Asociación Civil Bolivariana "Defensores del bolívar"

lunes, noviembre 10, 2008

La Liberación Política merma la Tasa Media de Ganancia Capitalista(Revoluciones diplomáticas)

Por Manuel C. Martínez M.
08 nov. 08

Ortodoxamente hablando, Marx condicionó la caída espontánea del capitalismo al desinterés general de sus agentes para seguir explotando trabajadores asalariados.

Realmente, la productividad mercantil podría elevarse ad infinitum gracias al desarrollo de la Fuerza de Trabajo Humano y Salarial (THS), pero el valor del PTB producido por asalariados jamás compensará cuantitativamente los apetitos de ganancia correspondientes al cúmulo creciente de capital material y dinerario que el propio sistema va inevitablemente atesorando y es ilícitamente apropiado por un número de manos burguesas cada vez más reducido.

Sin embargo, esa “profecía” marxiana lleva más de 150 años en espera de su cumplimiento. Debemos y nos proponemos dar alguna hipotética justificación a semejante tardanza.

Bien mirada la explotación burguesa de los últimos 500 años, observaríamos que además de la explotación comercial lograda a través de compraventas de mercancías no capitalistas, los dueños del dinero industrial consiguen jugosas ganancias en la contrata de mano de obra asalariada para la producción de sus propias mercaderías.

Por otra parte y complementariamente, al lado de esas expeditas y convencionales formas de lograr ganancias hasta para un simple y analfabeto bodeguero, al lado de ellas, decimos, ha estado el saqueo de riquezas varias por la fuerza o por la diplomacia gubernamental de los pueblos débiles por los países más poderosos, más promocionados, más admirados e industrializados del mundo occidental europeo.

Pues bien, resulta que todas esas anteriores formas de enriquecimiento las practican los inversionistas burgueses en la producción asalariada, en el comercio y la banca con paraasalariados, y, como si fuera poco, han visto mejorada su tasa de ganancia mediante la consecución de materias primas de bajo coste, el cautiverio de mercados, las facilidades de transporte y el negocio de la bibliografía de transculturización.

Todas esas ganancias confluyen con sus respectivas ponderaciones al logro de una “Tasa de Ganancia Media” que hasta hace pocos años había crecido sostenidamente, salvo bajones experimentados en coyunturales crisis inherentemente derivadas del zigzagueante movimiento del sistema burgocapitralsita.

Y hoy de consuno algunos países empiezan a sospechar de las buenas intenciones del Imperialismo Industrial, a cuantificar la merma de sus materias primas para sus propios desarrollos y empiezan a entender que el desarrollo de las fuerzas productivas nacionales sigue en desventaja con el alcanzado en los países saqueadores.

El llamado ejercicio de la soberanía nacional, la fijación de nuevas reglas de juego y la regulación parcial de las riquezas nacionales tendrá necesariamente un efecto deprimente en la tasa de ganancia internacional. Digamos que la profecía de Marx podría estar en sus prolegómenos de ocurrencia, no precisamente por cese de la relación laboral ni por rebeliones huelgarias, sino porque con la reducción del saqueo diplomático comercial merma las ganancias por este concepto ya dejarán solas las ganancias de producción y de las actividades mercantiles y financieras con lo cual numéricamente la tasa de ganancia media tenderá incontrovertiblemente a su baja.