Asociación Civil Bolivariana "Defensores del bolívar"

martes, julio 27, 2010

Algunos Inversionistas Importantes No necesitan Dólares Nacionales. (La Contabilidad Burguesa)

Manuel C. Martínez M.
26/07/2010 19:12

Los industriales, es decir, comerciantes, banqueros y productores de alto giro operan de consuno como si de hecho fueran una macrosociedad implícita de capitales accionarios y coaccionarios.



Cuando los empresarios, aislados y separados c/u de los restantes, registran sus empresas con individualidad y personería jurídicas individualizadas, además de cubrir obligaciones nacionales mercantiles y jurídicas, buscan, por una parte, la minimización de los tributos que de otra manera deberían enterarle al Estado y alcaldías afectadas, y por montos agigantadamente superiores, en correspondencia con el modelo tributario según el cual “a mayores ganancias, mayores tasas impositivas”(impuestos progresivos).



Esa tributación queda burlada, pero debidamente registrada en juegos de libros contables debidamente llevados y conservados. Esta es la principal, secreta y mejor guardada Contabilidad Burguesa Internacional y Nacional. El reparto y recepción de dividendos procedentes de las diferentes “compañías” donde este importador capitaliza como importador y como exportador, y viceversa, se dosifica en el tiempo durante años o ejercicios económicos no sincronizados con el año civil, ni coincidentes a fecha cierta de cierre. De esta manera, las declaraciones impositivas tampoco exhiben la acumulación de dividendos que pudiera sincerar los ingresos de cada inversionista



Pero es que, en general, la contabilidad burguesa llevada en las empresas privadas locales para su comercio doméstico tampoco es 100% sincera. Los empresarios inescrupulosos y sólo de ellos estamos hablando en esta entrega, llevan libros en los que se asienta sólo una parte del volumen de transacciones efectivas que llevan a cabo. Para ello, las empresas contabilizan en libros paralelos, un juego de estos para burlar impuestos, y otro, además, para la burla misma de los accionistas menores.



Igualmente, la contabilidad de las empresas deshonestas dedicadas al Comercio Exterior sólo recoge una parte de sus operaciones, un poco para cumplir formalidades legales y de evidente declaración. Así queda minimizado el pago de impuestos locales y nacionales, y reducida la necesidad de dólares nacionales que tan embrollosamente les resultaría por la baja eficiencia burocrática en estos menesteres financieros. También escamotean parte de los impuestos adeudables a sus países de origen.



Los gobernantes, por razones clasistas, bien por negligencia, por insuficiencias tecnoburocráticas o por complicidad y venalidad al servicio del capital o de las alta y mediana burguesías, se han desentendido siempre de esta realidad. Sus acciones contra sociedades cartelarias no han pasado de la letra muerta y estéril que significan las disposiciones antimonopólicas constitucionales.



Las denuncias del desabastecimiento de divisas por irresponsabilidad del gobierno responden parcialmente a estrategias tendentes al disimulo del autoabastecimiento de dólares con que cuentan los principales inversionistas extranjeros, no menos irresponsables, principalmente los dedicados al comercio exterior, sobre lo cual seguimos explicando algunos intríngulis de la contabilidad Burguesa:



Es que, salvedad hecha de los “pocos” dólares que le solicitan a Cadivi, a sabiendas de las insuperables trabas e ineficacia burocrática imperantes en esos organismos proveedores de divisas, el grueso de sus necesidades de moneda norteamericana lo obtienen algunas empresas y mantienen en cuentas de bancos y bolsas extranjeras, como si se tratara de un país sin fronteras máximamente ampliado a todo el continente infectado por el lucro burgués.



El siguiente es el modus operandi, que, por cierto, no es nada exótico ni nada nuevo, aunque sí muy reservado para la Alta Contabilidad Burguesa Internacional en perfecta concordancia con su verdadera naturaleza, apátrida con propiedad:



Así: Imaginemos un importador X que está previa y tácitamente asociado a otros importadores y a otros empresarios de fábricas o industriales de la exportación (Hacemos abstracción de los industriales de las finanzas nacionales privadas, de cara a simplificar el desnudo de este poderoso mecanismo contable burgués).



Esa asociación implícita se manifestaría y concretaría con la coparticipación directa accionaria del grupo de empresarios coaccionistas en las diferentes sociedades anónimas en funciones. Hablamos de algunas posibles y principales empresas maulas, de alto y mediano giros económicos, de preferencia, las transnacionales o imperialistas.



Seguimos: Ese importador X cancela sus deudas en el exterior con cargo a cuentas bancarias extrajeras en las cuales él y sus “socios”, de un mismo país o de varios países, llevan su capital dinerario en dólares y otras monedas de alto poder cambiario internacional. Por su parte, el exportador B cobra sus ventas en el exterior mediante depósitos que les hacen sus socios internacionales en cuentas bancarias ad hoc domiciliadas fuera del país burlado, todo lo cual se cubre mediante las famosas cuentas de la Contabilidad Burguesa: “Ctas. por pagar” y “Ctas. por cobrar”, de inmensa utilidad financiera a los efectos de burlas impositivas, además de garantizarse la disponibilidad continua y oportuna de sus necesidades de caja en moneda extranjera.



De esta manera, importadores y exportadores concilian en libros y en cuentas bancarias extranjeras sus ingresos y egresos, sus cobros y pagos internacionales, sin tocar ni depender sensiblemente de las Reservas Internacionales del país que les sirve de sede para sus operaciones externocomerciales, pero país al que apátridamente traicionan a su antojo y conveniencia.

lunes, julio 26, 2010

A Mayor Capital, Mayor Oferta y Menores Precios. (De Cómo el Socialismo Encarece los Precios)

Manuel C. Martínez M.
25/07/2010 19:59

En las sociedades sostenidas a punta de capital criollo o extranjero, los conatos y asomos socialistas mediante prescripciones constitucionales, declaraciones políticas y legales, las reiteradas amenazas de expropiaciones, el cierre de empresas, los controles indiscriminados de pecios y del circulante nacional e internacional, en suma, toda señal de intervencionismo abierto, es una toma de medidas gubernamentales que por bien intencionadas que fueren, provocan emigraciones de capital.



Es que, por naturaleza propia, el capital sólo vive en medio de la más amplia libertad comercial. La destrucción y reemplazo de formas feudales tuvieron como causa las restricciones productivas y comerciales que reinaban durante el Medioevo. Dentro del modo burgués actual, las únicas injerencias estales permitidas son las dirigidas al combate de actuaciones extracapitalistas como el acaparamiento o escasez inducida, la especulación inducida o control de oferta con asociaciones mono y paramopólicas.



Bien, las emigraciones o fugas de capital obviamente constriñen la producción doméstica, baja la oferta y luego terminan encareciéndose los precios que deben satisfacer los consumidores intermedios y finales. Un PIB bajo es un indicador inequívoco de baja productividad laboral, de escaso capital en funciones o una combinación de ambas variables.



En el caso de la Economía Venezolana, por razones políticas, más que económicas, Cadivi (Comisión de Administración de Divisas) busca redistribuir y regular el flujo y destino del capital en divisas fuertes, pero contradictoriamente lo mantiene ocioso en la medida que no satisfaga oportunamente ni en cantidad suficiente la demanda de dólares de todo el parque productivo. Una Cadivi que así funcione obviamente pierde su razón de ser por estar convertida en un organismo contraproducente.



Determinar cuáles sean las causas de la baja oferta de capital oportuno por parte del gobierno es irrelevante porque estamos hablando de los perversos y desacertados efectos de los controles intervencionistas que atentan claramente contra la oferta productiva y el empleo nacional que determinaría la baja de precios, la satisfacción oportuna de bienes, y la paz, tranquilidad y confianza que, a manera de dinámica endógena, aceleradora y autónoma, generaría más capital que podría incrementar expansiva e intensivamente la oferta en cuestión. No hay vías alternas.



