Sin Revaluación no hay Revolución. Por Eudes Vera
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El Presidente del Instituto Nacional de Estadística, Elías Eljuri, recientemente anunció que el costo de la canasta alimentaria aumentó a Bs. 461.592. Por otra parte, la inflación acumulada de este año ya sobrepasa el 15%, lo que convierte a Venezuela en el país de Latinoamérica con la mayor tasa de inflación, después de Haití. Mientras tanto el dólar en el mercado paralelo ya excedió los 3500 bolívares y los comerciantes y empresarios fijan los precios de sus mercaderías en función de este último, lo cual presagia que se nos viene en el 2007 una escalada inflacionaria aún mayor, aunada a fuertes presiones por parte de los grandes tenedores de dólares para que se efectúe una nueva devaluación del bolívar. Para compensar la inflación seguramente el Presidente decretará un nuevo aumento salarial, el cual se haría efectivo en alguna fecha futura, para la cual ya la escalada de precios desatada por el solo anuncio del aumento se lo habrá devorado. Y así continuaremos en el mismo círculo vicioso año tras año con devaluaciones, endeudamiento y fuga de capitales, inflación, desactivación del aparato industrial y aumento del desempleo y de la buhonería. ¿Cómo romper ese círculo vicioso (Figura 1)? El único camino para hacerlo es a través del círculo virtuoso (Figura 2) que hemos propuesto para Venezuela y cuyo soporte fundamental es la revaluación del bolívar.
Ahora bien, ¿Cómo medir el éxito de una revolución? Indudablemente que existen muchas formas de hacerlo. Y tal vez una de las medidas más prácticas es el logro de los siguientes objetivos en el menor lapso de tiempo posible: Hambre Cero y una mejor distribución de la riqueza nacional.
¿Cómo lograr el objetivo Hambre Cero? Ante todo definamos qué se entiende por Hambre Cero. Proponemos como definición la situación en la que el salario mínimo iguala el valor de la canasta básica. De acuerdo al INE, la canasta básica es igual a dos veces el costo de Canasta Alimentaria. Se asume que la canasta básica incorpora, además del costo de los nutrientes, el costo de productos y servicios que cubren un conjunto de necesidades básicas no alimentarias. La canasta básica entonces asciende actualmente a la cifra de Bs. 923.184. Es obvio que en la actualidad no existe hambre cero en el país porque el salario mínimo actual (Bs. 512.325) está muy por debajo de la canasta básica. El Presidente Chávez ha prometido hambre cero para el año 2021. Nosotros consideramos que ése es un plazo inaceptablemente largo para un proceso auténticamente revolucionario y para un gobierno que aplique un criterio de urgencia al combate de la pobreza. Nosotros sostenemos que es factible lograr hambre cero en menos de un período presidencial si se aplica el círculo virtuoso (Fig. 2), utilizando como punta de lanza la revaluación del bolívar.
¿Por qué se debe revaluar y eliminar el Impuesto al Valor Agregado?
Para lograr el objetivo de Hambre Cero con un criterio de urgencia, es decir, en el menor tiempo posible, es necesario entonces lograr que el salario mínimo expresado en dólares iguale o sobrepase el valor en dólares de la canasta básica en el menor tiempo posible.
Salario mínimo en dólares ≥ Canasta básica en dólares
Ahora bien, se puede subir el salario mínimo en dólares incrementando mediante decreto el salario mínimo nominal en bolívares, manteniendo la actual tasa de cambio. Sin embargo, este procedimiento inevitablemente trae como consecuencia la elevación de la canasta básica pues los empresarios y comerciantes simplemente trasladan el aumento de sus costos por concepto de salarios al valor de los bienes y servicios que producen o expenden. Es decir, que este procedimiento, ampliamente aplicado tanto en la cuarta como la quinta república, conduce inexorablemente a la inflación y especulación y por tanto a incumplimiento de la meta que se persigue.
La única manera entonces de aumentar el salario mínimo y bajar el costo de la canasta básica en un país como el nuestro es creando las condiciones para que se produzcan simultáneamente dos fenómenos, a saber, el aumento del salario mínimo en dólares (sin aumentar el salario nominal en bolívares) y la deflación o caída general de precios. ¿Cómo producir ambos fenómenos en Venezuela entonces?
El aumento del salario mínimo en dólares, manteniendo su valor nominal en bolívares sólo puede lograrse mediante la revaluación de nuestra moneda.
