Trueque de basura por billetes devaluados
Por Manuel C. Martínez M.
25-nov-06
Las Misiones de la presente Republica Bolivariana lucen muy altruistas y humanitarias, particularmente aquellas que se traducen en becas pagadas con dinero bancario no supervisado por la Asamblea Nacional ni contraloría alguna, pero un dinero que, aunque devaluado, algo remedia a los bolsillos de tanto pobre y de tanto flojo, así como de tanto vivián que abundan en este país en proporciones muy parecidas entre sí.
Todas esas becas, para cuya cobranza el beneficiario madruga como en aquellos tiempos ante las oficinas de la Onidex para sacar cédulas de identidad, esas becas, decimos, pudieron estar acompañadas de programas educativos y civilizatorios.
Esas misiones y becas hasta ahora se han traducido en simples canjes de billetes del Banco Central de (?) Venezuela por mucha basura, como si se tratara de una respuesta inconsciente que el pueblo le da a una Administración Pública a la que pareciera importarle poco la educación popular ora porque técnicamente no cuenta con una plantilla de técnicos ad hoc, sino con incondicionales seguidores, ora porque alguna mano invisible le impide educarlo de otra manera.
Por ejemplo: pudieron haberle exigido a la banca que ocasionalmente dotara las calles involucradas de papeleras y urinarios móviles, cosas así que evitarían el maloliente, deprimente y primitivo aspecto que cobra la ciudad cuando el gobierno y la banca indolentes deciden pagar dichas becas.
De Perogrullo, los centenares de niños que acompañan a esos becarios en esas largas y duraderas colas, sumados a los de los espectadores no becarios, reciben toda esa mala educación ofrecida por semejante y deprimente espectáculo, cargado de toda la miserabilidad digna de un Víctor Hugo.
Aparte, hoy vi el programa televisivo del Profesor Arenas, muy estimado por todos nosotros. Pero observé que se desarrolló como todo un panegírico a la obra infraestructural e ingenieril del gobierno, como para compensar sus cuestionables gastos al exterior de inciertas contrapartidas.
Nos presentó los avances del *Viaducto la Guaira*, una obra cuya caída pudo perfectamente ser evitada, y enfatizó que la obra se realizaba en tiempo récord como jamás en país alguno se había hecho. Ojalá que esa celeridad que ahora ponen en la erección del referido puente no sea producto de la mala calidad que no dudamos caracterice una obra no supervisada directamente por el pueblo. Recordemos que el Presidente Chávez optó y agilizó motu proprio los Consejos Contralores vecinales.
El caso de la *media gallina* que le imprimen al Metro de Valencia es ejemplo palmario: casi diez años pendientes, y justo y apresuradamente, de manera inconclusa, ahora lo inauguraron sin las severas pruebas que se requiere para un funcionamiento confiable. Suponemos que los contratistas del Imperio recomendaron que usáramos al pueblo sifrino e ingenuo como conejillos de indias, y eso se está haciendo: un mes gratis de uso en dos horarios diurnos para quien se preste al macabro experimento. ¿Por qué no usaron bidones de agua?
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home