Como el capital emigra en búsqueda de mejores condiciones garantizadoras de mayores y seguras ganancias, tanto de una lugar a otro dentro del mismo país como de este hacia el exterior, estos faltantes de capital en funciones (para la contrata de asalariados y compra de insumos) son los que finalmente pretende el gobierno suplir mediante caudales de dinero inorgánico que expeditamente le han facilitado las devaluaciones el bolívar sin mayores consideraciones ni consultas populares.



Tales devaluaciones incrementan el volumen de circulante en moneda nacional que simula un incremento en la demanda que consecuencialmente provoca alzas de precio. Estas, sumadas a la baja oferta derivada del poco capital en funciones, achicado por la deficiente intervención de Cadivi y la atmósfera de inseguridad y ausencia de libertad comercial que psicológica y de hecho se respira a nivel nacional, esas devaluaciones, decimos, están causando más daño que beneficio en términos macroeconómicos, aunque un sector de la sociedad haya mejorado su ingesta familiar, ya que lo viene haciendo al elevado precio de una reducción creciente del PIB. Estas reacciones económicas en sí mismas alejan la posibilidad que las medidas populares se sostengan por mucho tiempo.



El dinero inorgánico fabricado con las devaluaciones busca regular el mercado por la vía monetarista. Es por eso que la inflación es generada desde los mismos entes gubernamentales que mal podrían suavizarla, frenarla y mucho menos eliminarla porque el control de circulante de dólares, los bajos estímulos a la capitalización y el incremento de dinero feble son los mortales componentes de una Economía estanflacionaria: mucho dinero con bajo poder adquisitivo, bajo empleo y elevados precios producen un coctel de venenosos efectos económicos.

sábado, julio 24, 2010

Libros, no; Aguardientes, sí. (A eso lo llaman Liberalismo Económico)

Manuel C. Martínez M.
23/07/2010 7:11

Las mejores muestras estadísticas son aquellas en las cuales personalmente e in situ hemos fungido de espectadores y encuestadores; todas las demás resultan razonablemente inciertas o dubitables.



Así, justo a 120 m del Grupo Escolar República del Perú (Valencia, Venezuela) estuvo ubicada, con mucho éxito y durante varias e interesantes décadas, la “Librería Cantaura”, sita en la calle del mismo nombre, cruce con la av. Carlos Soublette.



Hace unos 25 años, aprox, esa memorizada “Librería Cantaura”, que alimentó las bibliotecas de millares de escolariegos durante toda su Formación Académica Primaria, entró en crisis comercial; su propietario terminó vendiendo el edificio que le servía de sede, y remató su inventario de añorados “textos y útiles escolares” porque, según nuestro sistema mercantil, habían pasado de moda; ¡como si los libros pudieran recibir semejante y despectivo tratamiento en tiempo y espacio de las sociedades civilizadas!



Semejante posibilidad sería como borrar de nuestra propia historia todo el indeleble encanto que caracteriza aquel gratísimo olor de las minas de lápices y tintas frescas, el que sigue impregnando nuestros más tiernos y crónicos recuerdos de vieja data. ¿Acaso habrá algún corazón adulto, por allí, que no acelere sus movimientos cuando oye la cantarina de la melodiosa y dulce algarabía de niños recreándose, o le toca pasar por las cercanías de una que otra silenciosa y disciplinada escuela o escuelita?



Bien, casos como ese abundan donde quiera que el capitalismo sembró su diabólica semilla. Sabemos que sus prolegómenos se remontan a las Costas Extremorientales del Mediterráneo; de allí partieron los pioneros del mercado que ahora conocemos como transnacionalistas. Estos productores y comerciantes del libro responden inconscientemente a la dinámica de un mercado que requiere renovaciones para mantener sus márgenes de ganancias, y lo logran a punta inclusive de reediciones con el mismo contenido y sin variantes que podrían justificar a medias tales innovaciones y sustituciones.



Pero, yendo al presente, el de ahorita mismo, nos llama la atención cómo ciudades y puertos promovidos por gobiernos de ayer y de hoy se muestran muy liberales en cuanto al variopinto comercio de mercancías, aunque eso no estaría ni malo en sociedades donde priva la ganancia sobre la calidad de los bienes traficados, pero, ¿acaso usted sabe de alguien que vaya, por ejemplo, a la Isla de Margarita (Venezuela) en búsqueda de libros de texto o de otra naturaleza, de Secundaria, de Primaria y Universitarios?



La Librería Cantaura cedió su espacio, y su proximidad espacial y curricular al grupo Escolar República del Perú, a respetables comerciantes de aguardientes que emplean tremendos, lujosos, vistosos y visibles y libérrimos exhibidores de “caña” en toda sus manifestaciones y presentaciones, nacionales e importados, frescos y añejos.



Exhibidores de más de 60 m lineales expuestos a la curiosa vista de los niños y niñas y de adolescentes que por allí siguen transitando a pie o en vehículos ad hoc rumbo al mismo Grupo Escolar República del Perú, recientemente remodelado en sus fachada e interior, pero cuidadosamente inmerso dentro del mismo entorno etílico que nos llegan en reemplazo de aquellos olores infantiles de una época arrasada por el “progreso burgués” gerenciado por gobernantes y alcaldes burgueses, para una sociedad aburguesada como la valenciana y de otras regiones de este “mercado” eufemística y extemporáneamente llamado país.

viernes, julio 23, 2010

Bolívar y Marx en tiempos Electorales (Desfasados en tiempo y pensamientos)

Manuel C. Martínez Molina
22/07/2010 19:26

Es una duda razonable que debemos respetarle al Presidente Chávez, sobre su uso e implementación, su bien conducida y exitosa campaña política –con discursos encendidos antiimperialistas- hasta ahora aupados incondicionalmente por el chavismo, como alternativa burguesa hacia un supuesto Socialismo Bolivariano de S. XXI, a través del arribo al poder electoral y democrático de militares burgueses, de izquierda burguesa y de trabajadores educados con una cultura no menos burguesa.

Sobre esas consideraciones, podemos pensar que Chávez ha logrado en favor del marxismo revolucionario y del socialismo científico y marxiano, quebrar la férrea y razonable repulsa anticomunista que ha tenido el trabajador y el oprimido en estas sociedades, su rechazo a todo lo que ha olido a comunismo, a socialismo, izquierdismo, a guerrilla, a medidas económicas de expropiación agraria, cosas así.

En resumen: el fulano Socialismo Bolivariano de siglo XXI estaría ya esfumado si no fuera por la aureola de bienvenida que ha tenido y sigue teniendo ese híbrido político ideológico que identifica la respetada e histórica figura de Simón Bolívar como una opción viable ente los fallidos ensayos socialistas internacionales y científicos.

Digamos que ha sido por ahora una productiva estrategia que debemos pesar en su justa medida, ya que definitivamente Bolívar no tuvo un ápice de socialista, ni en tiempo ni concepción ideológica, en el sentido comunista que ahora se le ha dado, pero sí de mucho burguesismo en unas sociedades que entraban a la era Moderna por el camino del capitalismo mediante instituciones preñadas de esa feudalidad decadente y reinante todavía en el Medioevo tardío correspondiente a la llegada de los conquistadores y opresores europeos sobre estas tierras del Atlántico Occidental. Que hoy respetemos su revolucionariedad antifeudal no obliga a seguir respetándolos como revolucionarios ante el capitalismo, para nada.