La única manera de producir deflación y con ella lograr bajar el costo de la canasta básica a mediano plazo en un país como el nuestro es a través de la realización de una o ambas de estas medidas: La eliminación o reducción del impuesto al valor agregado y la revaluación del bolívar. A objeto de acelerar la reducción de la canasta básica proponemos aplicar ambas medidas, pero eliminando el IVA totalmente y al mismo tiempo revaluar la moneda nacional.
¿Cuánto revaluar?
Como se sabe, en un país como Venezuela donde todos los productos que consumimos o los servicios que utilizamos tienen por lo menos un componente importado, un proceso de revaluación de la moneda trae como consecuencia el fenómeno de la deflación o caída general de precios (Fig. 2). Pero ese proceso deflacionario no es instantáneo, sino más bien gradual. Por lo tanto, en Venezuela si se elimina el IVA y se revalúa el bolívar se cumplirá la desigualdad:
Tasa de deflación ≤ Tasa de revaluación + Tasa del IVA
Como la tasa del IVA es actualmente del 14%, podemos reordenar la desigualdad anterior de la siguiente manera:
Tasa de revaluación ≥ Tasa de deflación – 0,14
Ejemplo. Si queremos que la Tasa de deflación sea igual al 50%, debemos asegurarnos de que la tasa de revaluación sea mayor del 36%. Si no se eliminara el IVA la tasa de revaluación tendría que ser mayor que la tasa de deflación.
Por otra parte, la tasa de revaluación se calcula mediante la siguiente fórmula:
Tasa de revaluación = (TC actual – TC meta)/TC actual
Donde TC significa Tipo de Cambio. Reordenando la anterior expresión, nos queda:
TC meta = TC actual*(1 - Tasa de revaluación)
Pero como TC actual = 2150, nos queda:
TC meta = 2150 (1 - Tasa de revaluación)
Veamos un ejemplo: Para una tasa de deflación del 50%, la tasa de revaluación debe ser por lo menos del 36%. Luego:
TC meta ≤ 2150*(1-0,36) = 1376
Entonces, para que la tasa de deflación sea como mínimo el 50%, podemos tomar como TC meta el valor:
TC meta = 1000 Bs./dólar.
Este tipo de cambio meta se puede lograr revaluando a razón de Bs. 115 mensual/dólar durante un lapso de 10 meses. Por lo tanto, podemos esperar que al cabo de ese período, la canasta básica se haya reducido a:
Canasta básica ≤ Bs. (923.184)/2 = Bs. 461.592 = $ 461,6
Entonces, para lograr el objetivo Hambre Cero debemos asegurarnos de que el salario mínimo en dólares sea mayor que $ 461,6. Podemos escoger, por ejemplo, como salario mínimo, 500 dólares. Entonces, al cabo de un lapso de 10 meses, depreciando el dólar cada mes en 115 bolívares, tendríamos:
TC meta = 1000 Bs. /dólar
Salario mínimo = 500 dólares
Canasta básica ≤ 461,6 dólares
¿Cómo lograr el objetivo de una distribución más justa de la riqueza nacional?
Para lograr este objetivo, utilizaremos también la revaluación pero complementada con una nueva escala de sueldos. A continuación explicaremos por qué es necesaria una nueva escala de sueldos.
Veamos la escala de sueldos actual. La Figura 3 muestra el sueldo en bolívares correspondiente a algunos múltiplos del salario mínimo actual. La Figura 4 muestra los mismos sueldos, pero expresados en dólares, a la tasa de cambio actual (1 $ = Bs. 2150). Obsérvese que el sueldo correspondiente al salario mínimo es de apenas 238 dólares, que es precisamente la diferencia salarial entre dos niveles sucesivos. Esta escala de sueldos en dólares acentúa la desigualdad socioeconómica entre los venezolanos por la sencilla razón de que el grueso de la población empleada percibe sueldos comprendidos entre 1 y 5 salarios mínimos, a los cuales le corresponden equivalentes en dólares muy bajos (Entre 238 y 1191 dólares). Es necesario entonces corregir esta desigualdad creando una nueva escala de
sueldos en dólares que cumpla con la propiedad de proporcionalidad inversa. Esta última consiste en asignar un mayor aumento en dólares a los niveles más bajos de sueldos y progresivamente ir reduciendo el aumento en dólares a los sueldos más altos.
