Asociación Civil Bolivariana "Defensores del bolívar"

sábado, marzo 05, 2011

Conozcamos la Tradicional Comuna Nacional y Venezolana (Antecedentes coloniales de la corrupción burocrática venezolana)

“Alonso Díaz Moreno es tenido por el más rico de la colonia, tan rico que pagó su caudal, cuando era vecino de
Santo Domingo, gran parte del rescate en oro y perlas que impuso Drake para no incendiar la ciudad.
Y encima le ha sobrado dinero para dotar y casar, sus hijas y cuñadas con hombres principales.
Ha de ser una inmensa fortuna, que Sebastián Díaz quedó arruinado después de casar dos nietas.”
(Drake sólo imponía por las armas que estos saqueadores
no se quedaran con todo, y él sabía cómo ellos estaban
burlando la Corona española) Isaac J. Pardo,,
En Esta Tierra de Gracia, citado en pie de página..
El paréntesis es mío.

Manuel C. Martínez M.

04/03/2011

Queremos referirnos al poder popular, económico y político que desde hace ½ milenio viene ejerciendo una parte de los habitantes de Venezuela, su base más popular, esa que no ha llegado nunca a las altas jerarquías burocráticas, pero que ha sabido controlar para sí y con elevada eficacia a casi todos los servicios públicos que los gobernantes, antes realistas y después dictadores, y demócratas urredecos, adecos, copeyanos e izquierdistas, y civiles y militares, y religiosos y laicos, y doctos y pulperos, y profesionales de carrera y de bachilleres, etc., todos esos quienes han injerido en la calidad de los servicios públicos locales, estadales y nacionales, y los han moldeado a su antojo y, por supuesto, con ello ha sembrado una ruinosa, vergonzosa, inmoral y contraproducente cultura burocrática nacional, tan arraigada y reciclada que su ideología forma parte del refranero popular, y así, a manera de Himno Comunal, se dice: “no quiero que me den, pero, sí que me pongan donde haiga” (sic). (1)



Como es bueno recordar, por enseñanza y aprendizaje de la Historia Universal y de Venezuela, el síndrome de la corrupción burocrática que nos caracteriza, que está feraz y equilibradamente distribuida, echó raíces desde hace sus buenos 500 años (50% del tiempo que duró la larga Edad Media que precedió la llegada de los españoles a estos territorios con una población nativa que vivía en condiciones de virginidad cultural y no estaba entrenada en las actividades regulares que en Europa se las conocía como trabajo jornalero y asalariado(2) , compraventas, etc.



Todo comenzó con la inmigración de los “realistas” españoles, ancestros de quienes ya para finales del siglo XVIII comenzaron a luchar por la conquista del poder político monopolizado a la sazón por los “colonos” de Colón - así lo decimos para fijar un tronco común de connotada importancia genética, política, administrativa y comunal -.



Hasta el siglo XVIII, en la Venezuela colonial regía un poder meramente administrativo, militar y religioso cristiano que controlaba el más importante Ingreso Económico Colonial que saqueaba el Imperio Español, derivado del trabajo de los esclavos y siervos. Ingreso en principio a favor de la Corona, pero un ingreso fiscal mediado, cuantificado, manoseado y filtrado por sus representantes políticos y religiosos, conocidos como “realistas” o blancos peninsulares. (3)



Esa clasificación social la introdujeron los historiadores burgueses sólo para distinguirlos de los blancos criollos o “impuros”, para una época en que se desconocía la subyacente, dinámica y verdadera clasificación clasista que nos había llegado de Europa, mezcla de un Capitalismo Comercial emergente e indetenible, al lado de una modo Feudal decadente en Europa pero susceptible de ser repotenciado en estas tierras vírgenes, en el más amplio sentido económico y sociológico de estas expresiones. Blancos criollos descendientes de españoles pero nacidos bajo condiciones de opresión colonial. Digamos que el blanco criollo(4) - los mantuanos caraqueños de Venezuela - era una atípica mezcla geográfica de vencedores y vencidos, que recogía, en verdad, una oprobiosa discriminación social básicamente a favor de los encomenderos(5) . Estos representaban el estrato superior de los invasores y saqueadores europeos.



Aquellos blancos criollos cargaban con un currículo manchado sólo por haber nacido fuera de la península; ejercieron un poder político y económico comunal limitado a lo que entonces se llamó “poder cabildante” y que hoy conocemos como Poder Municipal. Esta limitación económica y política engendró odios y alienaciones causantes de todas las tentativas independentistas contra la Corona representada por los “realistas”, otra denominación acomodaticia que solapaba la denominación correcta, la de explotadores, en la postcolonial terminología marxista. Tales odios se canalizaron a través de una lucha doméstica contra esos “realistas”, aunque el pueblo humilde, el blanco de orilla(6) ni los artesanos tuvieron acceso ni siquiera al Fisco Colonial ni municipal.



Sin embargo, las modalidades de corrupción que caracterizaron la gestión colonial y municipal fueron del conocimiento de todos los ciudadanos a través de sus agentes mediáticos naturales: la servidumbre de los realistas y mantuanos en general.



Bien, son esas lecciones del manejo ilícito(7) de los fondos públicos de la Corona las que presentamos como antecedentes de la corrupción burocrática que tan familiar y desvergonzadamente se practica en este país, pero con la particularidad de que, como corrupción “oficial” y ya coadmitida por la ciudadanía, ante su impotencia para su abolición por parte del pueblo de orilla, ella desde entonces “caminó”, simultánea y paralelamente, con la corrupción comunal primaria, ejercida con elevada eficiencia, disciplina y estabilidad por los funcionarios públicos de menor rango burocrático a quienes se les “encomendaba” labores de recaudación, fiscalización, control y vigilancia de las actuaciones comerciales, inmobiliarias, sanitarias, portuarias, agrícolas, mineras, tal como, cambiando lo que se debe modificar, hoy sigue rigiendo y hasta con mayor y putrefacta rentabilidad.