Este socialismo bolivariano sería, pues, un bien acogido movimiento revolucionario, reformista, democrático burgués por y a causa de identificar a Bolívar como un líder que supuestamente abogó por el socialismo. Pero, dese luego, esto sólo ha sido una estrategia política muy válida y productiva de gruesa aceptación y de rechazo, respectivamente, en las masas oprimidas de leídos y desleídos y hoy ya desalienados obreros venezolanos, y de la clase proburguesa que sigue alienada, particularmente los trabajadores pertenecientes de la escualidad criolla, quienes tozudamente siguen aferrados a una defensa capitalista y hasta han llegado a despreciar el Bolívar que otrora también les sirvió a ellos para enmascarar, validar y tapar todas ésas discriminaciones sociales y la explotación y marginación como las que han hecho es en estas, tierras a través d gobiernos Puntofijistas. Mismas y oprobiosas actitudes sociales, políticas y económicas, que les ha acreditado un desprecio tan grande como el que este pueblo trabajador y marginado manifestó aquellos días cuando masivamente apoyó a un militar de oscuro currículum quien demostró años atrás estar disgustado con los Puntofijistas y dispuesto a todo y ejercer su poder, peligrosamente, contra el aparataje de cosas reinante en este país. De tal magnitud ha sido el odio que se ganaron los “escuálidos.

Por eso, también aclaramos que el Presidente Chávez y sus fanatizados seguidores deben respetar la soberana voluntad de aquel electorado que los llevó al poder hace más de 10 años. Este electorado, mezcla de ex adecos, ex copeyanos y con muchos izquierdistas, votó ciegamente por él y por quienes se montaron en su “locomotora”, pero, más como única opción ganadora contra esos gobiernos nefastos que por cualesquiera otro tipo de consideración política ni visceral.

Más que admirado, este chavismo es simplemente respetado por un pueblo que sí conoce de agradecimientos en favor de quien a él le tienda su mendicante mano. “Estamos hablando” o nos referimos a un pueblo agradecido y temeroso de una vuelta al pasado puntofijista, pero de allí a creer en profecías o en reediciones de Bolívar como el único sobre la Tierra, entre esas dos visiones hay una diferencia nada despreciable. Una cosa es servir de puente para un logro X, y otra ser el puente mismo. Una cuerda, por ejemplo nos permite saltar abismos, pero no es puente alguno.

Presidente Chávez, Iglesia y IV R. (Desesperación vs. Elección)

Manuel C. Martínez M.
22/07/2010 9:01

Hagamos un poco de historia cumplida: Hace más de una década, el Teniente Coronel, ex rebelde con causa, hoy Presidente de la V República Bolivariana de Venezuela, intentó comandar la toma del poder por la fuerza de las armas.



Esa intentona no pasó de allí, pero despertó esperanzas en un pueblo humilde y trabajador que seguía esperando por una Venezuela mejor que empeoraba cada día más a lo largo de las oscuras y cruentas décadas de la segunda mitad de siglo XX.



La gente trabajadora, aplastada por un clase media, privilegiada, con muy baja rentabilidad para el país, infatuada y marginalista con el apoyo ingenuo de grandes masas de ignorantes, timoratos y vivianes no menos heredados de aquella cultura española colonial y multicentenaria, Un poder en manos corrompidas, excluyentista, despegado del pueblo trabajador, entreguista a los intereses burgueses regionales e internacionales de la rancia alcurnia y sucesora lineal de todos los vicios engendrados y heredados del coloniaje español. Una cultura centenaria amasad con las relaciones capitalistas enmestizadas con todos los vestigios feudales que importamos conjuntamente con los altos burócratas europeos de padre y madre como representantes de la Corona hispana, del Clero e Iglesia de marras.

martes, julio 20, 2010

Vestigios Malignos de la IV República (El Tarjetón Electoral sigue luciendo muy antidemocrático)

Manuel C. Martínez M.
Domingo, 18 de julio de 2010



De entrada: Se observa a las claras que en la confección del “tarjetón electoral” sigue explícito un consuetudinario ventajismo antidemocrático que responde a una implícita colusión de los partidos mayoritarios sobre las minorías electorales de todos los tiempos.



Sabemos que ningún tiempo pasado pudo ni puede ser mejor ni peor que su proyección actual, simplemente pasado es. En criollo venezolano decimos “clavo pasao”, pero de lo que se trata es de valores trascendentes, o no, que perfectamente siguen desarrollándose o que por su relevancia social seguirían vigentes hasta que surjan las correspondientes innovaciones o reformas por pleno consenso.



Tratemos el caso de “El tarjetón”: Sabemos que el “tarjetón electoral” ha sido el nombre popular asignado para la minuta de votación adoptada por la máxima autoridad electoral de Venezuela. El DRAE o diccionario pautador de nuestro lenguaje sugiere que toda tarjeta debe ser cuadrada, que tarjeta es el diminutivo del galicismo “target”, por lo que inferimos que tarjetón es el antónimo correspondiente.



Pero, entre una cuadrícula y una gráfica sectorial, que también serviría para los fines electorales, hay además una diferencia de fondo determinante a los efectos de su objetividad cuando esos dispositivos son empleados para la representación gráfica de datos estadísticos en general.



Ya en oportunidades anteriores hemos tratado este sistema sin mayores repercusiones de parte de los partidos políticos involucrados en la validación y convalidación de este mecanismo eleccionario. La mayoría de los partidos y sus coaliciones siempre han echado a un lado a los más pendejísimos que siguen yendo a las urnas electorales, en una clara manifestación de cómo el masoquismo político no es una ninguna rareza psicológica.



Veamos estos ejemplos gráficos:


Como se observa: En esta cuadrícula los datos de cada cuadrado interno serían los nombres de los partidos políticos. Esas posiciones responden al ejercicio de poder ventajistamente aplicado por los jerarcas de cada partido. Los ángulos superiores son subliminal y objetivamente los más votado, pero no necesariamente como expresión de la voluntad popular, sino por efectos psicológicos que la propia disposición geográfica inscripta en la conciencia electoral da cada votante.



Por el contario, en esta grafica circular el nombre propio de cada partido, representado por esos colores modulares, no influye tan determinantemente en la decisión final ya que un tarjetón así diseñado no exhibirá constantemente en la parte superior los mismos colores morado y azul, del ejemplo.



Es que la posición misma de los partidos en el tarjetón cuadrado actual le quita subjetividad al elector y este termina impulsado a escoger primero el partido del ángulo superior izq.; luego, el del áng. sup. derecho, luego los dato centrales e inferiores. De allí que el carácter democrático de nuestras votaciones se muestra en entredicho desde el fondo y forma del Tarjetón Electoral, a manera de vestigios malignos supervivientes de la IV República..

El Anti Producto Interno Bruto (APIB) (Administremos mejor los “semáfaros”)

Manuel C. Martínez M
11/07/2010 17:41

Por definición, el Producto Interno Bruto (PIB) equivale al valor total de los medios de producción consumidos y desgastados con el concurso de los salarios y plusvalores creados durante un período económico, generalmente, un año, y dentro de las fronteras y costas de un país cualquiera.



Este es el caso: en las sociedades con baja organización social y laboral, principalmente con servicios públicos de tercera calidad, como el caso venezolano que es el que conocemos más de cerca, en estas sociedades, decimos, las personas suelen despilfarrar muchas horas por concepto de interminables “colas” de espera para recibir servicios sanitarios u hospitalarios; para cobrar sus miserables pensiones (hoy infladas con dinero megadevaluado); en largas colas para hacer efectivo sus cobros y depósitos ante la banca privada y pública, en las paradas de buses y busetas, etc. Colas para recibir atención pública en todas las dependencias ministeriales, estatales y municipales.



En la actualidad, las colas más sonadas por ahora en Venezuela son las que realizan los tributarios de rentas: para la obtención de una sencilla solvencia, para solicitar unos dolaritos ante Cadivi, y ni pasar por alto, las colas ante el majestuoso, infatuado y antipopular Banco Central de Venezuela.



También están muy de moda, son de alta resonancia y de vieja data las colas que se forman en Notarias y Registros públicos. Efectivamente, en estas oficinas sigue privando la figura del funcionario “habilitado” para que este pueda prestar sus servicios con menor tardanza.



Todas esas pérdidas se suman a las que en común acusan otros países mejor organizados, nos referimos a las famosas trancas vehiculares. Semáforos que son más los dañados que los que se hayan en buen estado, los mal ubicados, los mal programados, etc.



