Asociación Civil Bolivariana "Defensores del bolívar"

sábado, enero 31, 2009

Escasez de Opciones Democráticas en Venezuela (El SÍ no garantiza la reelección)

Por Manuel C Martínez M.
31 ene. 09

Como es sabido, Venezuela se hastió del dúo Ad-Copei, partidos políticos que llevaron a nuestro país a profundas crisis morales, a desajustes presupuestarios e iniciaron el deterioro de la calidad educativa nacional en todos los centros públicos de formación académica.

El mejor ejemplo de inmoralidad administrativa educativa lo representan unas Universidades comandadas por delincuentes de toga y birrete, según quedó demostrado por la campaña de depuración administrativa emprendida por el ex Ministro Samuel Moncada. Recordemos que gracias a él se pudo conocer el saqueo anual que durante 40 años practicaron esas autoridades y sus cómplices docentes, unas más adecas y otras más copeyanas, mediante presupuestos amañados plagados de mentiras. Han pasado más de dos años luego de esas denuncias y el país sigue esperando castigo para semejantes delincuentes. En esa “pomada” de corrupción académica coparticipó una izquierda mendaz y oportunista. Esta impunidad ha derivado en la formación de antros de delincuentes estudiantiles hospedados en esas casas de estudio, y cuyos delitos aparecen enmascarados como acciones políticas.

Pues bien, como alternativa política y democrática el país optó por la designación como Presidente al actual mandatario nacional, quien luego de 10 años continuos en el poder lucha desesperadamente por opciones adicionales para su partido político y consecuencialmente para su propia persona como aspirante a más de dos elecciones presidenciales. Su elección fue producto de la unión de varios partidos de izquierda que a la sazón tenían personalidad propia.

De seguidas pasamos a describir el porqué de esa desesperación política, porqué el “chavismo” necesita la enmienda del Art 230 y cómo es la organización democrática nacional bajo las disposiciones de la actual Constitución y de la presente estructura política:

Durante el mandato de adecos y copeyanos la fórmula de la “alternabilidad” política, al igual que en otros países, garantizó el ejercicio democrático del poder, el paso de un gobernante, de un partido, a otro gobernante de otro partido. Ese poder se repartió periódicamente entre los grupos políticos principales a condición de que la estructura socioeconómica se mantuviera incólume y sin asomos revolucionarios de índole política.

El caso es que el poder se le agotaría al Presidente Chávez dentro de unos tres (3) años, según lo dispuesto en el referido Art. 230 de la Constitución actual. Ahora bien, como quiera que la alternabilidad democrática no hace referencia a gobernantes sino a los partidos políticos que escogen, postulan y por voto popular llevan al poder a uno de sus afiliados, esas organizaciones políticas son las beneficiarias de dicha alternabilidad.

Durante el presente gobierno y al amparo de la voluntad popular, el Presidente Chávez logró imponer un partido único (PSUV) que aglutinó el mayor porcentaje de los mismos votos que lo llevó al poder 10 años atrás y que también lo reeligió por segunda vez en el poder que actualmente desempeña. Repetimos: Esos votos se hallaban repartidos en varios partidos de izquierda.

Hoy, al lado del PSUV sólo hay pequeños grupos políticos de bajo peso electoral, y un sector de la Oposición representativo de los viejos modos de gobierno de la IV República. Este sector carece de organización política, habida cuenta de que se trata de impopulares vestigios de los mismos partidos políticos defenestrados hace 10 años. Ellos popularmente no reúnen créditos morales ni políticos para volver al gobierno luego de su derrota de hace 10 años y de las que sucesivamente han venido sufriendo en numerosos procesos electorales todos ganados por la gente del PSUV.

Así las cosas, el pueblo electoral venezolano carece de opciones democráticas de poder ya que, como sabemos, fuera del PSUV no tiene otro partido ni cómo ni dónde elegir un relevo para el Presidente Chávez, ya que de hacerlo estaría ratificando todo el tren burocrático del Chavismo actual, del mismo partido que por la misma razón de ser un partido único deja sin alternativa política al sector electoral que esté disconforme con la actual gestión de gobierno, independientemente de que esté muy satisfecho con la gestión del Presidente Chávez.

Es que una cosa sería reelegir al presidente Chávez, y otra, ratificar en el poder a quienes por vía de ministerios, de alcaldías, gobernaciones y diputaciones no gozan de créditos suficientes para ser reelectos burocráticamente. Por eso inferimos que ni siquiera el SÍ otorgado a la Enmienda en juego garantizaría la reelección del Presidente Chávez ya que el electorado no tiene opción para elegir fuera de este partido único.