Es este poder comunal al que damos en llamar Comuna Nacional, Tradicional y Venezolana. Suponemos que este poder, de vieja data y con impune asentamiento popular, podría, para bien o para mal, conflictuar con las flamantes Comunas Municipales que el gobierno actual improvisa como forma directa y concreta de ejercicio de poder protagónico popular.



P.D.: Hoy nos enteramos de que para los presentes días de carnestolendas, el gobierno nacional ha dotado a la vigilancia vial con instrumentos de alta y flamante tecnología electrónica que produce pruebas irrefutables de la mala praxis por parte de los usuarios irrespetuosas de normas de tránsito terrestre. Nos preguntamos: ¿si bien los vigilantes controlan la ciudadanía, quién los vigila y controla a ellos, en su condición de poder comunal?

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(1) De perogrullo, nos referimos a la gente de procedencia humilde que ha llegado a las altas esferas del Poder legislativo, ejecutivo y judicial y contralor, y electoral y moral y municipal, y estadal, y nacional, y bla, bla, blaes, que lo han hecho al precio de pisotear alienadamente su   más debilucha honrilla.  Nunca han querido que les den, sino que los pongan donde “haiga” qué robar, qué malversar, qué disponer a su antojo, qué regalar a sus favoritos, que despilfarrar, qué capitalizar para su “salto de talanquera “al mundo burgués. Han sido personas usadas por la alta burguesía, local,  nacional e internacional, que los han llenado de unos cuantos dólares, le han pintarrajeado  una aureola de oropel para así esconder el logro indirecto de sus rentas, mismas  que han crecido a  la par con el servilismo, la disciplina y el entreguismo que esos saltatalanqueras proletario- burguesas, de pendejos a capitalistas, de pobres a ricos y hasta con la mayor brevedad; esos ex humildes que  hayan    mordido la nefasta trampa del ejercicio de un Poder Político o Religioso que de partida está reservado a la  clase tradicional, poderosa y dominante que se nos implantó desde que el genovés o portugués osó “jollar” sobre esta “tierra de gracia”. Cónfer: Isaac J. Pardo, Esta Tierra de Gracia.

(2) “Con la generalización del trabajo asalariado, el capitalismo se presenta, en comparación con los sistemas que le precedieran, como portador de libertad. Sin embargo, consagra una dependencia en el plano económico, por más que ésta se opere entre personas jurídicamente «libres». La tensión entre capitalismo y democracia se manifiesta desde la acumulación primitiva y reaparece sin cesar.

(4) http://www.fortunecity.com/meltingpot/bute/564/index6b1.html


(5) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=51091
 
(6) http://www.venezuelatuya.com/biografias/zamora.htm
 
(7) La administración de la Hacienda Colonial se delegó en ciudadanos extranjeros debido a que los realistas, al parecer, no entregaban buenas cuentas fiscales a la Corona. Cónfer: http://www.britannica.com/EBchecked/topic/248959/Compania-Guipuzcoana
Dejamos salvos los posibles vicios administrativos que pudieron sembrar los administradores militares o “militares mercenarios” que la Corona contrató para la defensa antibucanera de marras, y que añadimos como antecedentes complementarios de la corrupción burocrática venezolana. Cónfer: http://www.mipunto.com/venezuelavirtual/000/000/001.html
Históricamente, el trabajo asalariado libre no es, por lo demás, sino la punta visible del iceberg del trabajo dependiente. La esclavitud de las plantaciones, la segunda servidumbre, el trabajo bajo contrato de los migrantes, el trabajo forzado colonial o en campos de concentración, son anomalías recurrentes y duraderas. Cónfer: http://www.universidadnomada.net/spip.php?article133

(3) Isaac J. Pardo, Esta Tierra de Gracia.