Valga esta digresión: Cuando los semáforos de todas partes están en verde, este color se trueca en amarillo, y este se lleva su tiempo para cambiar a rojo. Bien, hasta allí, pero cuando tenemos la luz roja, nada nos dice cuándo aparecerá la verde. Aquí ha habido una falla garrafal internacional sobre la graduación más racional y menos despilfarradora del tiempo de las personas en circulación.



A fin de reducir ese despilfarro de millones de horas-hombre invertidas antiproductiva y diariamente y todos los años con todos los gobiernos de turno, se ha dictado normas bien intencionadas que van, y normas que vienen, pero las colas siguen allí, y crecen en armonía y tal vez geométricamente con el crecimiento “aritmético demográfico” del país.



No hay manera de que exista por lo menos un gobierno que haya tomado en serio y eficazmente semejante pérdida humana en sentido económico. Algunos ministros, y posiblemente cargados de buena fe, han reducido o sugerido reducir el “papeleo” burocrático (eufemismo de pésima organización laboral).



Cuando esas medidas se han adoptado, lo que se ha reducido es el bolsillo de los usuarios porque semejantes reformas se han traducido en nuevas “matracas” o corruptelas de variopintas manifestaciones.



Venezuela es una sociedad despilfarradora por excelencia y con una educación no menos despilfarradora. Por ejemplo, jamás gobierno alguno ha podido “ponerse los pantalones” y auditar y realizar una sincera Contabilidad de Costes Universitarios. Los rendimientos que suministran los ministros, en “memorias y cuentas”, presentadas con bellos y tricoloridos lacitos y muy bien encuadernaditas, son una verdadera basura que no leen ni revisan los mismos editores.



Bien, entonces, si queremos darle un mayor grado de sinceridad al PIB nacional, debemos descontar el valor de lo que podría llamarse su Anti Producto Interno Bruto (APIB). Podríamos diseñar la elegante y académica fórmula siguiente:



El PIB = PIB’ – APIB, para PIB’ = Producto Interno Bruto Convencional no afectado por el gigantesco despilfarro de horas-hombre que nuestro país lanza al pipote de la basura de la ineptitud y desorganización social que nos caracteriza desde hace sus buenas multidécadas.

EL BLUE JEAN (Ennoblecimiento del pauperismo)

Manuel C. Martínez M.
15/07/2010 6:08

Escena en New York, una de sus Avenidas

SUCESO

Jacqueline Kennedy, primera dama estadounidense, baja presurosa de su departamento rumbo al supermercado para realizar compras de última hora. Lo hace vestida con un desteñido y desalisado BLUE JEAN.

REACCIONES

Un fotógrafo avizor capta en celuloide la inusual escena, para una mujer marcadamente fastuosa en su atuendo y demás accesorios. Las fotos cruzan electrónicamente el mundo por vía de prensa y TV.

RESULTADOS

El blue jean, ropa propia de peones, vaqueros, marineros, mineros, artesanos, pescadores y cazadores, todo lo cual implica derroche de energía, vitalidad y, particularmente, de juventud, estimula la imaginación de los modistas y a partir de ese momento comienza un proceso de ennoblecimiento para semejante prenda de vestir con el consecuencial cultivo en el ya abonado terreno de la industria textil gosipina o algodonera.

FINALMENTE

Esta ropa, fresca, duradera, encubridora de suciedades, susceptible de deterioro por concepto de raeduras, desteñido y deshiladuras sin merma en su utilidad, prendió fértilmente en las grandes masas populares en atención a su relativo bajo precio, por lo menos durante la fase de promoción tendente a crear hábitos de consumo en aquellas damas y caballeros un tanto alienados, mismas que venían asociando blue jean con trabajos innobles y gente pobre, razón por la cual dicha prenda no figuraba en sus elitarios vestuarios, salvo para específicas faenas obreriles, artesanales y deportivas.

Cubierta esa fase promocional, bajo el aguijón de la publicidad y de los efectos subliminales que en gente adulta provoca la proyección de una joven imagen ofrecida por el blue jean, éste logra imponerse y se hace moda como útil disfraz para esa repudiada vejez que a toda gente va ineluctablemente envolviendo.

CONCLUSIONES

El blue jean, hasta hace ½ siglo vejado y menospreciado, comienza a ser demandado para ser usado con finos calzados y medias para bailar y gerenciar, para pasear y hasta para hacer visitas, pero no tanto por el ennoblecimiento que de esa prenda se hiciera, sino porque al final de cuentas se convirtió en la ropa más asequible a los menguados ingresos de la gente trabajadora quien, ahora, sin aún caer en cuenta de ello, se halla virtualmente uniformada, y así enmascara el pauperismo in crescendo en que firme y hondamente va cayendo.

sábado, julio 17, 2010

Fidel Castro tendría razón (Nomadismo Intercontinental y Tercera Revolución Industrial Burguesa)

Manuel C. Martínez M.

15/07/2010 11:42

El nomadismo intercontinental no es nada nuevo, el propio Paul Rivet (Los orígenes del hombre americano), auxiliado con las versiones de historiografía atlántica, décadas atrás dejó entrever la inmigración en América procedente de Australia y Melanesia, sumada a la posibilidad de inmigrantes que viajaron por el Estrecho de Bering (Beringia) y nos sembrarían siberianos del noreste rusoasiático.



Bien, lo nuevo de esta hipótesis migratoria transcontinental es su acogida y adopción por las clases sociales gobernantes de los países y gentes estabilizadas y sedentarias desde hace varios milenios. Como sabemos, la migración hacia otros países y continentes hasta ahora ha regido sólo para los “pendejos”: damnificados de guerras burguesas, de catástrofes, de problemáticas de la pobreza, desempleo doméstico, etc.



La causa de ese retorno al nomadismo de amplio radio asumible por la gente de mejor posición económica y más aristocrática del planeta clasista, pudiera ser el agotamiento del modelo desarrollista industrial apuntalado hasta ahora sólo por la tasa de ganancia, de tal manera que si está cae por debajo de la mínima rentabilidad burguesa, el modo capitalista se extinguiría, así nada más, según la ortodoxa versión marxiana.



Estamos pensando en otra causa del nomadismo burgués ya no referida a la desaparición del capitalismo ni mucho menos, como tal, sino a la mudanza de los integrantes de las clases burguesas y reales del Viejo Mundo, y su nueva adecuación del uso del espacio hidráulico, mineromotañoso, su Fauna y su Flora, en términos transcontinentales, más allá de la “primitiva” y tradicional extracción de materias primas y energéticos y su correspondiente trasiego hacia los países pioneros del capitalismo mundial, y de la conquista de mercados para sus manufacturas originarias.



Se trataría, pues, de una nueva forma de imperialismo porque no tan sencillamente la invariabilidad de sus nacionalidades, de sus patrias y de su sedentarismo elitista ha estado perdiendo sentido económico. Los burgueses y su modo de producción han operado tan desenfrena e irracionalmente que ha terminado socavando su propia tumba bajo sus dorados pies. Sus territorios ya no gozan de la fertilidad que les acompañó durante su pujante y explosivo desarrollo industrial propias de las Revoluciones I y II que requirió la ampliación de mercados foráneos para su gigantesca producción de bienes de consumo y de medios de producción.



Es obvio que sus minas y manás endógenas están agotadas, sus tierras desfertilizadas, sus montañas erosionadas y contaminadas con polución radiactiva de larga duración. Digamos que el capitalismo tradicional, el Imperialismo que conocemos por ahora, ha tocado fondo dentro de los territorios y continentes desde donde se inició la carrera burgocapitalista desde hace ya sus buenas 5 centurias. Su preciosa Obra plástica de Arte que por vía turística les ha garantizado tantos dólares americanos ya está derruida, opaca, irreconocible.[i]



Tampoco las desérticas y exhaustas tierras “santas” de las “antiguas” civilizaciones norafricanas y del Cercano y Medio Oriente ofrecen mucha hospitalidad vegetal. Los mismos europeos han dado cuenta de buena parte de su fauna, etc.



