Asociación Civil Bolivariana "Defensores del bolívar"

domingo, marzo 11, 2012

Los Reguladores de los Precios [i]

¿Qué es primero: la regulación del mercado, o la del Estado?

Manuel C. Martínez M.
09/03/2012 8:02:42

De entrada, la regulación de los precios parte de los propios centros fabriles, no puede ser de otra manera. Los comerciantes terminan concretando los que reciben de sus proveedores, y el Estado hace algunos ajustes comerciales posféstum y convencionales, por aquello de su objetividad e imparcialidad constitucional o política frente a productores y consumidores finales, una suerte de conciliación con ambas partes, soportada por los anacrónicos consejos rusonianos. Sólo cuando un Estado (?) funja de productor directo[ii], y con técnicas capitalistas, puede inferir con mayor certeza cuánto vale muy aproximadamente cada unidad de mercancía procesada en condiciones medias burguesas. Los chinos tienen una gran experiencia al respecto.


 

Más dialéctica no puede ser la interrogante que nos ocupa; la respuesta histórica más cercana a la verdadera dependerá de la postura filosófica asumida por los examinados. Como sabemos, preguntas dicotómicas como esa fueron subsumidas en la que hoy se halla perfectamente resuelta. Hablamos sobre lo que fue primero entre “la gallina y su huevo”. Para quienes sostienen criterios mecanicistas, idealistas o cibernéticos, Adán, por ejemplo, nació completico sin evolución biológica alguna, no conoció la niñez ni la bebidad. Así, pues, los precios parecen estar dados en el mercado y ya, sin gestación previa alguna, como si fueran independientes de su cadena evolutiva de costos desde la primera mercancía usada como materia prima y demás medios de producción, así como los de los proletarios y proletarias, obreros y obreras, que aparecen en el mercado ya ofertando su mano de obra, creciditos y creciditas, comiditos y comiditas.

Los apologistas tradicionales de la Economía posclásica seguirán sosteniendo que tal pregunta resulta anacrónica, que el mercado, que el comercio, que la compraventa, darían libremente cuenta de todas las regulaciones de precios, ganancias, satisfacciones, demandas, ofertas y de todo lo relacionado con la dinámica económica. Y serán tan obstinados y majaderos en ello que hasta “sin querer, queriendo”, niegan la explotación dentro de la fábrica de asalariados[iii]  .

Por su parte, los gobernantes seguidores de consejas no marxianas ni marxistas, sino, más bien, consejos desfasados como los de   Juan Jacobo Rousseau, como ejemplo paradigmático de atraso científico, de parte de sus seguidores modernos optan por que sea el Estado el primer regulador. Rousseau vivió antes de nacer Carlos Marx, y a  él se le excusaría  por desconocer los adelantos sobre las verdaderas causas de la pobreza de los hombres en las sociedades clasistas, causas descubiertas por Marx y Engels. Tales seguidores desfasados en el tiempo, confían en la intervención constitucional y contractual del Estado para garantizar con “imparcialidad”, la estabilidad social y los derechos de las partes, indistintamente, la de patronos y trabajadores, la de capitalistas y aslaraidos, la burgueses y proletarios.

[ii] Es de señalarse que la posibilidad de que el Estado asuma la producción directa de tal o cual mercancía no garantiza mayor exactitud en los precios de fábrica que sirvan de referencia para las regulaciones estatales pertinentes y para el logro de los precios más adecuados, habida cuenta de que se trata de una producción capitalista, y como tal debería enganchase con todas las empresas del ramo, nacionales y extranjeras. Estas últimas entran en la competencia mundial involucrada en cualquier mercancía de producción. Ninguna empresa privada gobierna, ni prevé, ni controla la infinitud de procedimientos y costes personalísimos y hasta arbitrarios de todo el aparataje mundial productivo, de partes, repuestos, maquinarias equipos, técnicos y profesionales, sueldos de diferentes nacionalidades obreriles, etc., costes estos que gozan de una independencia natural en su dinámica organizacional,  sus adelantos tecnocientíficos y con la carga de las diferentes legislaciones correspondientes a cada Estado afectado en la muestra del caso. Buena parte del comercio interfabril se realiza directamente de fábrica a f., sin pasar por la mediación de tercero.
[iii] Allí se fabrica pobres”, allí no sólo se fabrica mercancías, sino el propio modo de producción burgués, mismo que se ve constantemente reciclado y hasta repotenciado mediante maquillajes que la propia dinámica económica va imprimiéndole a sus organizadores. Tal es lo que ahorita, dentro del capitalismo mundial, experimenta (redundancia adrede) la relación capital variable/ctal. constante y que se nos presenta como la más reciente manifestación de posible unión de los proletarios del mundo, tan acertadamente pronosticada por Carlos Marx, a pesar de que sus editores comerciales han hecho lo imposible por sugerir que él solicita esa unión, siendo la verdad que, más bien, la dedujo de sus exhaustivos análisis y crítica del Capital. El ejemplo y asomos de esa posible alianza proletaria lo observamos en los “indignados” europeos y en los ex marginados de Suramérica quienes ahora reciben las los beneficios políticos inmediatos de un generoso paternalismo exacerbado como jamás antes se conoció dentro del Estado burgués.