Asociación Civil Bolivariana "Defensores del bolívar"

viernes, junio 13, 2008

Las Empresas Nacionales y Transnacionales son la Misma Cosa

Por Manuel C. Martinez M.
11 jun. 08

Con la mayor disciplina civil le hacemos un llamado al Presidente Chávez , y a sus pares del mundo capitalista, para que tomen en cuenta la siguiente observación de índole macroeconómica:


La aparente contraposición teórica entre empresas "nacionales" y empresas"transnacionales" podemos datarla para los primeros meses inmediatos al fin de la Segunda Guerra Mundial, siglo XX. Se corresponde con la contraposición precedente entre los obsoletos "imperios" aristocráticos y feudales, y las"naciones" subsumidas por estos. Dichas naciones terminaron consolidando su desunión y separatismo luego del triunfo burgués concretado en la Revolución Francesa.


El desmembramiento de aquellos imperios fue la pionera y gran conquista de la burguesía. Fue su primerísima manifestación de individualización o desunión hasta para los miembros de sus propias familias. De hecho y de derecho todo movimiento burgués es competitivamente divisionista por naturaleza propia, y, como Capitalismo, se convirtió en su forma más perfectamente desarrollada hasta ahora por la clase social dominante.


Citemos que las elogiadas y épicas luchas independentistas en América, África y otros continentes derivaron en la formación de entidades republicanas con soberanía y autonomía de gobierno similares, pero preñados de culturas exóticas y de variopinto mestizaje cultural. Todas ellas, cual menor de edad, carecieron de poder económico y hasta sus dioses fueron echados a un lado.


Es que ambivalentemente el Capitalismo desgaja al trabajador y aglutina a sus patronos. Por esto es difícil el logro del objetivo comunista consistente en la posible unión mundialista de ese proletariado difuminado y repartido entre tantos países soberanos, independientes y superestructuralmente autónomos.


El caso fue que en esos flamantes países quedó sembrada desde un principio(ab ovo) la semilla capitalista, y las empresas que la representan han presentado un dinámico y elástico volúmen de inversiones de espurio capital en constante movimiento, zigzagueante y periódicamente hacia atrás y hacia delante. Un capital semoviente intermediado por pausadas fases de claros estancamientos económicos.


Sin embargo, es frecuente que la tribuna mundial antiimperialista de siempre siga paradójicamente fomentando, planeando y defendiendo la reunión de esas partes que sin cesar la burguesía contemporánea desmorona en mil pedazos, como una limpia expresión de ese individualismo que le resulta tan caro a la ideología capitalista de estos dos últimos siglos.


La unión del patronato mundial existe tácita y tendenciosamente. Todos configuran una clase mentalmente libre, para pensar y actuar con conciencia propia. De allí que todos (todos) los capitales del mundo estén enredados en una sola maraña mundial, transnacional o internacional.


No existe un artesano, un inversionista menor ni un detallista al menoreo,que no practique en mayor, mediano o menor grado, la contrata salarial. Por eso mismo podemos afirmar que los patrones, Nacionales e Internacionales son la misma cosa, a tal punto que las crisis que brotan en las empresas más importantes y de alto giro son las que provocan hasta guerras mundiales, como efectivamente ha ocurrido en varias oportunidades. Cuando la Física afirma que "hasta el aleteo de una mariposilla puede provocar huracanes a larguísima distancia, pareciera haberse inspirado en los efectos críticos que provocan las decisiones y arbitrariedades de los capitalistas de mayor poder en el mundo.


Consecuencialmente, cuando un Estado opta por ayudar la empresa nacional, ese mismo Estado está ayudando a la empresa internacional, y desgraciadamente a los países imperialistas.


Entonces, verdaderamente, ¿acaso los países como Venezuela están capacitados para ayudar a otros más poderosos que ellos? ¿las naciones deben o pueden ayudar al Imperio? ¿O es que acaso el papel de los gobernantes de los Estados capitalistas es precisamente disponer de la mayor parte del Peculio Público para cedérselo de mil formas y con variadas sutilezas al patronato capitalista internacional?


Por ejemplo, tenemos una Europa con un buen número de países. Curiosamente, este número de países no aparece en ningún diccionario usual. A lo sumo se los reagrupa y clasifica cardinalmente por sus troncos lingüísticos antropológicos. Con África y América observamos una atomización patriótica igualmente anónima en cantidad de países americanizados. Tal divisionismo nacionalista ha sido medíaticamente ofrecido como una reivindicación política soberanamente conquistada.


Conviene acotar que los diccionarios lexicológicos y enciclopédicos, reales y virtuales, y otras estadísticas, sólo informan del potencial económico de riquezas pasivas y de mano de obra, es decir de su población y constitución geofísica, fáunica y floral. Los espías "internacionales", como los respetados naturalistas e investigadores A. Humboldt, H. Pitièr, A. Codazzi y J. Cousteau, son una excelente muestra de las fuentes que alimentan aquellas estadísticas. Le precedieron imperfectamente los modos esclavistas y feudales. Por el contrario, el modo de producción, llamado "asiático", más arcano, (con toda su carga de connotación inducidamente despectiva) se mantuvo dentro del colectivismo primitivo.