Efectivamente, se acaba el encanto de Europa y parte de los EE UU. Fidel Castro parece tener razón, y conste que no se trata de noticias agoreras ni de alarmas inoportunas.



Los asomos beliconucleares en el Medio Oriente y sus alrededores geoeconómicos; el derrame petrolero “ex profeso” que se acrecienta cada segundo en el Golfo Norteño americano, mediáticamente denunciado como producto de negligencia y avaricia capitalistas; la negativa de inmigraciones de pobres de África y Suramérica hacia la infatuada y aristocrática Europa; las curiosas y subrepticias libertades para el pregón y vociferamiento socialistoide, y la libre mediática anticapitalista y procomunista de la pendeja izquierda de África, de América del Sur y de muchos correligionarios jadaicomusulmanes; la inocultable y descarada expansión militar por mar y tierra de EE UU en estratégicos puntos continentales, todas esos fenómenos sociales de palpitante vigencia pudiéramos verlos como otra megaestrategia imperialista de los países de Europa, de Asia, de Suráfrica, Australia y de América del Norte, como prolegómenos de una Tercera revolución Industrial Burguesa.



La oferta petrolera de los países no americanos y norteamericanos está acotada en cantidad y en precio por barril. Su coste resulta cada día mayor e irrentable para la sana marcha de la industria capitalista imperial del mundo. La carencia de agua potable, los altos índices salariales que reina en todos esos países ya ultraindustrializados, con salarios que en buena parte pudieron gozar con cargo al trasiego de plusvalor americano; la sobrepoblación maltusiana que los ha conducido a la esterilización precoz de sus mujeres, al matrimonio monofilial, a la utilización de países como Costa Rica donde garantizarles un poco de sosiego moderno a sus jubilados, etc., todo esos datos pueden perfectamente mezclarse para dibujar lo que sería la nueva arquitectura imperialista con un continente Suramericano repoblado con trueque demográfico entre europeos que vendrán y suramericanos que se irán, mediante el mayor “paquete chileno” que están procesando desde los mismos años de Segunda Posguerra Mundial.



Lo han hecho sostenidamente con Parques naturales declarados Patrimonio Histórico de la Humanidad (eufemismo de patrimonio de los Imperialistas, gracias a diligencias de la ONU); lo han planeado e implementado con sus investigaciones de espías científicos residenciados en América y cuyo último representante fue el afamado agente Jacques Cousteau. Lo supieron y bocetearon desde que lanzaron sus primeras dosis atómicas mortales sobre las indefensas islas niponas. Lo seguirán haciendo con ayuda de líderes ingenuos que junto a los principales nobelados y agentes de DD HH se abocarán para revertir las prohibiciones de inmigrantes a Europa, para impedir que Israel siga masacrando gentes, para impedir que el “Imperialismo” sea una amenaza para el mundo y mil ingenuidades adicionales a las que nos tienen acostumbraos. Dejamos estas advertencias a quienes gustan de las premoniciones.

Alquimistas Capitalistas (Acerca de la conversión de otros metales en oro)

Manuel C. Martínez M.

09/07/2010 20:54



“Una especie de mercancía es tan buena como otra cuando

su valor de cambio es igual; no

hay diferencia alguna, ninguna distinción, en las cosas de igual valor”/

“Cien esterlinas de plomo o de hierro tienen tanto

valor como cien esterlinas de plata o de oro.”.

Carlos Marx, El Capital, Libro I, Sección Pra., Cap. I,

(Cartago 1973, Argentina, Buenos Aires), Nota 8 y correspondiente Cita al pie, p. 57.



Como valores de uso o valor inmediato (del germánico worth), las mercancías burguesas y preburguesas son por su calidad de variopinta naturaleza puesto que esas cualidades son meramente técnicas o extraeconómicas. Las hay destinadas a satisfacer necesidades fisiológicas, biológicamente insustituibles, morbosas, religiosas o destinadas a gozos espirituales, bélicas, perecederas y no p., duraderas y n d.; de demanda normal y d. anormal.



Comercialmente, los v. de uso reciben muchas otras clasificaciones como las de “línea blanca” o “l. marrón”, alimenticios y medicinales, de vestir, calzar, deportivos, educativos, etcétera. Visto así, en el capitalismo la cantidad de una mercancía no influye para nada en su valor de uso, pero de lo queremos tratar es más bien acerca de la uniformidad económica de todas las mercancías entre sí, según su valor de cambio o valor reflejo (del romano value).



Si dejamos a un lado las versiones molerianas, según las cuales el valor de las cosas es subjetivo y dependiente de su escasez, o sea, fraguado en el mercado, en absoluto todas las mercancías burguesas resultan cualitativamente idénticas. Lo que impidió al virtuoso Molière hallar correctamente la fuente del valor de las mercancías fue que las dio por hechas tal como concurren al mercado luego de que los trabajadores las “han hecho valer” a punta de la aplicación de su fuerza de trabajo.



Sobre esta base podremos entender mejor lo que sin mayores logros buscaron los alquimistas de la Antigüedad, y posteriormente los prequímicos y economistas vulgares que todavía andan por allí pretendiendo hacer dinero u oro de la nada.



Efectivamente, cuando un capitalista a través de sus apologistas y panegiristas atribuyen su riqueza empresarial a sus personales cualidades y a la diferencia que obtienen cuando vende sus mercancías por encima de lo le cuesta (a él) fabricarlo, ¿qué otra cosa pretende vendernos que no sea la idea de que se puede ser rico e incrementar la riqueza inicial prestando, a una tasa de interés llamada “ganancia” de mercado, maquinaria, tierra y dinero para la paga de salarios y materias primas involucradas?



Por esa razón, infiérase que no es necesario meterse a minero ni ir a El Dorado para conseguir oro, este está depositado en cada mercancía porque independientemente de su valor de uso, todas representan oro puesto que “la riqueza de las sociedades en las cuales reina el modo de producción capitalista se presenta como un inmenso arsenal de mercancías” (Marx, cita previa, pág. 55).

domingo, julio 11, 2010

Feudocapitalismo en Costa Rica (Mestizaje de Plusvalor con plusvalía)

“SAN JOSÉ, 7 Jul. (EUROPA PRESS) -

El Gobierno de Laura Chinchilla volvió a negar que la presencia de 46 buques de guerra y unos 7.000 militares de Estados Unidos implique la militarización de Costa Rica, en un intento por acallar la polémica que estalló la semana pasada cuando el Congreso dio luz verde a este acuerdo para reforzar la lucha contra el narcotráfico en ese país que abolió el Ejército hace 62 años.”

Manuel C. Martínez M.

07/07/2010 16:09:38

Como ya es sabido, en el sistema capitalista una cosa son las mejoras salariales, y otra, la disminución de la tasa de plusvalía. Por ejemplo, la reducción de la jornada o una mejor paga por el valor de la fuerza laboral, para una tasa fija de plusvalía, reduce a esta, pero no elimina la explotación. Por el contrario, crea un contento laboral transitorio que sobreestimula a los asalariados; estos incrementan los rendimientos y la productividad, con lo cual el logro monetario que hicieron suyo terminan reintegrándoselo con creces al “generoso” patrono; lo hacen con una mayor tasa de explotación, con más plusvalía.



Ese proceso de mejoras en salarios y productividad suele reciclarse con lo cual el sistema se oxigena y el explotado se cree liberado.



Vale decir que resulta imposible suprimir la explotación dentro del modo burgués, como imposible también luce quebrar el sistema que la practica. A semejantes conclusiones podrían haber llegado el Ejército Venezolano, el grueso de los líderes izquierdistas actuales y, mutatis mutandis, hasta las mismas clases sociales de Costa Rica.



Aquel contento laboral se maximiza cuando las labores prestadas no son bajo las inhóspitas y conflictivas condiciones que acompañan a todo trabajo burgués. El personal doméstico moderno que al parecer labora en este país centroamericano, ya no se considera pobre, según sus propias palabras recogidas por algunos encuestadores y observadores que lo visitan.