Revalorización Progresiva del bolívar y Cambio Libre Controlado. Parte 2

Por Eudes Vera
05 de marzo 2011

Zimbabwe, un empobrecido país del sureste de África con una población de unos 12.000.000 de habitantes, tuvo exportaciones en el 2010 que alcanzaron los $1.213.000.000, mientras que sus importaciones el mismo año ascendieron a $2.413.000.000. Lo que deseamos resaltar, sin embargo, es que ese país acaba de salir en pocos meses de una Hiperinflación descomunal que venía arrastrando durante varios años, habiendo alcanzado en junio de  2008  la pavorosa tasa de inflación de 231.000.000%. Sin embargo, una simple decisión política cambió todo el cuadro económico:  En Febrero del 2009 el nuevo gobierno de coalición decidió eliminar el uso del dólar Zimbabwense y los controles de precio, adoptando en su lugar el dólar estadounidense y el rand sudafricano como monedas temporales. Como resultado de estas nuevas políticas, la economía de ese país comenzó a repuntar desde ese mismo año y la tasa de inflación cayó espectacularmente al final del 2010 a  tan sólo 5,10%. El caso de Zimbabwe (1), (2), (3), (4)  es una demostración palpable de cómo el cambio en la política monetaria de un país puede traer efectos positivos a corto plazo (meses).  Existen tres vías básicas para reducir la inflación de un país, todas las cuales deben ir acompañadas de la disciplina fiscal.  La primera es mediante el aumento sostenido de la productividad y de la capacidad exportadora del país. Esta es la ruta que han seguido países netamente exportadores como China, India, Japón y la mayoría de los países latinoamericanos. La segunda es mediante la dolarización de la economía, como ha sido el caso ya citado de Zimbabwe y en la América Latina los casos de Ecuador y Panamá, en los cuales se ha adoptado el dólar estadounidense como moneda de intercambio comercial y la inflación ha caído a valores de un dígito (3,60 en Ecuador, 3,30 en Panamá). Sin embargo, ambas vías tienen la gran desventaja s de que no garantizan que el salario mínimo, expresado en dólares, sea comparable al  salario mínimo de los Estados Unidos, el cual está actualmente en el orden de los 1160 dólares. Así tenemos que en países que han seguido la primera vía como Brasil, Chile y Argentina, el salario mínimo es de $318, $372 y $475, respectivamente, en tanto que en, Ecuador y Panamá, países que han adoptado el dólar, el salario mínimo es de  $264 y $450, respectivamente (5). Pero existe una Tercera vía para bajar rápidamente la tasa de inflación y aumentar al mismo tiempo el salario mínimo en dólares. Se trata de la revaluación de la moneda nacional. No obstante, debemos precisar que esta vía es sólo recomendable para  países mono productores y mono exportadores, como es el caso de Venezuela. Para países de producción diversificada como China, y Brasil, no es aconsejable porque perderían competitividad en los mercados internacionales. Por otra parte, la gran mayoría de los economistas venezolanos rechazan la revaluación del bolívar alegando que “perjudicaría nuestras exportaciones no petroleras”. Con todo respeto habría que preguntar a esos ilustres economistas, ¿De cuáles exportaciones no petroleras están hablando, cuando sabemos que de cada 100 dólares que le ingresan al país por exportaciones, 95 provienen del petróleo (6)? Se trata entonces de una falsa premisa: Nuestra industria exportadora no petrolera es insignificante. No tiene sentido entonces continuar aplicando la misma política devaluacionista implantada desde hace 28 años con el supuesto fin de reactivar nuestra industria y diversificar nuestras exportaciones, cosa que a todas luces no se ha logrado ni se va a lograr. De hecho para lo único que ha servido esa política devaluacionista  ha sido para enriquecer escandalosamente a la minoría insignificante de grandes tenedores de divisas.


Ahora bien, el valor implícito en bolívares de una divisa como el dólar estadounidense viene dado por la relación Liquidez en bolívares entre Reservas en dólares.  Al momento de escribir este artículo, la relación  está en el orden de: 291.536.802k / 27.275 MM (7). Es obvio que una manera de reducir la liquidez (causante de la inflación) es a través de la revaluación del bolívar porque por cada dólar que PDVSA entregue al BCV, éste le devolverá menos bolívares. Por otra parte, un alto nivel de las reservas internacionales es un factor importante para darle respaldo y confianza al bolívar revaluado. Actualmente, el nivel de esas reservas es de 27.275 millones de dólares. Pero desde la creación del FONDEN en el 2005, el BCV le ha transferido más de 60.000 millones de dólares a ese fondo (8), (9). Es indudable que esa transferencia ha sido el factor fundamental causante de la debilidad actual del bolívar, pues de no haberse efectuado el nivel de las reservas internacionales se acercaría hoy día a los 90.000 millones de dólares, tendríamos un bolívar mucho más fuerte que el actual y por ende tendríamos una inflación mucho menor que la actual. Otro factor que ha contribuido al debilitamiento de nuestra moneda ha sido la política de la doble monetización que se ha venido aplicando prácticamente desde la creación del FONDEN (10).


Los Defensores del bolívar hemos ideado un plan que garantiza reducir la inflación a un dígito y al mismo tiempo reactivar el aparato productivo del país.  El plan consiste en llevar progresivamente el salario mínimo desde su valor actual en dólares (US$ 285) hasta US$ 1224 en un lapso de tiempo relativamente corto, por ejemplo, 11 semanas, pero manteniendo su valor actual en bolívares (Bs. F 1224), de manera que los costos de producción en bolívares de nuestras empresas por concepto de mano de obra se mantengan iguales a los costos actuales. Para lograr ese objetivo, sin que se produzca una fuga masiva de divisas, lo  que tiene que hacer el próximo gobierno es decretar, de común acuerdo con el BCV, un Período de Revaluación Monetaria y de Simplificación del Control de Cambio, de 11 semanas de duración, en el cual se fije la tasa de cambio para cada semana de dicho período, de acuerdo a la siguiente tabla:



¿Por qué 11 semanas y no una revaluación instantánea de un día para otro que lleve el tipo de cambio de su valor actual Bs. F 4,30/ US$ a Bs. F 1,00/ US$? Creemos que no es conveniente una revaluación fuerte brusca, sino que debe haber un período de tiempo razonable para que el venezolano se vaya acostumbrando a que su moneda va a aumentar de valor durante el período de revaluación, lo cual incrementará su confianza en el bolívar, y disminuirá su tendencia actual de refugiarse en las divisas extranjeras, simplemente porque éstas perderán valor. Un beneficio adicional de la revaluación será la repatriación de capitales (desde el exterior hacia Venezuela) que sin duda ocurrirá.



Ahora bien, estamos convencidos de que con la aplicación del plan propuesto se logrará a mediano plazo la reactivación del aparato productivo del país porque la revaluación en nuestro país indefectiblemente va a reducir los costos de producción de nuestras empresas industriales y agroindustriales, a saber, el costo de la mano de obra (porque el salario mínimo en bolívares seguirá igual), el costo de los insumos, maquinarias y equipos (todos mayormente importados), y el costo del dinero (las tasas de interés bancarias bajarán con la revaluación).



Los otros detalles del plan son los siguientes:



Se establece como horario para la venta libre de divisas, el siguiente:



8:30 a.m. a 3:30 p.m. todos los días hábiles (De Lunes a Viernes)



Se hará la venta libre de divisas en todos los bancos nacionales, a la tasa de cambio asignada a esa semana, según la tabla anterior, pero sujeta a las siguientes restricciones:



1. Los días lunes hábiles de cualquiera de las 11 semanas sólo se venderán divisas a las personas naturales mayores de edad y a las personas jurídicas, cuyas cédulas de identidad o número de RIF terminen en los dígitos 0 o 1.

