Asociación Civil Bolivariana "Defensores del bolívar"

miércoles, enero 24, 2007

El valor de las divisas mide la fortaleza económica

Por Manuel C. Martínez M.
23-10-2007

De cajón, cuando un país resuelve devaluar su moneda lo hace porque busca enderezar su economía ora porque requiere mejorar su propia producción y empleo nacionales, ora porque necesita equilibrar su balanza comercial.

Pero no es menos cierto que esos países no son autónomos frente a las grandes potencias comerciales con las que modernamente todos aquellos mantienen fuertes, blindados y leoninos convenios comerciales. Consecuencialmente, hay la posibilidad de que dichos países se presten al juego económico de tales potencias en perjuicio de sus propios habitantes. Esta conducta de traición nacional puebla las páginas de la Historia de la Economía Universal.

La devaluación del bolívar, o revaluación del dólar, que viene sistemáticamente caracterizando la política económica y monetaria del Presidente Chávez es digna de analizarse ya que, aunque estamos ante un gobierno sordo y ciego, con una asesoría financiera de cuestionable capacidad profesional y dubitable moral, la dependencia de economías extranjeras nos impone una mayor claridad técnica y científica para esta materia de transcendente importancia económica, particularmente para su divulgación entre las grandes masas de trabajadores y gente humilde.

Es un hecho que la ignorancia sobre Economía no sólo corre a cargo de los legos, con sus empíricas explicaciones tomadas del primer bodeguero que visite, sino de la mayoría de los *profesionales* de la Economía. Ya hemos alertado sobre las desviaciones interesadas de los pensa de estudio y de la programación imperante en los más connotados centros académicos y de educación superior, con una literatura económica marcadamente favorable a la conseja conservadurista del régimen burgués, con unos egresados seguidores a ciegas de dichas enseñanzas por cuya práctica, divulgación y defensa reciben altas remuneraciones y un trato preferencial aplicado en gabinetes gubernamentales y en las instituciones públicas de estratégico y necesario control político.

Como sabemos, las decisiones financieras tomadas por el gobierno actual ya no se discuten, no son consultadas a ninguna academia, y si lo hicieran sería ante las que en su connivencia convalidarían todo el desaguisado que posiblemente elevarán ante su consideración. Tal fue el caso de los Proyectos de Presupuestos Nacionales de Ingresos y Gastos que elevó el Ejecutivo ante la genuflexa e incapacitada Asamblea Nacional durante los años 2005; 2006 y 2007, en los cuales descarada y violatoriamente SUBESTIMÓ los Ingresos petroleros para así disponer a su arbitrio y sin cortapisa alguna de todo el excedente de divisas que ha tenido en su caja personal el Presidente Chávez, de donde han salido las dádivas a países, a vividores del Erario Público y para mil actividades antinacionales de manifiestas irrentabilidad e irrecuperabilidad.

El tema, el de las devaluaciones resulta largo para estos foros, pero adelantaremos las primeras observaciones sobre el valor de la divisa norteamericana, sus efectos de corto y mediano plazos, y sobre todo, las mentiras académicas y especulaciones populares que giran a su alrededor:

1.- Pérdidas y ganancias cambiarias.

Todos los economistas oficialistas aseguran que el Banco Central de Venezuela obtiene ganancias ocasionales o extraordinarias cada vez que se devalúa el bolívar frente al dólar. Efectivamente, luego de timoratas negativas, la directiva de este banco optó por compartir con el Fisco Nacional esas supuestas ganancias cambiarias obtenidas durante los años 2004 y 2005.

Ocurrió que de hecho y contablemente dicho banco se limitó a reducir y anticipar sus ganancias ordinarias que de todas maneras liquidaría al término de su año fiscal. Tómese en cuenta que el BCV tendría que hacer fondos suficientes con los excedentes cambiarios monetarios para la compra de dólares luego de cada devaluación, digamos que lo que recibía de una fuente lo derramaba en otra. Es como hacer un hueco en el suelo para con su tierra tapar otro. Porque mal puede hablarse de ganancias comerciales en materia de divisas. El BCV simplemente vende dólares y compra dólares a su paridad, simplemente compravende bolívares a su paridad. Muy distinto sería si el BCV, por ejemplo, se dedicara a vender dólares el mercado negro.

Total, las tales ganancias son espejismos y artilugios contabilísticos de dudosa utilidad fiscal, aunque muy beneficiosa para gobiernos inescrupulosos o de crasa ignorancia en la materia. Por lo general, los profesionales de alta estima no se prestan para tales engañifas.

Consecuencialmente, los mismos autores de las supuestas ganancias cambiarias por concepto de devaluaciones del bolívar, son ahora defensores de la hipótesis, según la cual, el BCV correspondientemente tendría pérdidas cambiarias, que el Ejecutivo dispondría de menores recursos en bolívares y mil mentiras de igual tenor.

El BCV tampoco sufriría pérdidas cambiarias en caso de revalorización del bolívar, o devaluación del dólar. Simplemente estaría compra-vendiendo al nuevo valor de la divisa, y compra-vendiendo al nuevo precio del bolívar.

Ahora bien, ciertamente el Ejecutivo tendría que redimensionar cuantitativamente su estructura de gastos en correspondencia con los nuevos ingresos en bolívares que tendría del BCV como resultado de una revalorización o fortalecimiento del bolívar. Esta reducción de ingresos, en bolívares, sólo tendrá efectos sobre proyectos de nuevas Inversiones que perfectamente podrían alargarse en su ejecución, y, sin embargo, el costo de esas nuevas inversiones y las erogaciones pendientes de ejercicios anteriores tendrán necesariamente que ajustarse a la nueva paridad, habida cuenta de que cada bolívar revalorizado valdrá más de lo que valía antes, sobre todo tratándose de gastos industriales donde el factor importación obliga al recálculo en dólares.

Pero, fundamentalmente, no podemos perder de vista que el Estado venezolano, que su Presidente Chávez, según dijimos arriba, viene disponiendo de ingentes cantidades de INGRESOS PETROLEROS EXTRAORDINARIOS, los que ha subestimado cuando ha presentado sus anteproyectos presupuestarios. En estos excedentes estaría la fuente compensatoria de las posibles reducciones monetarias que traería la revalorización del bolívar, unos Ingresos Petroleros no contabilizados por la Asamblea Nacional ni por la Contraloría General de la República, pero que están allí con cada barril de petróleo que actualmente exportamos y que Pdvsa vende a precios muy superiores a los declarados en dichos presupuestos.

De resultas, el Ejecutivo Nacional confronta el dilema de seguir mintiendo o reconocer que falló al subestimar los Ingresos Petroleros, que falló al creer que el BCV obtiene ganancias con las devaluaciones del bolívar y, por supuesto, y en pensar y creer que verá reducidos sus ingresos fiscales con el fortalecimiento económico que traerá consigo la revalorización del bolívar.