Pero ese personal costarricense estaría siendo explotado bajo una modalidad feudal o precapitalista; la parte del Valor Agregado (VA) con que se queda el “patrono feudal” de ese país se denominaría “plusproducto”, y con este se queda su contratista después de reconocerle al trabajador una paga para de sustento. Desde luego, de esa condición como trabajador doméstico o como artesano difícilmente saldrá, salvo que lleve a cabo una poderosa revolución.



Si recordamos el plebeyaje del medioevo y de los tiempos prerrevolucionarios franceses, para doncellas, y mayordomos era un digno orgullo pertenecer a las nóminas laborales de los palacios y palacetes.



Al parecer, presumimos, el Ejército Bolivariano se cansó de ser el pendejo “brazo armado” de la burguesía nacional e internacional, de haberlo hecho durante tanto tiempo a cambio de unas migajas en comparación con el megasaqueo que vienen haciendo los burgueses desde hace más de 500 años. (Confere:

http://www.aporrea.org/energia/a103485.html )



Pero en Costa Rica parece ser que su Ejército desde hace más de 6 décadas pidió su baja masiva con lo cual sus integrantes dejaron de ser soldados parasitarios o custodios del patrimonio ajeno. Esto explicaría la necesidad que inmanente e irrenunciablemente tiene C.R. de ser auxiliado por tropas extranjeras ora por mercenarios, ora por ejércitos burgueses que estarían obligados a defender esa considerable cuota de inmigrantes residentes allá y procedentes de sociedades burguesa, de EE UU, en particular.



Como sabemos, tales inmigrantes vienen usando y disfrutando de riqueza creada por el trabajador de C.R. como si este país fuera un megahotel de cálido y acogedor confort sin más registro comercial que una Constitución que lo acredita enmascaradamente como país independiente.



Por otra parte, el afamado y connotado Ejército Venezolano, ejemplo de heroísmos y cargado de próceres independentistas antifeudales, se ha armado con ese prestigio centenario para supuestamente convertirse en un “ejército popular”, enmestizado con el propio pueblo civil que alimenta y provee la soldadesca y la mayoría de su sumisa oficialidad.





Bueno, creemos que Costa Rica es el más acabado ensayo de una modernidad que prescindiendo de la explotación directamente salarial o industrial burguesa, a esta trueca por una explotación feudaloide.



Estas innovaciones castrenses nos lucen una vuelta al pasado, a los tiempos feudales cuando el campesinado, su artesanado y señoríos cerraban filas beligerantes frente a sus vecinos, quienes hacían otro tanto.



Por eso la ciudadanía trabajadora costarricense podría en verdad sentirse muy satisfecha cuando compara los malos tratos sociales y discriminatorios que suelen practicar los burgesesde la clase media” de países como Venezuela, una variante proletaria que ni rica ni capitalista es, sino que participa en mejores condiciones que el proletariado rayano en la lumpenidad.





Venezuela, burguesa 100%, también se ha convertido en el principal protagonista del liderato “Socialista del siglo XXI”; se ha vestido de revolucionariedad socialista en un novedoso pretencioso ensayo sin precedentes para liquidar el poder burgués de los llamados “escuálidos” y “plusescuálidos”, vale decir: de la alta burguesía tradicional y de la clase media, infatuada y antipopular, brazo civil armado de la alta burguesía nacional e internacional, al lado de su Ejército Nacional que ahora se enfeudaliza y llena de popularidad medioeval..



Muchas manifestaciones e irregularidades administrativas hacen inferir que este nuevo ejército ha enriquecido incontrolablemente a buena parte de sus oficiales más privilegiados, y de los líderes de izquierda que se le han sumado a semejante ensayo.



En el caso de Costa Rica, creemos que su decisión por liquidar su Ejército, además de representar una redistribución de ingresos estatales, ha adoptado una modalidad de explotación que endógenamente no se corresponde con capitalismo alguno, pero que sí mantiene un cordón umbilical capitalista que financia sus emigrantes con parte del plusvalor que le arranca al proletariado mundial de C. R.



En entregas anteriores calificamos a este país como practicante de un modo feudal puesto que sus trabajadores son mayoritariamente campesinos, técnicos y domésticos, artesanos y profesionales de libre ejercicio sin desempeñarse preferentemente en centros fabriles industriales ni conocer la figura del salario.



Por todo eso inferimos que estamos en presencia de un híbrido social de explotación feudocapitalista con todas sus particularidades locales.













Los Monos no fueron Comerciantes (Los Maquillajes del Producto Interno Bruto_ PIB)

Manuel C. Martínez M.

10/07/2010 9:47

El Nobelado Stiglitz busca la sinceridad del PIB a punta de su maquillaje con servicios no mercantilizados. De ese modo, él reedita la hipótesis marginalista del valor utilitario común a todos los bienes con inclusión de los naturales, tales como el agua, oxígeno, los diamantes, aunque él alude a otros bienes cuyo valor de uso no es natural, los de producción casera, por ejemplo.



Resulta que los bienes, aun los manufacturados, carecen de valor de cambio, y de precio, si no pasan por ningún mercado, ya que esa valoración es social y sólo el mercado puede calibrar la medida promedia de trabajo añadido a dichos bienes.

“Cuando se deja a un lado el valor de uso de las mercancías (aspecto técnico: vestido, alimento,…), sólo les queda una cualidad: la de ser productos del trabajo. Pero el propio trabajo se metamorfosea a pesar nuestro (sastre, agricultor,…). Si hacemos abstracción de su valor de uso, desaparecen a la vez todos los elementos materiales y formales que le daban ese valor. Ya no se trata, por ejemplo, de una mesa, una casa, un hilado, o un objeto cualquiera, tampoco es el producto del trabajo del tornero, el albañil o de cualquier trabajo productivo determinado. Junto con los caracteres útiles particulares de los productos del trabajo, desaparecen el carácter útil de los contenidos en ellos y las diversas formas concretas que distinguen una especie de trabajo de otra especie (ya no está en ellos la utilidad del trabajo). Por lo tanto, sólo queda el carácter común de dichos trabajos; todos se reducen al mismo trabajo humano, a una inversión de fuerza humana de trabajo, sin referencia a la forma particular en que se la invirtió.

Los valores de uso de las mercancías constituyen el material de un saber especial de la ciencia y la rutina comerciales, … Forman la materia de la riqueza, sea cual sea la forma social de esta(esclava,… capitalista).En la sociedad que debemos examinar (la burguesa), son al mismo tiempo los soportes materiales del valor de cambio.



El algo de común que se muestra en la relación de cambio o en el valor de cambio de las mercancías es, pues, su valor; y un valor de uso, o un artículo cualquiera, sólo tiene valor en la medida en que en él se ha materializado un trabajo.



¿Cómo medir, entonces, la magnitud de su valor? Por la cantidad de sustancia “creadora” de valor que contiene, por el trabajo. La propia cantidad de trabajo tiene como medida su duración en el tiempo, y el tiempo de trabajo pese a su vez su medida en partes del tiempo tales como la hora, el día, etcétera.



Se podría imaginar que si el valor de una mercancía lo determina la cantidad de trabajo invertida durante su producción, cuanto más perezoso e inhábil es un hombre, más valor tiene su mercancía, puesto que emplea más tiempo en su fabricación. Pero el trabajo que forma la sustancia del valor de las mercancías es trabajo igual e indistinto, una inversión de la misma fuerza. La fuerza de trabajo de la sociedad toda, que se manifiesta en el conjunto de los valores, sólo cuenta, pues, como fuerza única, aunque se componga de innumerables fuerzas individuales. Cada fuerza de trabajo individual es igual a cualquier otra, en la medida que posee el carácter de una fuerza social promedio y funciona como tal, es decir, que en la producción de una mercancía sólo se emplea el tiempo de trabajo necesario, término medio, o el tiempo de trabajo socialmente necesario”. Yo puse todos los paréntesis. Cónfer: Carlos Marx, El Capital, Libro I, Cap. I (La Mercancía), § I.



