Asociación Civil Bolivariana "Defensores del bolívar"

lunes, octubre 09, 2006

DISTRIBUCIÓN de la POBREZA(Primera parte)

Por Manuel C. Martínez M.
7-oct-06

Hasta donde sabemos, de los pobres sacrificadamente se ocupó Jesucristo, y los políticos que lo emularon vieron en la ayuda a los más necesitados lo que pasó a convertirse en la bandera más izada por la politiquería internacional moderno contemporánea.

Notoriamente, después de instalado y universalizado el sistema comercial vigente, es vox pópuli hablar de los pobres, pretender aliviarles su hambre, y hasta entusiasmarlos y engatusarlos con la promisión de su empoderamiento, con variopintas medidas, como: subsidios, regulación de precios, asistencia médica y educación gratuitas, aprobación y aplicación de leyes y reglamentos laborales tendentes a la mejora salarial, a la protección del niño pre y postnacido, etc.

Es tal el desenfreno y la halagadora rentabilidad política del socorro de pobres que se ha llegado hasta animarlos para que asuman paradójicamente funciones empresariales, propias de la gente rica, de los tradicionales empresarios que usualmente han vivido de los pobres, que engendran la pobreza social, cuestión esta que en consecuencia nos hace pensar que se trata de un problema irresoluble de partida, y que por el contrario al final nos sorprende con más pobres de los que había.

Pretender y divulgar la conseja de que los países pobres pueden sacar de la pobreza a sus respectivos pobres, es como esperar que la madre pobre logre procrear hijos ricos.

Cuando Europa se vio devastada luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial del pasado siglo, no buscó resolver el problema de sus pobres dentro de su propio territorio, no planeó redistribuir su riqueza, ni mucho menos. Por el contrario, buscó que sus pobres emigraran para que otros países ricos o menos pobres sacaran de la pobreza a sus connacionales venidos a menos.

Cuando el asunto de los pobres hace crisis en algunos países, y sus más pobres optan por la migración hacia países mejor potenciados se logra una doble ganancia social: 1.- El país de origen alivia su carga doméstica o intestina, y el país huésped consigue una mano de obra más barata, particularmente cuando esta es ilegal, habida cuenta de que los indocumentados no pueden reclamar los mismos derechos de los trabajadores debidamente inscritos en los registros de pobres que suele conocerse con el nombre de Registro Civil evidenciado en las cédulas de identidad.

Entonces, desde aquí proponemos que los países pobres dejen de seguir solicitando y recibiendo ayuda extranjera proveniente de países ricos mediante adquisición de maquinarias, equipos, patentes, ni mucho menos capital financiero crediticio por blandos que sean los empréstitos a convenir, como tampoco animarse a recibir ni compartir su propia pobreza con países tanto o más pobres que ellos mismos.

Proponemos, más bien, que los países pobres soliciten a los países ricos que les reciban sus buenas dosis de inmigrantes pobres, que compartan sus excedentes alimentarios, sus máquinas y equipos y capitales ociosos con esos pobres inmigrantes.

Esa sería una manera sui géneris de Distribuir la Pobreza entre los países ricos, y dejar de seguir pretendiendo salir de la pobreza dentro de la pobreza misma. Si a los países ricos les preocupa los pobres, tanto como dicen, deberían abrirles sus fronteras, legalizarles su situación civil, incorporarlos a sus planes ordinarios de desarrollo económico, inculcarles optimismo empresarial, multiplicar su número de ricos, etc, pero debemos dejar de seguir creyendo que los países pobres pueden dejar de fabricar pobres sin salir de estos, sino mediante las correspondientes migraciones o fugas masivas de sus pobladores más necesitados.