2. Los días martes hábiles de cualquiera de las 11 semanas sólo se venderán divisas a las personas naturales mayores de edad y a las personas jurídicas, cuyas cédulas de identidad o número de RIF terminen en los dígitos 2 o 3.

3. Los días miércoles hábiles de cualquiera de las 11 semanas sólo se venderán divisas a las personas naturales mayores de edad y a las personas jurídicas, cuyas cédulas de identidad o número de RIF terminen en los dígitos 4 o 5.

4. Los días jueves hábiles de cualquiera de las 11 semanas sólo se venderán divisas a las personas naturales mayores de edad y a las personas jurídicas, cuyas cédulas de identidad o número de RIF terminen en los dígitos 6 o 7.

5. Los días viernes hábiles de cualquiera de las 11 semanas sólo se venderán divisas a las personas naturales mayores de edad y a las personas jurídicas, cuyas cédulas de identidad o número de RIF terminen en los dígitos 8 o 9.

6. El BCV monitoreará minuto a minuto el nivel de las divisas vendido en cada día del período de las 11 semanas. Tan pronto como ese nivel alcance los 200 millones de dólares diarios se suspende la venta de divisas ese día y se reanuda el siguiente día hábil.

7. Las personas naturales o jurídicas que no pudieron comprar divisas en el día que le corresponde según su número de cédula o de RIF, podrán hacerlo en el día que le corresponde en cualquiera de las restantes semanas del PRM.

8. El monto máximo de divisas que puede comprar una persona natural durante el año seguirá siendo de 2500 dólares.

9. El monto máximo de divisas que podrá comprar una persona jurídica durante el año no podrá exceder al monto total que le fue otorgado en el 2010. En caso de que no le fueron asignadas divisas a esa empresa en el 2010, podrá optar al monto máximo estipulado por CADIVI para las personas jurídicas ese año.

10. Al terminar el período de revaluación de 11 semanas, el tipo de cambio se dejará fijo en Bs. F 1,00 / US$, pero se seguirán aplicando estas 10 disposiciones por tiempo indefinido, hasta que las condiciones permitan la eliminación total del Control de Cambio.



De acuerdo con la última información suministrada por CADIVI, durante el año 2010, las divisas liquidadas por este ente alcanzaron la cifra de US$ 28.877 millones. Durante las 11 semanas que dure el período de revaluación monetaria, la cantidad máxima de divisas que se liquidarían cada día hábil sería de 200 millones de dólares y semanalmente alcanzaría un máximo de 1000 millones de dólares, de tal manera que durante todo el período de revaluación monetaria la máxima cantidad de divisas que se vendería en los bancos nacionales sería sólo de US$ 11.000 millones, es decir, apenas el 38, 1% del monto liquidado el año 2010. Entonces, si se aplicara el plan propuesto, la fuga de capitales sería mínima, la inflación sería solo un mal recuerdo del pasado y la calidad de vida de los ciudadanos venezolanos sería comparable a la de los estadounidenses.



Al terminar el período de revaluación monetaria, el sueldo mínimo seguiría siendo el actual (Bs. F 1.224) pero, como resultado de la nueva tasa de cambio (Bs. F 1,0/US$), el salario mínimo equivaldría a US$ 1.224, el cual sería superior al sueldo mínimo actual de los Estados Unidos (US$ 1.160), con todas las ventajas para los ciudadanos venezolanos que eso implicaría.


REFERENCIAS






6. Reporte de la Economía, 4 de marzo de 2011, página 6 (http://www.mediafire.com/?ksat6qklggnhloz)





Eudes Vera


Presidente

Asociación Civil Defensores del bolívar

eudesvera@gmail.com


jueves, marzo 03, 2011

Conozcamos el Dinero Imperialista (Muchas monedas nacionales siguen obsoletas)

Manuel C. Martínez M.
01/03/2011

Advertencia: En el siguiente epígrafe, el subrayado grueso y los paréntesis son míos:




“No hablamos aquí del desarrollo más o menos completo de los antagonismos sociales que engendran las leyes naturales (sus efectos) de la producción capitalista, sino de las leyes mismas, de las tendencias que se manifiestan y realizan con férrea necesidad. El país más desarrollado en el plano industrial no hace más que mostrar a los que lo siguen la imagen de su propio porvenir. En todas las otras esferas nos vemos afectados, como todo el Oeste de la Europa continental, por el desarrollo de la producción capitalista tanto como por el estado incompleto de este desarrollo. Aparte de los males de la época actual, tenemos que soportar una larga serie de males hereditarios provenientes de la supervivencia de modos de producción superados, con las consecuencias de las relaciones políticas y sociales anacrónicas que engendran.”



“En Inglaterra, la marcha de la conmoción social es visible para todos; es inevitable que en cierto punto esa conmoción repercuta en el continente. Entonces adoptará, en su aspecto, formas más o menos brutales o humanas, según el grado de desarrollo de la clase de los trabajadores. Con abstracción de los motivos más elevados, su propio interés impone, pues, a las actuales clases reinantes (capitalistas y terratenientes), la necesidad de eliminar todos los obstáculos que puedan trabar el desarrollo de la clase obrera. Con vistas a ese objetivo asigné en este volumen (El Capital, Libro Primero) un lugar tan importante a la historia, el contenido y los resultados de la legislación inglesa sobre las grandes fábricas. Una nación puede y debe extraer enseñanzas de la historia de otra. Aunque una sociedad haya llegado a encontrar la pista de la ley natural que preside su movimiento – y el objetivo final de esta obra (El Capital) es el de descubrir la ley económica del movimiento de la sociedad moderna-, no puede franquear de un salto las fases de su desarrollo natural, ni abolirlas por decreto[1] . Pero puede acortar el período de gestación (de cada fase) y atenuar los dolores del parto.”(Cualquier medida anticapitalista de las emprendidas por los llamados revolucionarios marxistas, que entorpezca el desarrollo de las fuerzas productivas burguesas, resulta contraproducente y sólo le alarga la vida útil al sistema burgués).



