Asociación Civil Bolivariana "Defensores del bolívar"

miércoles, noviembre 19, 2008

Los Intereses Económicos son Irracionales

Por Manuel C. Martínez M.
19 nov. 08

Los utopistas, los humanistas, los sentimentalistas, los humanitaristas, los"visceralistas", los psicologistas, los farraguistas y los populistas son y han sido personas incapaces de prever el futuro de las sociedades. Todos"pecan" de ser extremadamente racionalistas. Y lo seguirán siendo mientras no se sumen a la ciencia de la Historia Materialista, la dialécticamente legible y entendible. Sólo a través de esta podemos conjeturar el devenir de nuestras sociedades. Por ejemplo: más tarde o más temprano todos seremos igual e irracionalmente COMUNISTAS.

De allí que aquellos cuando participan en la búsqueda de soluciones a la problemática demográfica colectiva de este y de los tiempos pasados echen mano a todo su arsenal disponible de fórmulas que no pasan de ser simples ensayos psicológicos consolatorios. Estos apenas logran reformar el presente, y/o fracasar cuando tales reformas tropiezan con el desarrollo social temporalmente ubicado más adelante. Incapacitados como se hallan para vislumbrar nada acerca del futuro social, mal pueden hallar soluciones eficaces ni siquiera aproximadamente.

Tales soluciones empíricas, aunque muy bien fundamentadas en una cháchara literaria de comprobada inutilidad pragmática, apenas resultan muy buenas para aplacar temporalmente la conflictividad social, pero carecen de basamentos científicos capaces de alcanzar soluciones eficaces y de mayor duración como para garantizar la esperada paz social que tanto y tan infructuosamente han buscado los hombres de buena voluntad.

Resumiremos diciendo que la "razón" de los racionalistas es incompatible, por ejemplo, con los irracionales intereses económicos del agente creador y provocador de toda esa conflictividad social. Precisamente, los capitalistasy aburguesados del mundo se mueven en atención a criterios que involuntariamente los motiva que les viene dados por su misma y ventajista posición social, sin ningún atisbo de "racionalidad", y que paradójicamente para nada responden a visceralidades ni asesorías psicológicas ni económicas ni políticas.

Efectivamente, tomar una decisión para lograr un beneficio "per contra" es un acto reflejo propio de todos los seres humanos y hasta de los animales mismos de los cuales el ser humano es, antropológica y biogenéticamente hablando, un derivado vanguardista. Así, cuando un inversionista capitalista expone su dinero, aunque este haya sido mal habido, lo colocará donde mejor funcione, o sea en unos mercados que le garanticen interés y protección incondicional a su propiedad privada, independientemente de a quiénes este inversor deje en la ruina, se los lleve por delante o cause males sociales y colectivos que no figuran en sus balances patrimoniales de su personalísima, privada y exclusiva pertenencia.

Corolario: Mientras no reconozcamos ni percibamos la irracionalidad de las actuaciones económicas no podremos atacar sus raíces ni ofrecer con admisibilidad mayoritaria un nuevo modelo social que pueda funcionar en ese futuro ya vislumbrado por el materialismo histórico de ultrasesquicentanaria escritura.