Asociación Civil Bolivariana "Defensores del bolívar"

lunes, diciembre 22, 2008

CURIOSIDADES ACTUALIZACIONES 4

Por Manuel C. Martínez M.
21 dic. 08

1. El proverbio oriental acerca de que "No hay peor ciego que el que no quiere ver" puede perfecta y científicamente explicarse de la siguiente manera: Nuestros sentidos empleados para comunicarnos con el medio que se halla fuera de nuestra periferia física se valen de aparatajes orgánicos naturales e intrínsecos a nuestro propio organismo. Los conocemos como: vista, oído, olfato, etc.

Ahora bien, ni nuestros sanos ojos ni el oído ni la nariz, ni la piel ni nuestra lengua ven ni oyen ni sienten calor ni huelen nada, respectivamente. Es nuestro cerebro y sus correspondientes "zonas" sensoriales el que ve, oye, degusta o huele, y lo hace a través de aquellos órganos sensoriales. Es como la prótesis de una persona a quien se le haya colocado una pierna cibernética o de madera. El cojo caminará, pero no así su "pata de palo ni de silicones".

Por eso podemos afirmar que sólo ve, oye, se acalora, distingue el dulzor del amargor o diferencia el ruido de la música, nuestro cerebro.

Por cierto que esa científica verdad envolvió confusamente a los intérpretes de la brillante mente de René Descartes, quien, según aquellos, pensó que si pensábamos existíamos (Cogito, ergo sum), pero muy probablemente lo que Descartes quiso decir o dijo fue: Si pienso es porque existo, y esto ya goza de todo el respeto de las reglas dialectico materialista muy enfrentadas al materialismo idealista que se le atribuye a este genio de tres siglos atrás.

2. Ninguna máquina ni herramienta alguna trabajan, sólo nos ayudan a ser mejores trabajadores. Por ejemplo, los miopes, présbites y afines terminan viendo mejor con la ayuda de específicas prótesis oculares, lo que no nos permite afirmar que ellas vean. Gracias a los telescopios vemos muchas particularidades espaciales invisibles a nuestros ojos por las distancias involucradas, pero nadie en su sano juicio podría afirmar que esos complejos lenticulares ven alguna cosa.
De semejante manera, el poderoso "martillo pilón" no horada ni quebranta el hormigón, ni siquiera lo hace la energía eléctrica que lo activa. Es su operario quien lo hace con su ayuda.

Desde luego los epígonos burgueses, esos sabihondos que defiende la importancia productiva del "capital constante", esos apologistas del sistema burgués, afirman y reafirman que las máquinas aportadas por el inversionista es un medio de producción al que consecuencialmente le corresponde una parte del valor agregado al lado delos asalariados que los usan. Una gigantesca mentira que ha pretendido convertirse en verdad y que sin embrago no impide que se siga endilgándole a Hitler la autoría de lamediática que convierte en verdades las mentiras pregonadas por escritores, políticos y repetidores de ayer, de antier y de ahora.

3. No sólo en Venezuela sino en el mundo civilizado, hasta ahora hemos creído siempre que el famoso y connotado sonido "TIC TAC" es propio del reloj de péndulo. Como si el reloj mismo fuera el productor de dicho tictac. Cumplimos con aclarar que cualquier objeto de forma pendular que se halle en movimiento sobre una superficie con un mínimo de vibratoriedad emitirá también un tictac como si fuera onomatopéyico de un reloj pendular.

4. Si el café fuera de color negro, entonces en vez de *marroncito* habría que pedir un “grisecito”. La academia de la lengua hispana trae *café puro* o sin leche, pero no NEGRO.

5. Solemos decir: Te espero en mi casa, ve por mi casa, cuando no pasamos de simples inquilinitos, casi siempre morosos, y nómades.

6. Hablamos de la *Prehistoria*, como si se tratara de una era cumplida y pionera de la humanidad, pero quien arroja basura por las calles mientras desenvuelve mercancías, o arroja conchas de bananas y mamones, es viejo espécimen prehistórico, sólo que ahora sus desperdicios son imbiodegradables.

7. Se habla de *democracia* como un sistema donde el pueblo tiene el poder, a pesar de que se trata de sociedades abiertas y descaradamente clasistas, donde los pobres y asalariados sólo tienen voto, pero no voz, y un voto perfectamente vulnerable, manipulable, tracaleable, como lo demuestran hasta ahora todas las cuestionables elecciones que se realizan con cargo al Erario Público.

8. Hablamos de libertad de expresión, pero los cogollos partidistas le imponen a sus seguidores que estos oculten todas las marramuncias practicadas por el mediano y alto liderazgo, bajo la desvergonzada figura de *lavar los trapos sucios en casa*.

9. En las elecciones *democráticas*, para elegir directivas de organismos gremiales, sindicales, de oficios o profesiones en general, se inscriben ternas o cuaternas, según el número de directivos a elegirse, y cada grupo político presenta su respectivo equipo directivo, pero la constitución de la Directiva termina conformada por aquellos aspirantes que aparecieron como candidatos a la presidencia de dicha Directiva, independientemente de que, pongamos por caso, como Secretario de Finanzas quede un ignaro que no sabe lo que es una cuenta corriente, y suele confundir Entidades de Ahorro y Prestamos con bancos privados.

10. Los niños asisten a la escuela a enterarse de la Historia de sus antepasados internacionales, pero desconoce de dónde son sus vecinos del piso superior del edificio donde vive.

11. A esos mismos niños se les enseña el concepto de infinito, a y sumar gigantescos sumandos con decenas de dígitos, pero el salario de sus padres, por ejemplo, no pasa de tres dígitos en términos de dólares.

12. La libertad de tránsito terrestre por calles, plazas públicas y demás accesos viarios, rige también y en perfecta igualdad "democrática" para “malandros” y "malandras", para trabajadores y pillos, para insociables de todo tipo, para prostitutas y dignas señoras, para sanos y enfermos, para cuerdos y menos cuerdos, para sobrios y vikingos.

Solemos lavarnos las manos después de usar el lavabo y de hacer micción o "pipi", pero no las lavamos antes de tocar o de usar nuestro órgano sexual exterior. Así corremos el riesgo de habernos contaminado justo antes y autopasarnos microbios venéreos, entre otros, sin haber tenido contacto sexual alguno. Tampoco lavamos la manivela del lavabo después de usarla.