“Unas palabras más, para evitar posibles malentendidos. No pinté de couleur de rose [color de rosa] al capitalista y el terrateniente. Pero aquí no se trata de personas, salvo en la medida de que son la personificación de categorías económicas, los puntales de intereses y de relaciones de clases determinados. Mi punto de vista, según el cual el desarrollo de la formación económica de la sociedad es asimilable a la marcha de la naturaleza y a su historia, puede, menos que ningún otro, hacer responsable al individuo(burgués o proletario) de relaciones de las cuales es socialmente la criatura, haga lo que hiciere por desprenderse de ellas (mediante actividades revolucionarias anticapitalistas)”. [2]



“Espoleada por dar cada vez mayor salida a sus productos, la burguesía recorre el mundo entero. Necesita anidar en todas partes, establecerse en todas partes, crear vínculos en todas partes” [3]



La Economía Política gira alrededor del valor o valor trabajo, del consumo de fuerza de trabajo humano, ayer, esclavo, luego feudal y proletario desde hace medio milenio, aprox. Se trata del consumo de fuerza de trabajo realizado con motivo de la producción de cualquier mercancía, fuerza que aplicada productivamente crea un valor que presenta y combina dos cualidades en paralelo: una, material y ostensible, artificial y particularmente creada con arreglo a los medios y recursos técnicos involucrados: es el valor de uso satisfactorio de necesidades vitales[4] , y el valor de cambio creado y mensurado socialmente durante la creación del valor de uso, y que permite su mercadeo como valor útil convertido en mercancía. Esta ambivalencia[5] de la producción mercantil es el principal objeto de estudio de la ciencia de la Economía Política elaborada por Carlos Marx, o “Economía Política”, propiamente dicha.



La Economía Política elaborada por los economistas clásicos giró sobre un valor trabajo producido por una mano de obra incapaz, a juicio de ellos, de crear más valor que el monto de los salarios recibidos en pago. Aquí cayeron en una contradicción insalvable: Adam Smith, por ejemplo, por un lado, descubre y explota las mejoras productivas, pero las reduce a valores meramente técnicos, a mejoras en los rendimientos cuantitativos ofrecidos por la división del trabajo, pero no toca para nada la creatividad inmanente de la fuerza de trabajo, creatividad que redujo a una simple transformación de los medios de producción que “naturalmente” reaparecen en el valor de uso así fabricado. La acumulación de capital la hizo depender más de factores tecnomecánicos que del trabajo excedentario de la mano de obra asalariada[6] , es decir, Adam Smith no le llegó, desconoció o ignoró, históricamente, la existencia del Capitalismo, del trabajo asalariado, de la explotación del trabajo asalariado. De allí su póstuma y prolifera apologización recibida hasta ahora en un intento anacrónico y desfasado por anular los aportes de Carlos Marx.



Pero el verdadero valor económico, el valor trabajo, el valor capitalista[7] de una mercancía, elimina todas las diferencias cualitativas que ella exhiba como valor de uso frente a todas las mercancías y sus correspondientes particularidades técnicas laborales. En las mercancías, ese “valor capitalista” se expresa mediante el precio de mercado, para lo cual es necesario que concomitantemente haya una mercancía que sirva de denominador común o de medida unitaria capaz de expresar los distintos precios de todas las mercancías en función de sus distintas dosis del trabajo en ellas depositadas para el momento de su elaboración; tal mercancía es el dinero.



Esa mercancía que con anuencia social o colectiva logró prestar mejor utilidad cambiaria y monopolizó la función de equivalente general en los intercambios se hizo dinero, y, al respecto, “el oro conquistó históricamente ese privilegio”[8] . Por su parte, (cito): “la economía política (premarxista) analizó el valor y la magnitud del valor, aunque de manera muy imperfecta. Sus economistas nunca se preguntaron por qué el trabajo se representa en el valor, y la medida del trabajo por su duración en la magnitud de valor de los productos…las ilusiones del sistema monetario provienen indudablemente del carácter fetichista que la forma-dinero (valor en forma de dinero) le imprime a los metales preciosos.” [9]



Bien, la perdurabilidad del sistema capitalista está medido por el encanto racional, por demás, que supone la posibilidad - aun inverosímil para las mayorías- de “saltar la talanquera”, de la condición de explotado a la de explotador, máxime en un régimen donde sólo la afinidad de la fuente de las rentas asocia a las personas[10] , y lo hace sin mayores distingos subjetivos, frívolos, académicos, religiosos ni racistas. Ser explotador es sólo cuestión de disponer de un capital que, por pequeño que sea, dé una ganancia que, por pequeña que sea, no resulte menor relativamente que la ganancia media de los capitales más voluminosos de los grades capitales transnacionalistas.



Así, los “buhoneros” de menor giro son explotadores que podríamos considerar como el peldaño inferior de la escala burguesa contemporánea, y su progreso capitalista sería cuestión de acumulación de ganancias no consumidas en su totalidad. Un encanto burgués porque a nadie parece amargarle el azúcar de disponer de trabajadores para “vivir sin trabajar”, y hacerse rico a costillas de sus explotados.



