Asociación Civil Bolivariana "Defensores del bolívar"

domingo, junio 28, 2009

Los Límites de la Propiedad Privada

(Prescripción de los Copyright)

Manuel C. Martínez M.

26 jun. 09

Abolir, confiscar y atacar la Propiedad Privada representan el mayor problema político confrontado por las clases sociales en su lucha por la defensa o combate de los ventajismos que genera dicha propiedad, particularmente cuando esta involucra los principales medios de producción de bienes y servicios básicos y vitales, principalmente la tierra y los instrumentos de trabajo.

Efectivamente, durante los últimos 160 años atacar la PP ha sido la principal bandera política usada por la tribuna de los movimientos revolucionarios antiburgueses. Inclusive, sangre, desapariciones, intranquilidad y guerras mundiales han sido el resultado del ataque y defensa de semejante propiedad por parte de los principales patronos del mundo entre sí. Paradójicamente, esa sangre la han puesto los trabajadores y no los patronos.

Bien miradas las cosas, el derecho de propiedad sobre las resultas de nuestra industriosidad personal no debería admitir discusión alguna, pero esto no esa sí. Se ha venido admitiendo un sacro derecho de propiedad a favor de los empresarios y un ataque criminal contra todos los trabajadores que hayan osado cuestionar el origen de la cuantiosa riqueza burguesa que ha venido acumulándose durante siglos.

Pensamos que con el mismo énfasis y la misma fuerza que el empresariado capitalista defiende su capital, los asalariados correspondientes tienen derecho a defender el valor de su trabajo. Sin embargo, demostrar que los trabajadores no reciben el valor de su trabajo sino una menguada parte sigue siendo el mayor problema sociológico pendiente de solución durante esos mismos 160 años.

Inexplicablemente, nadie en su sano juicio ni profesionalmente puede negar que la coexistencia de ricos en una acera, y pobres en la otra no puede tener otra explicación que la explotación del trabajo ajeno en los centros fabriles del capitalismo

Veamos: El trabajo colectivo que se lleva a cabo en los centros fabriles no sólo supone que el patrono se lleve la mejor parte del PTB, sino que en la paga de los salarios unos trabajadores terminan recibiendo parte del trabajo de otros compañeros. Está claro que la labor de un solo trabajador siempre resultará improductiva en aquellos centros donde prive la división del trabajo, y es un hecho que la productividad laboral es esencialmente personal y desigual. De allí que unos aporten más PTB que otros, y como las remuneraciones son promediales, la paga resulta uniformada como si todos aportaran lo mismo, y a mayor productividad mayor grado de explotación.

Obsérvese cómo a un empresario puede crecerle indefinidamente su capital de partida a tal punto de que mientras más se acrecienta ese capital más se fortalece frente a los reclamos que el trabajador vive constantemente formulándole. A mayor capital, mayor explotación, y con esta, más indefensión para el trabajador.

Bueno, pero vamos a ocuparnos de uno de los derechos de propiedad privada más cuestionables y cuya solución no tendría porque enemistar patronos contra trabajadores. Este el caso de la Propiedad Privada Industrial.

Hasta ahora la acumulación de capital no tiene límite superior, y mientras más crezca un capital mayor aceptación termina teniendo por parte de los mismos trabajadores, y por el Estado que lo protege. Sin embargo, la propiedad industrial de casos como el de General Motors Company o el de Ford Motor Company sobrepasan cualquier consideración razonable Estas compañías llevan siglos ostentando derechos de PPI, y si no se le pone límite a dicha propiedad entonces la marca Ford seguirá eternamente siendo propiedad privada.