Es posible crear muchas escalas de sueldo que cumplan con esta propiedad. A continuación vamos a proponer una nueva escala salarial en dólares correspondiente a los sueldos actuales, expresados como múltiplos del salario mínimo. Empezaremos por elevar el equivalente en
dólares correspondiente a un salario mínimo actual (Bs. 512.325) desde su nivel actual (238 dólares) a 500 dólares. De esta manera no solamente estamos creando las condiciones para lograr el objetivo Hambre Cero, como explicamos anteriormente, sino que además estamos mejorando la distribución de la riqueza a este bajo nivel de salario. Obsérvese que el salario mínimo nominal en bolívares sigue siendo igual; sólo le estamos asignando más dólares al mismo. Por lo tanto no hay posibilidad de introducir inflación por esta vía.
En la escala actual de sueldos en dólares (Figura 4), la diferencia o incremento en dólares entre dos niveles sucesivos de sueldos es igual a 238 dólares (el salario mínimo actual de Bs. 512.325 al tipo de cambio de Bs. 2150/dólar). Para lograr la proporcionalidad inversa en la nueva escala salarial es necesario disminuir la magnitud de ese incremento. La Figura 5 muestra la nueva escala que proponemos en la cual utilizamos como incremento entre dos niveles sucesivos la cantidad de 232 dólares. La Figura 6 muestra el equivalente en bolívares de la nueva escala de sueldos, al tipo de cambio de Bs. 1000/dólar.
En las Figuras 7 y 8 se presentan para fines comparativos las dos escalas en dólares (la actual y la propuesta) y las dos escalas en bolívares, respectivamente.
A manera de ejemplo ilustrativo, si un trabajador devenga actualmente 5 salarios mínimos, estará percibiendo un sueldo de Bs. 2.561.625 (Figuras 3 y 8), que equivale a $1.191 (Figuras 4 y 7), al tipo de cambio actual (Bs. 2150/dólar). Pero, en la nueva escala de sueldos propuesta y al tipo de cambio de Bs. 1.000/dólar, ese mismo trabajador estaría devengando un
sueldo de $1.428 (Figuras 5 y 7), lo cual implica un aumento de su salario en dólares del 19,89%. Sin embargo, este último salario en dólares equivaldría a Bs. 1.427.600 (Figuras 6 y 8), lo cual implicaría una reducción del 44,27% del salario nominal en bolívares. Sin embargo, no se debe perder de vista que estos nuevos 1.427.600 bolívares tienen un poder de compra 19, 89% mayor que los antiguos 2.561.625 bolívares. ¡Ésa es la magia de la revaluación: Mediante la misma el trabajador recibe menos bolívares nominales, pero éstos tienen un mayor poder adquisitivo que el salario antiguo en bolívares!
Veamos otro ejemplo. Si un trabajador devenga sólo el sueldo mínimo, en la escala de salarios actual su sueldo en bolívares es de Bs. 512.325 (Figuras 3 y 8), que equivale a $238 (Figura 4), al tipo de cambio actual (Bs. 2150/dólar). Pero en la nueva escala de sueldos propuesta, ese
trabajador percibiría un sueldo de $500, lo cual equivale a un aumento del 110,08% de su salario en dólares. Aquí se está aplicando el principio de la proporcionalidad inversa: A menor salario actual, mayor aumento en dólares. ¿No equivale esto a una revolución y a una mejor distribución de la riqueza, sin disparar un tiro?
Consideremos otro ejemplo adicional: Un trabajador que actualmente devengue 10 salarios
mínimos estaría percibiendo un sueldo de Bs. 5.123.250 (Figuras 3 y 8), que equivale a $ 2.383
(Figuras 4 y 7), al tipo de cambio actual (Bs. 2150/dólar). Pero en la nueva escala de sueldos
propuesta, ese trabajador percibiría un sueldo de $2.587, lo cual implica un aumento de su salario en dólares del 8,56%. Nuevamente vemos que se cumple el principio de la proporcionalidad inversa: Quien más gana recibe un menor aumento en dólares.
Ahora bien, quizás el lector se pregunte por qué se escogió la cifra de $232 y no $238 como incremento entre dos niveles salariales sucesivos. Escogimos tal cifra porque con la misma se logran aumentos en dólares inversamente decrecientes hasta el nivel de 41 salarios mínimos (figuras 7, 9, 10, 11 y 12).
Este último nivel salarial equivale actualmente a 9770 dólares y en la nueva escala a 9776 dólares (Figura 12). Al nivel de 42 salarios mínimos el aumento en dólares se reduce a 0. En otras palabras, el equivalente en dólares en la escala actual y en la nueva es el mismo: 10.008 dólares. Pero los niveles salariales ubicados por encima de los 43 salarios mínimos no reciben aumento en dólares sino que más bien son decrementados progresivamente (Figura 12).