Ese problema de que sólo unos trabajen y vivan mal, mientras otros no trabajen y vivan muy bien, jamás podrá resolverse con arengas demagógicas ni con berrinches populistas en favor de un proletariado que sólo ha crecido demográficamente desde los tiempos mismos de Jesús de Nazaret, alabado y venerado pionero como fue él de la defensa de los pobres, aunque, a pesar de su divinidad debidamente registrada en la Literatura ad hoc, jamás se paseó por las verdaderas causas de la pobreza económica de sus adorados y defendidos humildes., y un “mesías” que respetó el poder del César esclavista a cambio del sudor del trabajo de sus paisanos cargados de impuestos para Roma y otros explotadores, para los mercaderes de entonces. Jesús los amó indudablemente, se preocupó por ellos y supo sentir sus desgracias, y sigue haciéndolo luego de casi 2 siglos, pero el proletariado sigue allí y creciendo cada día más.



Tampoco serían resolventes las guerras convencionales dadas entre economías burguesas, que sólo han servido para el imperio de una sobre otras, practicadas hasta ahora con las respectivas diferencias técnicas en cuanto el poder bélico involucrado, ya que ellas, según experiencias sufridas, sólo han servido para dar vigencia y corroboración a las hipótesis maltusianas, para reciclar empresas económicas ya venidas a menos, repotenciar las existentes, crear nuevos centros fabriles, comerciales y bancarios de explotación, y, consecuencialmente, han servido para alargarle la vida, y así retardar la llagada del “parto” de un nuevo modo de vida desde el vientre del sistema saliente, un parto cuyo período de gestación, según Carlos Marx, se muestra elástico y determinado a futuro por la tendenciosa caída de la tasa media de ganancia[11] , es decir, de la reducción creciente del “valor” de la plusvalía, no tanto porque esta desaparezca como trabajo realizado, sino porque su destino ya nos sería la acumulación creciente del capital que le da vida a un sistema que mientras más explota más requiere de asalariados.



En cuanto a la permanencia actual de monedas nacionales, ellas responden más a chovinismos y rezagos de esos países con economías que no terminan de integrarse al sistema capitalista mundial. Es un hecho que la tendencia de la acumulación burguesa es hacia la indetenible formación de una macroindustria cuyos fabricantes, comerciantes y financistas respondan a fabricantes ubicuos con máximo poder económico, respondan a comerciantes que den cuenta directa de todo el inventario y mercadeo de toda la producción mundial, y a banqueros que financien esa economía internacional, como si se tratara de una inmensa fábrica, de unos inmensos inventarios y de una gigantesca banca donde sus clientes serían todos los empresarios del mundo, todos los comerciantes, todos los consumidores del mismo mundo. y todos los industriales, reducidos a ex capitalistas devenidos en variantes proletarias en función de contratistas de todo el proletariado asalariable, correspondientemente.



Contradictoriamente, dejamos a salvo las crisis económicas periódicas que actúan como fuerzas contrarrestantes del fin del capitalismo, puesto que ellas han permitido hasta ahora un recomienzo permanente de unas economías venidas a menos, a favor de otras que terminan más robustecidas, pero estas crisis ya serían terminales para cuando se esté hablando de una Economía Única y mundial, y cuya caída sería la ruina del sistema en su conjunto.



Corolario: Para un “feliz” final de semejante “progreso” burgués, hará falta la homogeneización, unificación y fusión de todas las monedas actuales de todos los países en una sola; una sola mercancía dinero que dé cuenta con la mayor inmediatez, confiabilidad e invariabilidad de todas las transacciones económicas mundiales como si se tratara de una economía única, de un macroimperio capitalista entrado para entonces en irreversible agonía.
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[1] Léase por “decreto” cualquier declaración política rubricada por algún partido y/o por voz de algún líder que mediante alguna legislación busque   arbitrariamente y al margen de las leyes económicas suprimir o frenar el sistema capitalista,   o de un plumazo negarles a los empresarios burgueses sus propiedades, sus relaciones industriales, o la explotación de asalariados. Se trata de un modo de vida, de una formación socioeconómica con basamentos, historia y leyes muy particulares. Inutilidad de esas decisiones personales e ilegalidad porque, no tan sencillamente, no se puede acortar la vida de un sistema mientras éste no arroje y despliegue todo su potencial de imperialidad. Roma cayó luego de   colonizar y someter cada rincón del planeta conocido a sus parámetros culturales y militares. El hiperpoderoso Luis XIV cayó cuando el sol dejó de ponerse en sus territorios, un imperio feudal cuyo financiamiento resultaba insostenible sobre las bases serviles de un campesinado de altos pero decrecientes rendimientos tributarios. Asimismo, el capitalismo no caerá mientras haya un solo comprador solvente que permita seguir acumulando “capital dinero” por encima de todos los obstáculos de ineludible desarrollo completo y a nivel planetario, y así hasta acabar con todos sus competidores en beneficio de un  grupo minúsculo que irá también reduciéndose hasta la llegada de una sola personalidad  burguesa, y, como tal,  dueña mayoritaria exclusiva de todos los dominios industriales, comerciales y financieros habidos y por haber sobre todo el territorio multicontinental.

[2] Carlos Marx, El Capital, Prefacio de la Primera Edición Alemana.

[3] Carlos Max y Federico Engels, Manifiesto del Partido Comunista”, Cap. I

[4] Este valor de uso es perecedero per se, se extingue con su utilización o consumo, a diferencia del valor de cambio que es no perecedero, constantemente transferible, o eterno, por así decirlo. Aquí nos hallamos ante una pesada contradicción: El valor de cambio es el resultado del uso de la fuerza de trabajo durante   la cantidad de tiempo que fue usada en la fabricación artificial   de un valor de uso diferente a ella,   y, como tal, esa fuerza de trabajo crea valor, aunque ella misma no lo sea. Se trata de una consecuencia coherente con la teoría del valor trabajo, puesto que no se crea la fuerza de trabajo, sino que se la reproduce con la ingesta de los bienes de la cesta básica, de la misma manera que la tierra carece de valor ya que nadie la crea, pero ella coadyuva a la creación de valores de uso artificiales y naturales. Cónfer: Carlos Marx, El Capital, Libro I, Sección Primera, Cap. I, Subcap. III-A-2.

