Asociación Civil Bolivariana "Defensores del bolívar"

lunes, septiembre 08, 2008

¿Por qué le tememos al Socialismo?

Por Manuel C. Martínez M.
07 sep. 08


En las sociedades burguesas para satisfacer las necesidades básicas y suntuarias debe irse al mercado. En este los compradores deben estar solventes. Para ser solvente debe disponerse de ingresos, y en la sociedad burguesa estos son obtenibles ora mediante la explotación de asalariados, mediante la renta de la tierra, mediante limosnas, mediante robos, mediante impune corrupción burocrática, ora mediante el trabajo asalariado o artesanal privado. También se puede ser solvente mediante figuras sucesorales.


En las sociedades capitalistas hay varios tipos de explotadores: 1.- Quienes viven del trabajo de sus asalariados, 2.- quienes viven del Estado con fachadas y personalidad de empresarios, 3.- quienes viven del Estado como becarios contraproducentes, estudiantes crónicos, y otros ciudadanos inmorales que optan por la miseria en lugar de ser útiles de alguna manera.


En una sociedad capitalista, como la venezolana, en la cual el Estado cubre la mayor parte de las necesidades de la mayoría de sus habitantes, resulta muy temible cualquier atisbo de medidas socialistas. Es difícil negar que el grueso de la población activa y no activa de Venezuela vive parasitariamente del Estado, desde empresarios hasta estudiantes, pasando por gente desempleada y por una ingente plantilla burocrática que inútilmente pesa cual fardo lastroso en el Presupuesto Nacional. Estos funcionarios públicos, amparados en un sindicalismo político, ignaro y corrupto, inexplicablemente gozan de inamovilidad, de prestaciones sociales, etc., aunque su aporte al PTB deja mucho que desear, pero mucho ofrecen en materia del retardo cumplido en la prestación de los servicios públicos.


En una sociedad socialista se iría paulatinamente reduciendo la propiedad privada de los medios de producción más importantes y de mayor adelanto técnico. Esta consigna ha sido la más divulgada en la sociedad capitalista. Con ella se alude directamente al sector empresarial de alto giro, a la oligarquía burguesa. Y esto pareciera ser el coco con que se amedrenta al inversor privado y a los ciudadanos ya adaptados al consumismo burgués, muy conformes con su estado económico. Pero bien miradas las cosas la expropiación o socialización de los medios de producción va aparejada necesariamente con la eliminación del parasitismo ciudadano.


Para cuando se instale un Socialismo verdadero ya no habría desempleo ni subempleo porque sencillamente en esa sociedad para ir al mercado socialista habrá que trabajar y aportar algo al PTB. Se comerá según aportemos como valor agregado. Será principio socialista “recibir de la sociedad según se trabaje”.


La figura de funcionarios públicos ociosos en plantillas inscritas en organismos públicos que no las necesitan desaparecería. Igualmente desaparecería el becado crónico, el contratista que subcontrata, el empresario moroso y mala paga. Desaparecerían muchos comerciantes al menudeo, como vendedores de cerveza, de comidas baratonas, de revistas y afines, vendedores de terminales, muchos publicistas de porno y de mendacidades periodísticas.


Obsérvese que en las sociedades capitalistas sólo una exigua minoría tiene un elevado poder económico que le permite controlar los principales medios de producción. La ingente mayoría son asalariados pobres y miserables. ¿Acaso la gente autollamada clase media no vive en casa propia porque la adquirieron al crédito con onerosos y anatocistas intereses? Sólo que su infatuidad le impide ver y reconocer su propia pobreza.


En fin, que al Socialismo se le teme básicamente porque el trabajo sería obligatorio para la gente floja y viviana que suele vivir sin trabajar en estas sociedades no acuciadas por la necesidad de incrementar su industria porque, como en el caso venezolano, se vive de la Renta Petrolera, es decir de los 4 gatos. que operan en esta dadivosa industria.


Por el contrario, aquellas sociedades capitalistas donde los Ingresos Fiscales manufacturados son casi el único integrante del Presupuesto Nacional serían muy proclives a la instauración del Socialismo. Cierto que eso ocurrió con la URSS. Pero en la Europa Occidental por ser esta la sede de los grandes explotadores imperialistas se da la curiosa circunstancia de que sus asalariados coexplotan a los asalariados del resto del mundo.


En esa Europa ultracapitalizada es hoy por hoy mentira que sus asalariados dejan plusvalor. Por el contrario, sus patronos suplen su baja productividad con las extracciones de valor que les permite el saqueo practicado a países asiáticos, africanos y americanos, práctica que ya lleva más de 500 años. Por eso los países de Europa Occidental le temen al Socialismo, y los países como Venezuela le temen porque acabaría con tanto parásito que hoy por hoy vive del Estado.