Asociación Civil Bolivariana "Defensores del bolívar"

viernes, enero 08, 2010

Año 2010

EL 2010 REITERA EL FRACASO

              El año 2010 perfila una perspectiva difícil para el país desde el ángulo económico. Se trata de una paradoja porque se incrementará el precio del crudo y siendo Venezuela una nación dependiente de la renta petrolera ello debería ser satisfactorio. El P. I. B., que en el 2009 decreció, se elevará gracias a la subida del valor del barril dada la escasez del oro negro y la moderada recuperación de la recesión en el primer mundo.

              La linealidad no se plantea porque la economía puede ser asimétrica. En el caso nuestro una expansión de los ingresos no repercute en la solución de los problemas básicos que nos aquejan. Seguramente continuarán los programas asistencialistas generadores de beneficios electorales sin una agenda social. Si hubiese elecciones parlamentarias o una constituyente para adecuar la precaria organización del Estado al proyecto estalinista obviamente que se acicatearán las misiones por su repercusión comicial.

              No obstante, los compromisos internacionales asumidos por la actual administración impiden hacer un mejor manejo interno de los enormes recursos percibidos y condenan a una operatividad basada en resultados inmediatos, vale decir, electoreros. Las obligaciones allende las fronteras implican operaciones financieras como compra de bonos, la adquisición de refinerías, el suministro de gasolina al sur de los Estados Unidos amén de las erogaciones destinadas al financiamiento a largo plazo de la factura petrolera para naciones de la región para apuntalar el liderazgo del Presidente Chávez.

              La crisis del agua y la electricidad se suman a las permanentes deficiencias en el plano de la vivienda, la seguridad personal, el desempleo, la exclusión social y la pobreza. Todo sin contar con la descomposición intrínseca al modelo populista, la corrupción, y la inflación que ha sido imposible de derrotar por las políticas económicas limitadas a absorber la masa monetaria que al final sólo terminan favoreciendo a la banca y los seguros, con dividendos históricos.

              El panorama no se presenta halagador por la caracterización de la presente gestión y el excedente a percibir sólo servirá para rodar la arruga en el tiempo. La postergación sine die de las soluciones es una senda sostenida por la renta petrolera porque de otra manera no habría ni siquiera respuestas inmediatas.

              Venezuela seguirá la ruta de suministrador seguro y barato de fuente energética fósil, destino establecido por la globalización. Basado en esa sujeción no puede haber uso de la bonanza porque está encausada hacia objetivos diáfanos como es el mantenimiento del Estado clientelar.

              Estamos presenciando el despilfarro de una oportunidad repetida. Las anteriores experiencias de expansión se reiteran. Las dictatoriales encarnadas por el café y el cacao luego de la primera guerra y después con los hidrocarburos en el régimen gomecista. Las de la democracia representativa en 1973 gracias al embargo petrolero árabe al concluir la guerra del Yom Kipur y la de 1978 debido a la confrontación entre Irak e Irán. 

              No es casual la espiral de precios petroleros, la bonanza venezolana y el fracaso. Es una ecuación correspondiente a la dinámica de un esquema de poder fundado en el dispendio y la corrupción. Pronosticar alegremente golpes de Estado como lo hace una publicación internacional es falaz. El año 2010 entra en la secuencia histórica de la frustración al estar divorciada la economía de la sociedad.

 

Humberto Decarli R.

hachedester@gmail.com