Antes de que apareciera el intercambio de bienes entre comunidades separadas, toda la “riqueza de las naciones” consistía en la cantidad de bienes directamente consumidos y consumibles por sus propios creadores. No obstante, aun en los bienes silvestres o libres está presente el trabajo humano indirecto, en la medida de que con su acción se conserve o destruya el acervo natural de la naturaleza.



De esa manera, podemos afirmar que aquellos monos, que comunitariamente irían transformándose en los hombres de donde procederíamos, según el criterio

darwiniano, crearon valores de uso, pero no riqueza mercantil; habida cuenta de que no conocieron ni fueron jamás al mercado.



El estudio de la riqueza de las naciones, de los valores de cambio, afloró sólo cuando los mercados se ampliaron suficientemente como para despertar la curiosidad científica sobre tal categoría económica.



Stiglitz enfatiza, pues, la ignorancia sobre que, precisamente, la utilidad de las mercancías es creada exclusivamente por los trabajadores en el momento mismo que ellos transforman los medios de producción que en conjunto forman el PIB orgánico y mercantil que luego se trueca en inorgánico, debido a la dinámica zigzagueante de la oferta-demanda. La carnes comestibles, por ejemplo, sólo son útiles para el consumo final después de su confección culinaria, salvedad hecha de las utilizadas por los antropófagos, cavernícolas y animales carnívoros en general.



Obviamente, salvedad hecha de los bienes con un valor natural de uso, de cajón, las demás mercancías deben tener un valor artificial de uso para ser tales, y en consecuencia poder llevarlas al mercado y asignárseles un precio de venta. Es aquí donde entramos en el tema del valor de cambio, del coste laboral que implica la fabricación de esa utilidad se derivada de la transformación de un objeto en otros sólo mediante la fuerza de trabajo aplicada para tales efectos.



Este valor de cambio es y ha sido el meollo de todas las elucubraciones económicas que han pretendido explicar el valor burgués o posfisiocrático de los bienes creados con mano de obra, ya no sólo como simples valores de uso, sino como riqueza creada por los trabajadores.http://www.aporrea.org/ideologia/a94267.html



Ciertamente, el trabajador crea un nuevo valor de uso que se deriva de unos bienes útiles luego de ser transformados con la aplicación de la fuerza de trabajo correspondiente, pero con ello crea un valor nuevo que se agrega a los medios de producción consumidos a tal efecto. Este nuevo valor es igual al de su salario más la plusvalía impaga que retiene para sí el patrono del caso.



La nueva mercancía es un nuevo valor de uso, pero su valor de cambio no se corresponde con la utilidad de dicha mercancía; esta cualidad es más bien un requisito sine qua non puesto que mal podría venderse un objeto que no para nada.





Las estadísticas presentadas por el BCV y las empresas privadas que explotan estos datos se limitan a los precios de los bienes a puerta de comercio. Cierto que la cesta básica (CB) de la familia de los pendejos (asalariados) puede, por ejemplo, montar a BsF 2.500, 00, aprox, según informes recientes, pero se trata de comida cruda, misma que necesita ser preparada en casa.



En este aspecto, el Nobel Stiglitz tendría razón al querer computar los servicios domésticos de la confección de alimentos o artes culinarias como parte intrínseca del PIB.



Dejemos sentado que este aporte nobeliano sólo ha tenido repercusiones políticas más que económicas ya que, en verdad, el valor de esos servicios no muestreados ya aparecen parcialmente comercializados en el PIB cuando la comida es confeccionada a partir de alimentos de “crudos” o como materia prima y cuya producción corre a cargo de empresa privadas: restoranes en general, conservas listas para comer, etc.



En el caso de estas estadísticas no estiglicianas, debemos decir que el precio de la cesta básica que manejan los gobiernos no suele ser sincero, que los precios de la CB no incluyen el valioso “trabajón” o las horas-hombre que aplica el ama de casa a esos bienes comprados en la bodega correspondiente.



De allí que contradictoriamente, este nobelado ha puesto en evidencia la pobreza de PIB convencional que política o demagógicamente excluye o deja a un lado el verdadero coste del sustento familiar.



martes, julio 06, 2010

Paradoja de la Demanda Dineraria Venezolana (Al BsF. no lo quiere ni el Estado)

Manuel C. Martínez M.

06/07/2010 18:59

Es un hecho irrebatible que el circulante venezolano ha sido tan minimizado por los devaluacionistas que el mercado interno sólo lo admite porque sencillamente es dinero de curso legal, y obligatorio en consecuencia.



Salvedad hecha de los banqueros, de los comerciantes al menudeo e intermediaros medios, de los mendicantes, pensionados del S.S.O, jubilados en general, becarios varios; de los asalariados endógenos y de los pertenecientes a la nómina burocrática nacional, estadal y estatal no diplomática, salvedad hecha de estos receptores de renta, el bolívar fuerte nos parece tan debilitado que ni vale la pena expresarlo en dólares porque sencillamente da vergüenza ajena.



Si usted va por las principales calles de Venezuela, podrá observar que frecuentemente hay moneditas cobrizas y plateadas arrojadas al suelo sin que casi nadie se moleste en recogerlas. Y no sólo porque resultaron intraficables, sino porque de hecho no sirven para demandar nada y mucho menos dólares. A tal punto ha llegado su deterioro como dinero nacional. Y conste que este poder de compra es el verdadero termómetro del poder económico de un país; todo lo demás es bizantinería de la buena.



Pongamos algunas referencias que permitan comparaciones cuantitativas en el tiempo de las revalorizaciones que en serie que ha sufrido la moneda de EE UU:

Años Bs. /$

1961 4,30



1983 Devaluaciones no oficiales, según la oferta-demanda.

1986 “Viernes Negro” devaluacionista; la oferta-demanda sigue gobernando con un Control de cambio y régimen de dólares preferenciales.



2003 1.600,00 La regulación de demanda-oferta sólo rige para el mercado sumergido, “negro” o paralelo. También se le llama mercado del dólar permuta, o según algún eufemismo así manejado por el Estado.



2004 1.900,00

2005 2.150,00

2007 BsF.2,15 Un maquillaje o artilugio monetario para disimular el hundimiento de una moneda cuyo poder adquisitivo es tan bajo que reventó la capacidad digital de computadoras, cajeros automáticos, contabilidad, etc.



2009 4.300,00 Una megarrevalorización rasante del dólar que duplicó el volumen acumulado de todas las devaluaciones anteriores aplicadas al bolívar.



Este fenómeno de revaluaciones del dólar en serie y en tan corto tiempo resulta obviamente curioso bajo una Administración que de viva voz se declara bolivariana y cultora como ninguna otra de la personalidad de Simón Bolívar, nombre epónimo de la moneda nacional.



Actualmente nos encontramos ante una oficina de control y Administración cambiaria, y de un Banco Central que paralela y duopólicamente comercian la exclusiva de la divisa que nos ocupa. Ambos organismos proveedores de dólares parecieran no apetecer para nada la moneda nacional. Nos hallamos así ante un Estado donde que lanza una oferta billonaria en circulante pero que es incapaz de demandar suficientemente a su propia moneda, digamos que no lo hace en la cantidad que sus portadores la vienen ofreciendo. Tal es la paradoja de una moneda emitida por un Estado que luego se muestra excesivamente precavido y hasta despreciativo para demandarla.

lunes, julio 05, 2010

Renta Petrolera: Fuente y Destino (II)


(¿Dejó de ser pendejo, El Ejército Nacional?)



Manuel C. Martínez M.

03/07/2010 12:11



En la reciente entrega (I) dijimos: “Yendo a la “plusvalía”: Esta es la porción del PIN (Producto Interno Neto) que se embolsilla el patrono burgués y que finalmente lo comparte equitativamente con sus “socios” estructurales: La banca, el comercio y los gobernantes de turno.”.



