Asociación Civil Bolivariana "Defensores del bolívar"

viernes, julio 25, 2008

Los Salarios Mínimos Anuales y la Inflación Acarreada

Por Manuel C. Martínez M.
24 jul. 08


Es muy sintomático que detrás de las depresiones económicas temporales o duraderas, detrás de las devaluaciones monetarias y luego de las mejoras salariales de cualquier tipo, aparezca el fenómeno de la Inflación.


Yendo a la fresca historia de Venezuela, antes del "viernes" aquel, cuando definitivamente nuestro dinerario perdió todo valor intrínseco y hoy por hoy hasta se complementa con los obsoletos vales de uso oficial (cesta tickets), antes de ese viernes copeyano y socialcristiano, decimos, la figura de la Inflación no se conocía en Venezuela. Oíamos de su ocurrencia y sufrimiento popular en otras tierras, por ejemplo, en aquella infatuada Argentina, hoy pedigüeño de la Venezuela, siempre Venezuela, generoso y pendejo.


Es que como en otros países imperializados por las potencias capitalistas, en Venezuela la Inflación llegó para quedarse. Esto no admite ya contravención alguna para una Administración Pública muy metida de lleno en la política económica nacional e internacional, pero manifiestamente incapaz de frenar ni mucho menos de quebrar este flagelo de tan importante antipopularidad. Por el contrario, su Poder Ejecutivo la alimenta sin cesar.


Si usted se toma un tiempito y le hace seguimiento al tema inflacionario podrá leer mil y una insensateces o definiciones, piratas las más de las veces. No podía ser de otra forma habida cuenta de que los "tiradores de flechas" en la materia económica son los escritores y analistas más abundantes de la mediática en general. Súmese a ellos el ejercicio de Economistas proburgueses, todos ellos incapaces de sincerar el problema inflacionario. Sus análisis y opiniones giran alrededor de razones especulativas y de la escasez de algunas mercancías, como si la escasez inducida no fuera un mecanismo usual del empresariado a fin de reducir inversiones y seguir obteniendo las mismas ganancias con una misma oferta constante y con una empobrecida calidad. Estos economistas proburgueses no pueden hacerlo porque manejan un esquema de costes muy diferente al concebido por la "teoría marxista", las cuales pasamos a detallar dentro de lo posible por este medio:


Efectivamente, tomemos el presente ejemplo numérico:


I) Sea 80 + 20 + 20 = 120 = Costo y valor de un PTB cualquiera en una sociedad capitalista no menos cualquiera. Esos sumandos, respectivamente, y de izquierda a derecha, representan el capital constante, el c. variable(salario mínimo), y el plusvalor. Este último es un precapital que al pasar al mercado de las mercancías se trueca en ganancias para el capitalista. De estas ganancias el productor toma una parte para su consumo personal y familiar, y el resto suele capitalizarlo. Este resto se conoce como "ahorros". Tal es, groso modo, el esquema marxista de costes. La tasa de ganancia es 20% del capital en juego: (20/ 80 + 20).


II) Para el esquema burgués, ese mismo PTB se descompone de la siguiente manera:


(80 +20) +20 = 100 + 20, para 100 = capital constante invertido, y 20 =ganancia de mercado. La tasa de ganancia es también 20% del c. en juego: (20/ 100).


Ahora pensemos en una mejora salarial decretada por el Ejecutivo venezolano el último Primero de Mayo, montante a 30% del salario mínimo anterior. Entonces, el esquema I) contable y estadísticamente queda así:


80 + 26 + 14 = 120, Obsérvese que esa mejora salarial (30%/20) va con cargo al precapital o plusvalor, razón por la cual el valor del PTB permanecería constante, y la Inflación no debería aflorar.


Pero bajo el esquema II) o esquema burgués, ocurre lo siguiente:


(80 + 26) + 21,2 = 127,2, e = 120 + 7,2. Este último sumando (7,2)representa la Inflación absoluta, o sea 6%. Tal es la indeclinable e inevitable Inflación acarreada por esa "mejora" del salario mínimo. Sobra añadir que una demostración semejante regiría para los efectos inflacionarios de las devaluaciones monetarias y de las depresiones económicas evaluadas, contabilizadas y apreciadas por la visión del Economista no científico o burgués.