas comerciales con sus competidores de igual rango y en estricta dependencia con la productividad de sus asalariados.

Señálese enfáticamente que los capitalistas de menor giro compensan su reducida plantilla salarial con un mayor grado de explotación, con cargo a más plusvalor o menores salarios, pero relativamente todos tienden a lograr una rentabilidad aproximadamente pareja en relación al capital invertido(Cónfer mi trabajo: El Problema de la Transformación, www.aporrea.org).

A propósito: Los historiadores cuentan que lo peor que podía sucederle a un esclavo anciano era caer en manos de un esclavista pobre. Este sólo podía comprar esclavos desahuciados por sus amos, por ancianos y enfermos. Comidas de baja calidad y trabajos desconsiderados era lo que les esperaba al mando de estos aspirantes a ricos. Tal como los "pequeños" y medianos empresarios burgueses lo hacen con ilusorias miras a convertirse en los magnates del GC., aunque en su carrera sufran profundas decepciones.

Cuando la pequeña empresa resulta próspera, necesariamente se convertirá en una mediana empresa, y si la prosperidad acompaña a ésta entonces indeclinable y tendenciosamente terminará integrándose a la gran empresa, so pena de fracasar si no lo intenta.

Ese fenómeno se aplica simétricamente a todo el gerenciato. Los ejecutivos empresariales que no son capaces de ascender desde el sótano de las jefaturas departamentales, por ejemplo, para pasar así a las gerencias y direcciones hasta llegar a las cúspides presidenciales de las transnacionales involucradas, sencillamente van siendo expulsados de las plantillas correspondientes.

Asimismo, las pequeñas empresas que no cruzan esa trayectoria industrial simplemente salen del mercado. Es así cómo unos empresarios terminan ricos yotros arruinados. Ser empresario rico es sencillamente una consecuencia de ser patrono próspero. Otros empresarios terminan estancados o arruinados y morosos. Tienden a reconvertirse en potenciales asalariados.

Por su parte mientras las grandes empresas van saturando los mercados nacionales y transnacionales su rentabilidad en esos mercados tiende a bajar, de allí surgen las bancarrotas y las crisis muchas de las cuales han determinado guerras internacionales harto conocidas. Estas guerras, maltusianamente entendidas, representan la salvación del mismo sistema que las provocó. Y en estricta correspondencia con estos movimientos de ascenso, prosperidad y declives económicos, la pequeña empresa representa los nuevos brotes burgueses que antirrevolucionariamente alimentarán el sistema capitalista en un ciclo de amplitud acotada cual Sísifo en zigzagueante ascenso y despeñadero, desde el pequeño capital hasta el grande.