[5] Carlos Marx, Ob. Cit., Sección Primera, Cap. I, Subcap. II y III.

[6] Adam Smith, Riqueza de las Naciones, versión castellanizada.

[7] Carlos Marx, El Capital, Libro Primero, Sexta Sección, Cap.XIX. Doy el nombre de valor capitalista al valor de cambio contentivo de “plusvalía”, en la denominación marxiana que ha servido para distinguir la explotación burguesa de la feudal y la esclavista, según los mismos resultados logrados por   Carlos Marx en su obra supra.   Con estos descubrimientos económicos, Marx dejó en claro que  toda la Economía de todos los tiempos civilizados hasta ahora y por venir opera  necesariamente alrededor de un trabajo excedentario, so pena de estancamientos y/o  retrocesos, necesario para un mayor grado de  satisfacciones personales y familiares, para un crecimiento demográfico contingente y  armonioso,  y o en favor de una máxima reducción de la jornada de trabajo tendente a que el trabajador pueda gozar de más ocio, además de vivir para  trabajar, tal   como supuestamente lo  haría en condiciones aclasistas para que ningún  trabajo impago enriquezca a ninguna persona que no ofrezca sus personales aportes según sus  personalísimos aportes al    PIN y necesidades propias. Es más, sin plusvalor, sin plusvalía, sin trabajo excedentario nos retrotraeríamos la vida primitiva, silvestre por  así llamarla. Porque el problema de la cuestión obreril no es este excedente ni su distribución, sino su destino clasista.

[8] Carlos Marx, Ob, cit., Sección Primera, Cap. I, Subcap. III-C-3 (Transición de la forma-valor a la forma-dinero).

[9] Carlos Marx, Ob. Cit., Sección Primera, Cap. I, Subcap. III-D (Forma-dinero).

[10] Ob. cit., Tercer Libro, Sección VII, Cap., LII.

[11] Ob. cit., Libro Tercero, Sección Tercera.

martes, marzo 01, 2011

MENSAJE DEL GOBIERNO MILITAR-POLICÍACO DEL SR. CHAVEZ A LOS TRABAJADORES DE VENEZUELA

Por: Pablo Hernández
28/02/2011

“HOY en Puerto Ordaz, Rubén González, secretario general del Sindicato de Trabajadores de Ferrominera, fue condenado este lunes a siete años y dos meses de prisión tras su comparecencia ante el Tribunal Sexto de Juicio, …la decisión sólo se basó en el testimonio de 5 testigos del Ministerio Público cuando la defensa presentó 70…. las pruebas presentadas por la defensas fueron contundentes para demostrar que los trabajadores se pararon por una deuda que Ferrominera mantiene con ellos, que incluso está firmada por el presidente de la empresa que reconoce la deuda.”



Los obreros, luchadores populares, activistas sociales, defensores de los derechos humanos y todos aquellos y aquellas que aun guardaban una esperanza sobre la naturaleza militar-policiaco de este gobierno y en especial sobre el desenlace de este juicio, no les debe quedar ninguna duda de los intereses de clase claramente patronal, que defiende este gobierno de militares y lumpen político y del mensaje a García que con esta sentencia, este gobierno le manda a la clase trabajadora.



Para todo trabajador, para todo luchador social y aun para los chavista ingenuos que aun creen en una supuesta revolución, esta sentencia, es una prueba contundente de la naturaleza criminal y represiva de este gobierno. Y una confirmación trágica de la guerra que en marzo del 2009 el propio presidente de la República, Hugo Chávez, le declaro a los trabajadores del Metro de Caracas que reclamaban el cumplimiento de su contrato y a los obreros siderúrgico y del aluminio en Guayana que exigían sus derechos y reivindicaciones, "Yo no voy a permitir que paren el Metro", si lo hacen militarizo la empresa,…"Yo me voy a meter en esa batalla, yo en cuerpo y alma”. Hoy esa amenaza cae con todo su peso contra Rubén González y mañana tal vez contra Sabino.

Ante los poderoso capitales petroleros y financieros internacionales, el Sr Chavez y sus lacayos le mandas todos los días petróleo, hierro y aluminio, ahora también hipotecados; le pagas religiosamente la deuda que ahora la ha convertido en eterna; les entrega en propiedad a empresas y gobiernos extranjeros, los yacimientos mineros, petroleros, industrias, tierras, puertos, servicio esenciales; se les transfieren todos los días millones de dólares a la banca nacional e internacional, vía emisión de bonos y venta de dólares preferenciales; permiten a la boliburguesia y sus banqueros aliados que huyan al exterior y fuguen miles de millones de dólares a los paraísos fiscales comenzando por Cuba; se estimula la inseguridad y el crimen a través del desarrollo de la impunidad judicial y policial, ahora establecida como política del Estado venezolano con el visto bueno de la Asamblea Nacional. Y para remate estamos asistiendo al nacimiento del nuevo bipartidismo en Venezuela con acuerdos y negociaciones con la oposición para repartirse la renta petrolera.



Mientras todo estas políticas se desarrollan en beneficio de los patronos y el capital; las respuestas y políticas ante las peticiones y reclamos de la clase trabajadora son la represión, cárceles, sicariato, encarecimiento de la vida, criminalización de la protesta, deterioro del salario, desconocimiento de sus organizaciones, militarización de los centros de trabajo y de la vida social; en fin no se necesita nuevos hechos para saber los fines e intereses de clase de este gobierno.



Que otras pruebas se necesitan para convencerse de que este gobierno pese a su origen electoral es una dictadura de hecho contra los trabajadores. Acaso Hitler y Mussolini no llegaron al gobierno por “vías electorales y constitucionales”, acaso Stalin no usurpo el triunfo de una insurrección obrera victoriosa y luego todos ellos establecieron dictaduras contra la clase trabajadora. Acaso Sarkozy, Obama y Berlusconi no son productos electorales que gobiernan contra los trabajadores de sus respectivos países.



