Asociación Civil Bolivariana "Defensores del bolívar"

martes, octubre 21, 2008

Derechos Humanos y Magnicidios

Por Manuel C. Martínez M.
20 oct. 08

Podemos decir que los “derechos humanos” (DD HH) arrancaron políticamente con la aburguesada “Revolución Francesa”. Por aquellos tiempos el “mercantilismo capitalista” lucía como la panacea de esos DD HH contra las injusticias cometidas por la aristocracia feudal, contra las hambrunas y sus miserables derivados sociales.

Para esa época, unos 60 años antes del “Manifiesto de la Liga de los Comunistas” alemanes, ni remotamente se conocía científicamente la fuente de esas desgracias humanas que ocurrían en medio de una capacidad laboral que siempre ha sobrepujado la demanda de todo el universo demográfico. El PTB potencial de marras, agroartesanal por excelencia, pudo haber satisfecho la demanda correspondiente de no haber imperado la figura de las aún desconocidas clases sociales, una opresora y otra oprimida.

La subsistencia de clases sociales, antes señores o aristócratas y siervos y oficiales campesinos, y luego burgueses y proletarios (capitalistas y asalariados) no pudo dar cuenta de aquellos males irrespetuosos de los derechos humanos más elementales. De allí que simplificadamente desembocaron en la Segunda Guerra Mundial.

De resultas, oficial y demagógicamente, la burguesía, ya adueñada económicamente de uno los hemisferios terráqueos, lanzó al mundo los tales Derechos Humanos, según la Declaración ad hoc de 1948, luego de que EE UU se declarara país hegemónico sobre América y Europa Occidental. Lo hizo desde su parapeto de la postguerra, llamado ONU (Organización de las naciones Unidad).

Hoy la ONU es un obsoleto y parasitario organismo internacional que, por ejemplo, ni siquiera se ha molestado en cuestionar el reciente camuflaje que hizo el gobierno colombiano con la Cruz Roja, una vieja, apolitizada e importante defensora de los DD HH en materia de conflictos bélicos. Tampoco se ha pronunciado sobre las injusticias sufridas por los presos guantanameros ni en otras no menos deshumanizadas prisiones del mundo.

No obstante, deberíamos inferir que los DD HH son vendidos como una concesión burguesa a la humanidad para que esta disfrute de ellos como si no fueran inmanentes a la condición biosocial del hombre.

Digamos que la clase burguesa se ha erigido como la custodia general de los trabajadores y de los patronos a quienes considerados como simples intercontratistas, y no como clases sociales perfectamente diferenciables.

Para los apologistas del capitalismo y de su alta clase burguesa las clases fueron enterradas durante aquella revolución antimonárquica del último tercio del siglo XVIII. Pero sabemos que jamás ha sido así. EE UU y otras potencias económicas burguesas han violado toda esa cháchara jurídica, ha obligado a los países ingenuos, alienados y sumisos a cotizar para la ONU, y a que rindan respeto a sus decisiones a sabiendas de que por esa vía los países debilitados por los países mejor armados y más pertrechados económicamente seguirán irrespetando todos los derechos humanos comenzando por los DD HH del trabajador a no ser explotado por nadie.

Vemos cómo delincuentes de amplios prontuarios son beneficiarios de DD HH. El Presidente de la República está facultado para indultar asesinos firmemente sentenciados, así como para amnistiar y perdonar a militares envueltos y copartícipes en crímenes de lesa humanidad, etc. Sin embargo, nos preguntamos: ante casos de magnicidios o premagnicidios, ¿quiénes abogan por los DD HH de la potencial víctima?