Asociación Civil Bolivariana "Defensores del bolívar"

domingo, noviembre 29, 2009

Simetría de la Represión Política

Simetría de la Represión Política

Manuel C. Martínez M.

29 nov. 09

Esto es un hecho: Las sociedades donde y cuando ha mandado un régimen totalitario y represivo contra sus adversarios políticos han sido sociedades cuyos habitantes viven en paz aunque el valenciano escritor Pocaterra haya dicho que “prefería una “libertad  peligrosa a una esclavitud tranquila”.

La seguridad ciudadana parece quedar automáticamente garantizada en y sólo en la medida que los gobiernos apliquen medidas severas contra sus enemigos y contrarios políticos. Dan demostraciones de su severidad contra quienes no se ajusten a sus intereses y uno de estos es precisamente el orden público.

Los ejemplos venezolanos hablan por sí solos: El presente gobierno acusa los más altos índices de inseguridad ciudadana, ante lo cual poco le falta para confesar que ha quebrado en esa materia, a pesar de toda la onerosa publicidad maquillada que exhibe a diario en todos los medios a su  alcance.

De más atrás observamos cómo durante el largo y cruento régimen del Dictador Juan Vicente Gómez no llegó a faltar el pan en la mesa diaria de las familias trabajadoras, y los ciudadanos podían dormir en las calles con faltriqueras cargadas de morocotas y nunca policía ni transeúnte alguno osó arrebatarle su bolsa.

Lo mismo podemos afirmar del régimen de Marcos Pérez Jiménez, y también más recientemente sobre los oprobiosos regímenes de adecos y copeyanos. Cuando Rómulo Betancourt y Raúl Leoni hubo muchos desaparecidos, ajusticiados y torturados, pero en paralelo y simétricamente el resto de la sociedad no politizada ni fanatizada por partido político alguno sino la gente honesta y trabajadora vivió en paz.

Pero, desde que en nuestro país se instauró el régimen de Carlos Andrés Pérez, quien había comandado los frentes de torturadores en condición de Ministro Policía y servil de Betancourt y de Leoni, empe a bajar el índice de desparecidos y con ello aparejadamente la justica cedió ante la delincuencia común.

Fue así cómo y cuándo arrancó en Venezuela la presente era donde desde hace más de tres   décadas las familias no pueden dormir ni transitar por calles, carreteras ni plazas públicas, salvo que lo hagan con el corazón en la mano. Secuestros de todo tipo, atracos, asesinatos cotidianos, corrupción policial y pare de contar. Todo un paquete de inaseguradores de la vida e intranquilizantes, particularmente durante el la presente Administración Pública.  

Se trata de un gobierno  ultrablandengue con sus supuestos enemigos políticos. Efectivamente, ha amnistiado a quienes le dieron un Golpe de Estado,  ha perdonado a quienes vinieron a matar al Presidente, llevó a comer helados a unos menores adiestrados en pcticas de sicariato. Sigue perdonando la vida de saboteadores petroleros y a banqueros inescrupulosos, pero particularmente no logra enfrentar eficazmente la corrupción burocrática ni la delincuencia común puesto que simétricamente tampoco resulta severo ni con sus propios enemigos.

Es lo que podríamos llamar la simetría de  la seguridad ciudadana. Represión  y mano dura contra el contrario político necesariamente se apareja con una paz para las familias restantes. De de otra manera la misma blandenguería política se traduce simétricamente en blandenguería a favor del hampa común.