Bien, hasta el Presupuesto Nacional del peor de los dictadores anticapitalistas recibe inyecciones de ese reparto del plusvalor. De igual forma, es falso que el patrono burgués comparta dicho plusvalor con los trabajadores asalariados, como resultado de diligencias y lucha sindicales.



Una cosa son las mejoras salariales, y otra, la disminución de la tasa de plusvalía. Por ejemplo, la reducción de la jornada o una mejor paga, para una tasa constante de plusvalía, reduce a esta, pero no elimina la explotación. Por el contrario, crea un contento laboral transitorio que sobreestimula a los asalariados; estos incrementan los rendimientos y la productividad, con lo cual el logro monetario que hicieron suyo terminan reintegrándoselo con creces al “generoso” patrono; lo hacen con una mayor tasa de explotación, con más plusvalía.



Vale decir que resulta imposible suprimir la explotación dentro del modo burgués, como imposible también luce quebrar el sistema que la practica. A semejantes conclusiones podrían haber llegado el Ejército Venezolano y el grueso de los líderes izquierdistas actuales.



Al parecer, presumimos, el Ejército Bolivariano, se cansó de ser el pendejo “brazo armado” de la burguesía nacional e internacional, de haberlo hecho durante tanto tiempo a cambio de unas migajas en comparación con el megasaqueo que vienen haciendo los burgueses desde hace más de 500 años.



Obsérvese que el mestizaje político del chavismo va más allá de la asociación de grupos izquierdistas de connotado cognomento; incluye adecos y copeyanos harto conocidos como fichas el Puntofijismo; alberga sacerdotes, brujos, protestantes religiosos y toda una gama de ideólogos y crédulos monoteístas de toda índole. Porque no se trataría de eliminar la burguesía, sino de asumirla como suya propia.



El chavismo se ha hecho pueblo, se ha hecho sindicato, se ha hecho ejército proletario, se ha hecho un grupo de nuevos ricos de inconmensurables fortunas amasadas en tiempo récord, tomadas del Ingreso Real Nacional sin que hasta ahora haya forma ni manera de despojarlos de ellas.



De allí su pertinaz empreño en anular la clase media sifrina, petulante e ignara que sólo ha sabido cuadrarse con intereses y valores exóticos, y aferrarse a un pacatismo colonial de mantuana ranciedad. De allí su despojo gradual del patrimonio feudal latifundista, del patrimonio de algunos burgueses de parasitaria data.



De allí su su vestimenta de “socialistas bolivarianos”. Porque eso fue, tal vez, lo que Bolívar y sus allegados de marras buscaban con la llamada Independencia Colonial. Esta era la independencia de los realistas de aquí y adueñados de haciendas privadas y de la Hacienda Pública.



Es que, por supuesto, a los militares se les replegó hasta ahora y se les reservó el privilegiado papel de custodios del territorio nacional y de otras importantes tareas en favor de la paz burguesa. ¡Y mire que han sido bien remunerados!, pero, bien miradas las cosas, cayeron ya en la cuenta de que bien podrían asumir las funciones de beneficiarios directos del plusvalor, para lo cual deberían sacar de Miraflores, del comercio, de la industria y de la finanzas a la rancia oligarquía burguesa que hasta ayer todo lo tenía, y de manera egoísta y particularista y marginalista, y excluyentista.



Desde luego, para asumir este nuevo rol “revolucionario” y hacerse de fortunas y del poder central como relevo clasista, necesitan contar con parte del pueblo sufrido y marginado de ayer. Necesitan complementariamente todo el parapeto izquierdista que también luce sumado a una lucha por el desplazamiento de la vieja burguesía, y no en favor de la fantasía comunista de dudosa admisión e implementación. Esto explica su ascenso y su coparticipación en el reparto del plusvalor, en el destino de la Renta Petrolera.

sábado, julio 03, 2010

La Renta Petrolera: Fuente y Destino, 1ra. Parte


(¿Sr. CONTRALOR GENERAL: Qué hacer con la plusvalía?)



Manuel C. Martínez M.



Lo que definitivamente importa en materia de Renta Petrolera Venezolana es el destino de su previa cuantificación y su recaudación, sus beneficiarios directos e indirectos, la ponderación en su distribución. De poco serviría al pueblo, pongamos por caso, que los “garimpeiros” dejen de extraer riquezas ilícitas si a estas y desde entonces el Estado, o una porción privilegiada de este, las controlara y cuyos gobernantes y agraciados, respectivamente, “se despacharan y dieran el vuelto”.



Renta Petrolera es un componente macroeconómico propio de la Economía Fiscal venezolana. Su cuantificación es tentadoramente susceptible de manipulaciones y artilugios contables, coyunturales, políticos y comerciales. Así, el monto del petróleo extraído y puesto en venta puede variar a conveniencia de la oferta y la demanda internacionales. También dependerá de la capacidad productiva nacional, del rendimiento laboral, de la cuantía del plusvalor depositado por los trabajadores no parasitarios de la industria en cuestión.



También depende del amañamiento que pueda sufrir por parte de gobiernos irregulares. La manera de cuantificar previamente la Renta petrolera real arroja en sí misma sus primeros destinatarios.



Un ejemplo palmario, como soporte de nuestra preocupación: Desde hace sus buenos años (unos 5 o más a.), por equis razones, el gobierno no entrega cuentas públicas ni mucho menos sinceradas sobre el Ingreso Petrolero. Durante ese intervalo, ha manejado 2 presupuestos paralelos: 1.- el oficial, bien chucuto, que va a la Asamblea Nacional y que contiene descaradamente hasta partidas de endeudamiento público, y 2.- el presupuesto personalísimo manejado por el dúo: Presidente de la República y presidente de Pdvsa en connivencia con terceros que giran dentro de la misma órbita fiscal.



Obsérvese que todos los gobiernos que hemos tenido han presentado Estimados de Egresos que sobrepujan las correspondientes Disponibilidades Estimadas de Ingresos, y por eso la figura del crédito público representa una buena parte del articulado económico constitucional de las repúblicas aprobadas hasta ahora.



Veamos: El vigente Art. 311 (CRBV) ha sido burlado consuetudinariamente, y la Contraloría General impertérritamente ha guardado mutis sobre estas reiteradas violaciones constitucionales. Los Arts. 311; 312 y 313 versan sobre el Endeudamiento Público, cual mandato imperial que favorezca desde la raíz constitucional la colocación en nuestro país de capitales extranjeros de la Banca Mundial. Si esto no es entreguismo, traición a la “patria” y dependencia estructural, entonces “la Tierra no se mueve”, y a Galileo deberían haberlo sacado del juego.



El Art. 313, además, reserva a los diputados de la Asamblea Nacional la facultad de impedir que los gobiernos escamoteen ingresos notorios, mediante subestimas convencionalmente calculadas en los presupuestos de ingresos anuales. Esta facultad ha sido soslayada por omisión, por negligencia o por ignorancia por parte de dichos diputados tanto de derecha como de izquierda, y esto ya nos dice mucho acerca de la sinceridad política del diputado criollo.



Reproducimos parcialmente el texto de este último Art.: “…, La Asamblea Nacional podrá alterar las partidas presupuestarias, pero no autorizará medidas que conduzcan a la disminución de los ingresos públicos ni gastos que excedan el monto de las estimaciones de ingresos del proyecto de Ley de Presupuesto.”



Yendo a la “plusvalía”: Esta es la porción del PIN (Producto Interno neto) que se embolsilla el patrono burgués y que finalmente lo comparte equitativamente con sus “socios” estructurales: La banca, el comercio y los gobernantes de turno. En el caso de Pdvsa o de la industria minero petrolera nacional, la plusvalía forma la principal fuente de valor de cambio de estos recursos. En consecuencia, la fuente de la Renta Petrolera más importante es el plusvalor que contiene cada barril de petróleo sacado a flote y cuyo valor de cambio servirá para los usos y abusos que el Estado le dé, según la vigilancia y control popular que la familia venezolana pudiera mantener a fin de garantizarse el mejor destino de dicha renta.