Los trabajadores de Venezuela deben comenzar a entender que el único enemigo que tiene este gobierno militar-patronal, son precisamente los trabajadores. El único sector social de donde puede surgir una verdadera revolución es de sus sectores productivos llámense obreros, técnicos, ingenieros, intelectuales, doctores, campesinos, pequeños y medianos productores, en fin solo de los que viven de su fuerza de trabajo, de su esfuerzo, de su sudor, y no de las migajas y limosnas del Estado, llámense lumpen proletario o burgueses parasitarios.



Hoy más que nunca hay que entender que una dictadura, - no importa si su origen es electoral o de fuerza, constitucional o habilitante- no se enfrenta, ni se combate con huelgas de hambre, peticiones ante los tribunales o llamados a la OEA. La experiencia histórica de los trabajadores y pueblos de Venezuela y del mundo nos enseña con absoluta claridad que solo en la unidad, organización, conciencia y decisión de vencer de los trabajadores esta el único camino para librarse de las dictaduras.



Hoy es una tarea urgente y de primer orden para todo trabajador consciente pensar y analizar con seriedad sobre las nuevas formas de lucha y organización contra el enemigo patronal y su gobierno, que desde hace mucho tiempo ha cambiado violenta y arbitrariamente las condiciones de lucha y organización que eran validas hasta hace poco.



Si a Rubén González por defender sus derechos laborales y cumplir con su papel de dirigente sindical lo sentencian arbitrariamente a siete años. Si Javier Marcano de Mitsubishi y Pedro Suárez de la empresa Macusa en Puerto La Cruz; Richard Gallardo, coordinador de la UNT en Aragua, Luís Hernández, dirigente del sindicato de la Pepsi-cola, en La Villa, Carlos Requena (vinculado al INPSASEL), Argenis Vásquez, secretario de organización del sindicato de Toyota en Cumaná y tantos otros dirigentes obreros y campesinos son asesinados por los sicarios y policías al servicio del capital, si mas de dos mil quinientos luchadores obreros y campesinos están sometidos a juicios por ejercer su derecho a la protesta, que otras pruebas hay que esgrimir para convencerse de que estamos ante una dictadura militar de hecho al servicio del capital.



Quienes son los muertos y encarcelados, quienes son los criminalizados y juzgados, los patronos que se insurreccionan y derrocan gobierno y hoy están de nuevo pactando con el gobierno o los obreros y campesinos que defienden sus derechos. Los hechos hablan por sí solos y ante la realidad que nos golpea es necesaria la reflexión.



Hoy las palabras de Howard Zinn, el notable historiador norteamericano hijo de obreros, fallecido el año pasado, nos debe servir de guía y camino en este túnel sin fin adonde nos ha conducido once años de gobierno militar-. Decía Howard Zinn: “La historia no es sólo para comprender el pasado, es ante todo un arma para construir el porvenir… Los gobiernos mienten permanentemente, no sólo el gobierno de USA. Es simplemente la naturaleza de los gobiernos. …., tienen que mentir, los gobiernos en general no representan a las sociedades que gobiernan.



Ya que no representan al pueblo y ya que actúan contra los intereses del pueblo, la única manera como se mantienen en el poder es mintiendo al pueblo.



Si le dijeran la verdad al pueblo, no durarían mucho tiempo. Y si sabes algo de historia, tal vez comprenderás algo aún más elemental: que la cuestión de la mentira sobre esta guerra o de la mentira sobre esta invasión, la mentira sobre esta intervención, comprenderías una especie de hecho fundamental sobre la sociedad, e incluyo a nuestra sociedad: que los intereses del gobierno y los intereses del pueblo no son lo mismo. Es muy importante saberlo, porque la cultura trata trabajosamente de persuadirnos de que todos tenemos un interés común…

…Si utilizan el lenguaje “interés nacional” – no existe interés nacional. Es su interés y nuestro interés. La seguridad nacional - ¿la seguridad de quién? Defensa nacional: ¿defensa de quién? …



Todas esas palabras y frases son usadas para tratar de cercarnos con un lindo lazo inmenso, para que todos supongamos que los que dirigen nuestro país se preocupan de nuestros intereses….Es muy importante comprender que: no, les preocupan nuestros intereses.



Una de las cosas que podemos aprender de la historia es que la historia no es sólo una historia de cosas que nos han sido infligidas por los que mandan. La historia es también una historia de resistencia. Es una historia de gente que sufre la tiranía durante décadas, pero que termina por alzarse y derrocar al dictador”.



Hoy los levantamientos de los pueblos árabes contra las dictaduras y monarquías semifeudales y trogloditas del Medio Oriente, como ayer el 23 de enero de 1958, nos enseñan que solo en la lucha unida, en la calle, con sus trabajadores al frente está el único camino de la real liberación de un pueblo que tiene doscientos años esperando por una libertad e igualdad que cada día se aleja de sus vidas.



Es cierto que las armas están en manos del gobierno y sus sicarios, pero aun así, nada pueden hacer un ejército y unas policías ante un pueblo que se decide a luchar por su verdadera libertad.
No olvidemos que aun con las armas ellos siempre serán una minoría. Hoy solo la fuerza de trabajo en Venezuela sobrepasa los trece millones de personas y que ejercito o policía, jueces o tribunales pueden detener a un pueblo que se decide a luchar por su liberación.
Hay momentos en la historia de los pueblos y de sus clases oprimidas donde el combate es inevitable e ineludible, la situación actual de Venezuela es uno de esos momentos. Echemos el miedo a un lado, arriesguemos lo que haya que arriesgar, que las generaciones futuras recogerán los frutos de este esfuerzo.