Asociación Civil Bolivariana "Defensores del bolívar"

domingo, octubre 19, 2008

La Administración Pública Redistribuye la Riqueza dentro de la Clase Proletaria

Por Manuel C. Martínez M.
17-oct-08


Hemos venido sosteniendo que el extraordinario e innegable éxito político del Presidente Chávez estriba en su nueva distribución del Presupuesto Nacional.


Efectivamente, durante el Puntofijismo, sólo los privilegiados dentro de sus mismos partidos recibían pagos oportunos por sus acreencias varias, Prestaciones, Fideicomisos, Deudas Comerciales, etc. El resto de los funcionarios públicos con inclusión de muchísimos adecos y copeyanos obnubilados, era sadicomaquiavélicamente ninguneado.


La Actual Administración Pública, a pesar de haber dispuesto de ingentes recursos fiscales se ha limitado a trasegar el pago de los activos de unos venezolanos para regalárselos a otros.


O sea, esta Administración ha ganado la buena voluntad de sus “fans” gracias a las mejoras sociales que a ellas les ha brindado, pero todas estas con cargo a largos atrasos en la cancelación de las acreencias de otros venezolanos, tal vez por la única razón de que estos desagraciados contradictoriamente son casi todos profesionales y técnicos de mediano y alto nivel productivo. Poseen una mejor honrilla, etc., valores estos que los convierte en la verdadera y potencial vanguardia revolucionaria de las Fuerzas Productivas.


Curiosa y capciosamente estas FP supuestamente estarían mejor ganadas para la implementación del Proyecto Socialista que tantos votos le ha reportado al Presidente Chávez tanto nacional como internacionalmente.


Decimos que la redistribución presupuestaria del aplaudido, venerado y amado Presidente Chávez ha sido realizada dentro de la clase trabajadora, pero no dentro de toda la población.
Como sabemos, esta incluye a las subclases burguesa comercial, industrial y financiera a las que no ha tocado ni con el pétalo de una rosa.


Por ejemplo, las acreencias fideicomisarias del Personal Universitario están atascadas para sus jubilados desde el año 1998.


De manera que es muy fácil, pero muy “contrarrevolucionario”, entregarles recursos a las comunidades con cargo al dinero que oportunamente les pertenece a ese personal universitario que ya demostró servirle a este país.