Veamos otros ejemplos. En la escala de la Figura 7, para un (1) salario mínimo actual la diferencia entre el sueldo en la escala ajustada ($500) y el sueldo en la escala actual ($238) es igual a $262. Pero para cinco (5) salarios mínimos actuales, la diferencia entre los sueldos en ambas escalas ($1428 y $1191) es menor: $237. Y para diez (10) salarios mínimos actuales, la diferencia entre ambos sueldos ($2587y $2383) es aún menor: $204. A cuarenta y dos (42) salarios mínimos actuales, la diferencia entre ambos sueldos se hace cero y de 43 salarios mínimos actuales en adelante, la diferencia se hace negativa (Figura12). Vemos entonces que la nueva escala de sueldos propuesta cumple con el requisito de la proporcionalidad inversa y por lo tanto garantiza una distribución más equitativa de la riqueza.
El hecho curioso es que con este nuevo esquema salarial y cambiario todos los asalariados hasta el nivel de 42 salarios mínimos actuales recibirían un aumento en dólares, a pesar de que sus sueldos nominales en bolívares son reducidos (Fig. 8). Esta baja de los sueldos en bolívares no debiera producir ningún trauma, ya que el poder adquisitivo real de la mayor parte de los venezolanos aumentaría. De hecho, durante el gobierno de Rómulo Betancourt hubo una reducción general de sueldos del 10%, pero al contrario de la que nosotros proponemos, aquella fue una reducción regresiva pues disminuyó el poder adquisitivo de los venezolanos.
La disminución de los sueldos en bolívares podría llevarse a cabo de manera paulatina y con un desfase o retraso que podría ser de 2 meses por ejemplo, de tal manera que en un lapso de 12 meses se hayan alcanzado los nuevos niveles de sueldo en bolívares. También se debe monitorear cada mes el valor de la canasta básica en bolívares, la cual debe bajar sustancialmente al cabo del período de revaluación. De ser necesario, el gobierno debe aplicar estrictamente el control de precios y penalizar severamente la especulación, a los fines de que se cumpla y mantenga la meta de Hambre Cero. Igualmente será esencial para el logro de este último objetivo la repotenciación y profilaxis de MERCAL.
A lo largo de la pasada campaña electoral, nuestra propuesta de revaluar el bolívar, suscitó una serie de preguntas, a las cuales vamos a tratar de dar respuesta. He aquí algunas de ellas:
¿Cómo es posible llevar a cabo la revaluación propuesta? La revaluación que proponemos es una decisión política que toma el Presidente de la República en Consejo de Ministros. Mediante la misma se le ordena al Ministerio de Finanzas que establezca un convenio cambiario con el Banco Central de Venezuela, para que a partir de una determinada fecha y manteniendo el régimen de control de cambio, el tipo de cambio sea depreciado a razón de Bs. 115/dólar cada mes durante un lapso de 10 meses. Como el gobierno posee mayoría absoluta tanto en el directorio del BCV como en la Asamblea Nacional, no habría ningún problema para que estos dos entes aprobaran la decisión presidencial. De lo contrario, el Presidente podría convocar a un referéndum consultivo para que el pueblo decida al respecto.
¿La revaluación del bolívar No traería como consecuencia una gran fuga de capitales? No, porque se mantiene el control de cambio. Además, durante los 15 meses de revaluación, no es aventurado esperar que los venezolanos desarrollen una cultura de aprecio por su moneda que los impulse más bien a atesorar bolívares en lugar de dólares, ya que la moneda norteamericana valdría 115 bolívares menos cada mes.
La revaluación propuesta, ¿No traería como consecuencia una sobrevaloración del bolívar, lo cual podría ser negativo para nuestra industria exportadora nacional? El bolívar actualmente está sobrevaluado en un 31,38%. Si en este momento se llevara el tipo de cambio a Bs. 500/dólar, el bolívar se sobrevaluaría en un 464,93%. Pero, para un país como Venezuela, cuyas exportaciones no petroleras están muy por debajo de las exportaciones petroleras, tal sobrevaluación no traería mayores consecuencias a nuestra precaria industria manufacturera. Al contrario, como explicaremos más adelante, la revaluación del bolívar traería consigo la reactivación de la industria nacional. Otros países netamente exportadores de manufacturas como México y Brasil mantienen sus monedas nacionales altamente sobrevaluadas (235.000% y 330%, respectivamente) y ese hecho no las ha vuelto menos competitivas. Como dato interesante, esas naciones exhiben las menores tasas de inflación de la región.
¿No se incrementarían excesivamente las importaciones con la revaluación del bolívar, perjudicando así a la industria nacional? No necesariamente, si la revaluación se acompaña de medidas complementarias como las siguientes:
Para proteger la industria nacional, se debe prohibir la importación de productos extranjeros que ya se elaboran en el país, o en su defecto, imponerle elevadas tasas arancelarias. Tampoco se deben otorgar dólares para la importación de tales productos.
No otorgar dólares para importaciones suntuarias o no esenciales. No más divisas entonces para importar carros Hummel, Mercedes o Ferrari, ni para caviar, etc.
Por el contrario, con la revaluación del bolívar, bajarían los costos de producción de la industria nacional, debido a los siguientes factores:
a. Bajaría notablemente el costo de los insumos importados
b. Al aumentar el poder adquisitivo de los trabajadores y desaparecer
prácticamente la inflación, como efecto de la revaluación, disminuirían las presiones de los sindicatos para lograr aumentos de sueldos.
c. Los costos de financiamiento de las empresas nacionales también se
reducirían apreciablemente, al producirse un descenso de las tasas de interés como consecuencia de la revaluación.
Tal como se indica en nuestro Círculo Virtuoso (Figura 2), como consecuencia de la deflación y de la disminución de los costos de producción, la revaluación del bolívar traería aparejada la reactivación del aparato industrial, el aumento del empleo y de la oferta de bienes y servicios.
¿El que haya adquirido propiedades con dólar a 2150 bolívares, no sufrirá una gran descapitalización si se revalúa a 500 bolívares por dólar? Claro que no, pues si bien la revaluación del bolívar traerá como consecuencia el fenómeno de la deflación o caída general de los precios de los bienes y servicios, la misma no será instantánea sino gradual. Como ya hemos afirmado anteriormente, es de esperar que los precios en bolívares de los bienes y servicios al cabo de 10 meses de revaluación caigan en un 50%. Suponiendo entonces que éste es el caso, podemos estimar cuánto valdrían los bienes y servicios en el país cuando el tipo de cambio descienda a 1000 bolívares/dólar. La Figura 13 muestra los costos en dólares, para dos tipos de cambio, de bienes adquiridos actualmente en bolívares.
Veamos un ejemplo. Supongamos que se adquiere actualmente una propiedad a un costo de 5 millones de bolívares. La Figura 13 muestra que el valor equivalente de la inversión en dólares actualmente es de 2.326 dólares. Pero si se aplicara el proceso de revaluación progresiva que proponemos, al cabo de 10 meses, cuando el tipo de cambio haya alcanzado los Bs. 1000/dólar, el precio de esa misma propiedad se habría reducido a unos Bs. 2,5 millones, que a esta última tasa de cambio equivaldría a $2.500, es decir que lejos de depreciarse su valor en dólares, la propiedad se habría apreciado en un 7,48%.
Conclusión: Hemos propuesto con cifras en la mano una nueva escala de sueldos y salarios que fundada en la revaluación progresiva del bolívar garantizaría dos logros fundamentales para Venezuela: Hambre Cero y una distribución más justa de la riqueza nacional, aplicando el principio de la proporcionalidad inversa: Los que menos ganan actualmente deben recibir un mayor aumento salarial en dólares que los que ganan más. Obviamente que esta escala de sueldos es tan solo una entre una infinidad de escalas posibles. Otras escalas podrían diseñarse que comiencen con un mayor sueldo mínimo, por ejemplo, 1000 dólares, y se basen en otro tipo de cambio, por ejemplo, Bs. 500/dólar. Sería cuestión de estudiar sus pros y sus contras. Pero, cualquiera que sea la escala que se adopte, se debe mantener la proporcionalidad inversa en los sueldos en dólares. Demás está decir que para lograr la meta de Hambre Cero, se debe producir complementariamente la reactivación de la industria nacional, la cual estaría garantizada por la vía de la revaluación de la moneda, aunada a un plan masivo de empleos que promueva el desarrollo turístico del país, la construcción masiva de viviendas, el mantenimiento continuado de vías públicas y la creación de más turnos de trabajo por la vía de la concertación del Estado con el sector privado.
Sometemos estas propuestas a la consideración de todos los venezolanos, del alto gobierno y muy especialmente de los economistas y escuelas de economía del país.
La mesa está servida. La realización de estas propuestas sólo requiere de dos factores: voluntad política y autonomía de acción de parte del Gobierno Nacional para hacer lo que se tiene que hacer en beneficio de las grandes mayorías.
Eudes Vera, Ex - Candidato Presidencial, eudesvera@cantv.net. 0416-384 4511.
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